Audición comentada – Concierto para violín de Tchaikowsky

Una nueva Audición Comentada

De nuevo escuchamos música de Tchaikowsky en nuestras Audiciones Comentadas. Este compositor ruso del siglo XIX es uno de los máximos exponentes del llamado romanticismo musical y en él encontramos algunas de las características más importantes de este estilo.

Tchaikowsky fue hijo de un ingeniero de minas, y en principio sus estudios no iban dirigidos profesionalmente a la música. Estudió la carrera de Derecho en San Petersburgo, al tiempo que recibía lecciones de piano y canto como afición. Tras ejercer durante un tiempo de secretario en el Ministerio de Justicia, Tchaikovsky decide ingresar en el Conservatorio de San Petersburgo y dirigir su carrera hacia la música.

También recibió lecciones de flauta y de órgano. Para finalizar sus estudios compuso una cantata sobre la Oda a la alegría de Schiller. Entre 1866 y 1877 impartió clases de teoría de la música en la sección de Moscú de la Sociedad musical rusa, tranformada en Conservatorio.

Casa Museo de Piotr Ilich Chaikovski en Klin, Rusia

Una rica admiradora a la que Tchaikovsky nunca conoció, Nadejda von Meck, le concedió una beca que permitió al músico dedicarse por entero a su labor de compositor e intérprete de sus propias obras. Esta ayuda duró catorce años, durante los cuales Tchaikovsky pudo viajar al extranjero con frecuencia.

En 1885 es escogido para un puesto directivo de la sección de Moscú de la Sociedad musical rusa. En 1886 aparece por primera vez como director de orquesta, y dos años más tarde comienza una gran gira de conciertos por Europa, que le dio pie para, en 1891, presentarse en Estados Unidos, donde obtuvo un éxito inmenso. En 1893 la Universidad de Cambridge le concede el título de doctor honoris causa.

Murió nueve días después de estrenar su Sexta Sinfonía, obra con la que consiguió su mayor éxito, y que le proporcionó un gran prestigio a nivel mundial. Entre sus composiciones podemos destacar más de cien obras para piano, ciento cuatro canciones, tres conciertos para piano y orquesta, un concierto para violín, un concierto para violonchelo y orquesta, cinco oberturas, siete sinfonías, diez óperas, y los tres célebres ballets, El lago de los cisnes, La bella durmiente del bosque y Cascanueces.

El Concierto para Violín y orquesta en Re Mayor op. 35 fue escrito en marzo de 1878 en Clarens, localidad de suiza donde había viajado Tchaikowsky para recuperarse de una depresión. En ese momento también estaba componiendo Sonata para piano en sol mayor, pero no acababa de encontrar la inspiración necesaria y el trabajo no avanzaba.

Allí recibió la visita de un amigo violinista y los dos tocaron algunas piezas para violín y piano. Quizá inspirado por este hecho, el compositor dejó de lado la composición de la sonata para comenzar a escribir el concierto para violín, con el apoyo de su amigo que le asesoraba en las partes técnicas.

Escucharemos esta obra mientras con la ayuda de Yrene Echeverría, violinista profesional y divulgadora musical, nos adentramos en los recursos musicales que emplea el compositor y analizaremos algunos aspectos que nos ayudarán a entender mejor la música.

El lenguaje empleado en estas explicaciones es siempre sencillo y ameno, siendo muy fácil entender las explicaciones de Yrene, ya que no contienen tecnicismos ni hace falta saber música para comprenderlas.

Lo cierto es que, después de pasar por una de nuestras sesiones de Audiciones Comentadas, la música ya nunca nos sonará igual, aprenderemos a entenderla y a disfrutarla y apreciaremos detalles que hasta entonces nos pasaban desapercibidos.

Con estas sesiones pretendemos acercar la música a todo el mundo, de forma que si te apasiona la música clásica sentirás que están pensadas especialmente para ti, ayudándote a disfrutarla de una forma diferente, pero si no eres un gran aficionado y quieres descubrirla y entenderla un poco mejor, también encontrarás en nuestras clases un montón de razones para disfrutarla.

¿Quieres escuchar música a la vez que aprendes? Explicaciones amenas y divertidas. Para todas las edades. No hace falta saber música para asistir a estas sesiones en las que poco a poco iremos aprendiendo a escuchar la música, a disfrutarla, a reconocer los diferentes estilos musicales y a relacionar cada obra y compositor con su contexto histórico y sociocultural.

Sobre Piotr Ilich Tchaikovsky

(Piotr Ilich Tchaikovsky o Chaikovski; Votkinsk, Rusia, 1840 – San Petersburgo, 1893) Compositor ruso. A pesar de ser contemporáneo estricto del Grupo de los Cinco, constituido por figuras de la talla de Borodin, Mussorgsky o Rimski-Korsakov, el estilo de Tchaikovsky no puede encasillarse dentro de los márgenes del nacionalismo imperante entonces en su Rusia natal.

De carácter cosmopolita en lo que respecta a las influencias (entre ellas y en un lugar preponderante la del sinfonismo alemán, aunque no carente de elementos rusos), su música es ante todo profundamente expresiva y personal, reveladora de la personalidad del autor, compleja y atormentada.

A los años de su plácida infancia se remontan los primeros estudios teóricos y las primeras experiencias musicales, entre ellas la ópera Don Giovanni de Mozart, que dejó una huella imborrable en el ánimo del muchacho.

Desde entonces se dedicó siempre al estudio del arte, aunque, por deseo de su padre, se matriculó en la facultad de derecho de San Petersburgo y, conseguido el título de leyes, aceptó un puesto en el Ministerio de Justicia, en el que, sin embargo, no permaneció mucho tiempo.

En 1863 renunció al empleo para poder asistir al curso de composición que Anton Rubinstein impartía en el Conservatorio de San Petersburgo. Diplomado en 1865, fue designado al año siguiente para enseñar armonía en el Conservatorio de Moscú, donde desarrolló su actividad hasta 1877.

Los primeros pasos de Tchaikovsky en el mundo de la música no revelaron un especial talento ni para la interpretación ni para la creación. Sus primeras obras, como el poema sinfónico Fatum o la Sinfonía núm. 1 «Sueños de invierno», mostraban una personalidad poco definida.

De inspiración fácil, gustaba del lirismo efusivo y espontáneo, abierto a inflexiones idílicas o elegíacas de una grata cantabilidad, lo que explica el éxito posterior de sus obras tanto en su patria como en el extranjero.

De finales de esta etapa data la primera de sus composiciones que gozó de aceptación, la obertura Romeo y Julieta (1869). Esta «obertura fantasía» rehúye todo pintoresquismo para centrarse en el destino de la pareja protagonista.

Inspirada en el trágico devenir del Romeo y Julieta shakespeariano y dotada de una expresividad poco corriente, la partitura tuvo una larga gestación: a causa de los juicios críticos de Mily Balakirev, Tchaikovsky llegó a escribir tres versiones de la misma, la más interpretada de las cuales es la tercera, fechada en 1880.

Sólo tras la composición, ya en la década de 1870, de partituras como la Sinfonía núm. 2 «Pequeña Rusia» y, sobre todo, del célebre Concierto para piano y orquesta núm. 1 (pieza virtuosista estrenada en 1875 con momentos absolutamente inolvidables, como su conocida y brillante introducción), la música de Tchaikovsky empezó a adquirir un tono propio y característico, en ocasiones efectista y cada vez más dado a la melancolía.

En julio de 1877 se casó con una joven de la que se separó pocos meses después de la boda. Las inquietudes y amarguras de este triste episodio trastornaron su vida interior, causando también perjuicios a su salud; atacado de una grave depresión nerviosa, abandonó entonces Rusia para recluirse en una pequeña aldea junto al lago de Ginebra.

La madurez

Gracias al sostén económico de una rica viuda, Nadejda von Meck (protectora también de Debussy y a la que, paradójicamente, nunca llegaría a conocer), Tchaikovsky pudo dedicar, desde finales de la década de 1870, todo su tiempo a la composición.

Fruto de esa dedicación exclusiva fueron algunas de sus obras más hermosas y originales, entre las que sobresalen el Concierto para violín y orquesta (1877), el ballet El lago de los cisnes (1877), la ópera Evgeny Oneguin (1878), la Obertura 1812 (1880) y Capricho italiano (1880).

De todas ellas, la más conocida es su primer gran ballet, El lago de los cisnes (1877). Pese al escaso éxito de su estreno, la romántica y mágica historia de amor entre Sigfrido y Odette, princesa transformada en cisne, es actualmente una de las piezas cimeras del repertorio, con números tan célebres como el Vals del acto primero, la Introducción del segundo o las danzas características del tercero.

No menos importante es el Concierto para violín y orquesta (1877), construido en tres movimientos según el esquema de los grandes modelos clásicos. El segundo movimiento es un andante en menor titulado «Canzonetta», y destaca como uno de los fragmentos más famosos de Tchaikovsky y más a menudo interpretados por su notable facilidad de ejecución.

La «Canzonetta» es ciertamente una de las más bellas páginas de Tchaikovsky; la lánguida y femenina melancolía, uno de los rasgos más característicos y constantes de su arte, no aparece aquí bajo su forma habitual (elegancia expresiva y acento graciosamente sentimental), sino ajustada a un motivo impregnado de una delicadeza íntima y de pura poesía, algo que raramente se encuentra en Tchaikovsky.

En 1885, ya restablecido, regresó a Rusia, y dos años después inició una vasta gira de conciertos por Europa y América. A la última fase de su actividad creadora pertenecen la ópera La dama de picas (1890), los dos ballets La bella durmiente (1890) y Cascanueces (1892) y la última de sus seis sinfonías, verdadero testamento musical: la Sinfonía núm. 6 «Patética».

Estrenado en San Petersburgo el 15 de enero de 1890, La bella durmiente es el segundo de sus grandes ballets y fue uno de los primeros ejemplos del género compuestos según la norma de unir la creación musical y la coreográfica: Tchaikovsky compuso la partitura según las indicaciones del coreógrafo francés Marius Petipa.

La obra nació así como una unidad, en la que la música se adapta admirablemente a la acción dramática. Destacan el vals del primer acto y las danzas del tercero, éstas protagonizadas por diferentes personajes de los cuentos de hadas.

Dos años después estrenaría también en San Petersburgo el ballet en dos actos Cascanueces, cuya historia, basada en un relato de E. T. A. Hoffmann, prescindió de la vertiente oscura y psicológica del original para convertirse en un mágico cuento de Navidad.

A pesar de que fue el ballet menos apreciado por el propio compositor, se cuenta entre los que más fama ha alcanzado, gracias sobre todo al divertissement que marca su punto culminante: seis danzas características (Trepak, Danza árabe, Danza española, Danza china…) y el Vals de las flores.

Pocos días antes de morir, Tchaikovsky dirigió en Moscú su Sinfonía núm. 6 (1893), más conocida con el nombre de Patética, obra especialmente reveladora de la compleja personalidad del músico y del drama íntimo que rodeó su existencia, atormentada por una homosexualidad reprimida y un constante y mórbido estado depresivo.

De amplias proporciones pero desigual, esta partitura refleja, quizá mejor que las otras, las peculiares características del estilo de Tchaikovsky y la volubilidad de su fantasía, que tendía a desperdigar los propios temas en lugar de unirlos en una visión constructiva unitaria. El mismo año de su estreno, 1893, se declaró una epidemia de cólera; contagiado el compositor, la enfermedad puso fin a su existencia.

Desde entonces se ha querido interpretar la Sinfonía núm. 6 «Patética» (y especialmente el último tiempo, que, contrariamente a la costumbre sinfónica, es un movimiento lento: «Adagio lamentoso») como la expresión de un triste presentimiento que Tchaikovsky debió de tener de su próximo fin.

Ciertamente, en el «Adagio lamentoso» vuelve a caer sobre la orquesta la atmósfera sombría y dolorida que había abierto la sinfonía y que había quedado como olvidada en el paréntesis de los dos «Allegros» serenos y desenvueltos, apenas rozados aquí y allá por acentos de una amable melancolía; el movimiento final, en cambio, expresa todo el dolor y la amargura de un músico sobremanera sensible y trágicamente escindido.

Fuente
Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Piotr Ilich Tchaikovsky.
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España).

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Escucha esta obra

Joshua Bell – Tchaikovsky – Violin Concerto in D major, Op 35

Lunes 19 de febrero, de 20:30 a 21:30

Horario habitual de actividades: Todos los lunes de 20:30 a 21:30.
Lugar: Escuela de Música Soto Mesa Sta Cruz de Marcenado, 1, Madrid. Metro San Bernardo (L2-L4).
Precio: Individual 10€, bono de cinco audiciones 30€. Estas últimas, con una validez de un curso escolar.

Podrás ver y escuchar esta audición comentada de 20:30 a 21:30 en  La Escuela de Música Soto Mesa . c/ Sta Cruz de Marcenado, 1, Madrid. Metro San Bernardo (L2-L4).

La primera actividad es gratuita, excepto los conciertos.
Reserva tu plaza en el 91 593 48 55 o escribiéndonos a secretaria@sotomesa.com.

 

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