Una nueva Audición Comentada
En esta ocasión vamos a hablar de una obra muy especial, ya que se trata de un cuento musical en el que cada uno de los personajes está representado por uno o varios instrumentos de la orquesta.
Prokofiev, su compositor, fue uno de los músicos más grandes de su época. Compositor, pianista y director de orquesta ruso, desde muy temprana edad demuestra su gran valía, adquiriendo muy pronto los conocimientos teóricos que le permitirían experimentar musicalmente y desarrollar un lenguaje personal y único.
Una de sus obras más conocidas es la que hoy nos ocupa: Pedro y el lobo, una obra programática escrita para narrador y orquesta.

Prokofiev fue acusado por las autoridades soviéticas de «formalista», lo que quería decir que se le consideraba fuera de los parámetros del realismo socialista, en el que se movían otros compositores. Sus armonías fueron descalificadas y tuvo que asegurar que en adelante se dedicaría a escribir composiciones de mayor lirismo realista. Su mujer fue acusada de espionaje y condenada a pasar veinte años en un campo de trabajo.
En el año 1936, Natalya Satz y el teatro central infantil de Moscú encargan a Prokofiev una nueva obra sinfónica para niños. La idea era intentara cultivar el gusto musical en los niños desde la primera infancia, pues normalmente las obras siempre iban dirigidas a los mayores.
Pretendían que escribiera un cuento de hadas sinfónico en el que a la vez se mostraran a los niños los diferentes instrumentos de la orquesta. Prokofiev, que solía asistir a este teatro con sus hijos se sintió inmediatamente intrigado por la invitación, y completó Pedro y el lobo en tan solo dos semanas.
La música tenía la misión de pintar a los personajes por medio de los instrumentos, seleccionando en cada ocasión el más apropiado para ello. El estreno se produjo el 2 de mayo de 1936, pero la obra no fue bien acogida en su momento.
Escucharemos esta obra mientras con la ayuda de Yrene Echeverría, violinista profesional y divulgadora musical, nos adentramos en los recursos musicales que emplea el compositor y analizaremos algunos aspectos que nos ayudarán a entender mejor la música.
El lenguaje empleado en estas explicaciones es siempre sencillo y ameno, siendo muy fácil entender las explicaciones de Yrene, ya que no contienen tecnicismos ni hace falta saber música para comprenderlas.
Lo cierto es que, después de pasar por una de nuestras sesiones de Audiciones Comentadas, la música ya nunca nos sonará igual, aprenderemos a entenderla y a disfrutarla y apreciaremos detalles que hasta entonces nos pasaban desapercibidos.
Con estas sesiones pretendemos acercar la música a todo el mundo, de forma que si te apasiona la música clásica sentirás que están pensadas especialmente para ti, ayudándote a disfrutarla de una forma diferente, pero si no eres un gran aficionado y quieres descubrirla y entenderla un poco mejor, también encontrarás en nuestras clases un montón de razones para disfrutarla.
Sobre Sergei Prokofiev
(Serguéi o Sergei Sergueievich Prokofiev; Sontsovka, actual Ucrania, 1891 – Moscú, 1953) Compositor y pianista soviético. Junto a Dimitri Shostakovich, es el mejor representante de la escuela de composición soviética, y su obra ha dejado profunda huella en el estilo de sus compatriotas más jóvenes, como Aram Khachaturian o Dimitri Kabalevski. Es, además, uno de los grandes clásicos del siglo XX, autor de una música en la que tradición y modernidad se conjugan de manera ejemplar.
Niño prodigio, recibió sus primeras lecciones musicales de su madre, pianista aficionada, con tan buen resultado que ya a los nueve años dio a conocer en una versión doméstica su primera ópera, El gigante, a la que siguieron inmediatamente tres más, la última de ellas, El festín de la peste, escrita bajo las indicaciones del compositor Reinhold Glière.
En 1904 ingresó en el Conservatorio de San Petersburgo, donde tuvo como maestros, entre otros, a Anatol Liadov y Nikolai Rimski-Korsakov y empezó a interesarse por las corrientes más avanzadas de su tiempo.
En este sentido, fue el enfant terrible de la música rusa de la primera década del siglo XX, no sólo en su faceta de compositor, sino también en la de intérprete. Con fama de músico antirromántico y futurista, sus primeras obras, disonantes y deliberadamente escandalosas, provocaron el estupor del público.
En ellas, el joven músico mostró ya algunas de las constantes que iban a definir su estilo durante toda su carrera, como son cierta tendencia a lo grotesco y una inagotable fantasía, junto a un recogido lirismo y una asombrosa capacidad para crear hermosas y sugestivas melodías, que el propio Shostakovich reconocía y admiraba.
Su famosa Sinfonía núm. 1 «Clásica» es reveladora en cuanto a esta tendencia, que resulta más sorprendente aún si se la compara con una obra sólo dos años anterior, de 1915, la brutal Suite escita.
Aunque el joven músico contaba con las simpatías de los revolucionarios soviéticos por su talante iconoclasta e irreverente, un año después de los hechos de octubre de 1917, Prokofiev dejó su país para instalarse en Occidente, más en busca de la tranquilidad necesaria para componer que por motivos de índole ideológica. Japón, Estados Unidos (donde su presentación como pianista se calificó de «bolchevismo musical») y Francia fueron los países en que se presentó, no siempre con fortuna.
Mientras los trabajos escritos para la compañía de los Ballets Rusos de Serguei Diaghilev –Chout, El paso de acero, El hijo pródigo– fueron relativamente bien recibidos, su ópera cómica El amor de las tres naranjas fue acogida con indiferencia en su estreno en Chicago en 1921.
El poco éxito y la añoranza que sentía por su patria fueron dos de las razones que le llevaron en 1933 a regresar de forma definitiva a su país. Sin embargo, la Unión Soviética había experimentado profundos cambios desde que el compositor la abandonara en 1918: a la libertad de que los artistas disfrutaban en aquellos primeros tiempos, había sucedido el control estatal respecto a toda creación artística, que debía ceñirse de manera obligatoria a unos cánones estrictos, los del realismo socialista. Algunas de sus obras, como la Cantata para el vigésimo aniversario de la Revolución, fueron consideradas excesivamente modernas y, en consecuencia, prohibidas.
El estilo de Prokofiev derivó entonces hacia posiciones más clásicas, con lo que el componente melódico de sus composiciones ganó en importancia. Algunas de sus páginas más célebres datan de esta época: los ballets La Cenicienta y Romeo y Julieta, inspirado en el Romeo y Julieta de Shakespeare, el cuento infantil Pedro y el lobo, las partituras para dos filmes de Sergei Eisenstein, Alexander Nevski e Iván el Terrible, las tres «sonatas de guerra» para piano, la Sinfonía núm. 5, la monumental ópera Guerra y paz… Falleció el mismo día y año que Stalin, el 5 de marzo de 1953.
Fuente
Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Sergei Prokofiev.
En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España).
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Escucha esta obra
Sergei Prokofiev: Peter and the Wolf. hr-Sinfonieorchester
Lunes 23 de octubre de 20:30 a 21:30
Horario habitual de actividades:
Todos los lunes de 20:30 a 21:30.Lugar: Escuela de Música Soto Mesa Sta Cruz de Marcenado, 1, Madrid. Metro San Bernardo (L2-L4).
Precio: Individual 10€, bono de cinco audiciones 30€. Estas últimas, con una validez de un curso escolar.
Podrás ver y escuchar esta audición comentada de 20:30 a 21:30 en La Escuela de Música Soto Mesa . c/ Sta Cruz de Marcenado, 1, Madrid. Metro San Bernardo (L2-L4).
La primera actividad es gratuita
, excepto los conciertos.Reserva tu plaza en el 91 593 48 55 o escribiéndonos a secretaria@sotomesa.com.
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