74 citas y 18.249 personas con limitación de aforo al 50%
La 82 Quincena Musical de San Sebastián llega hoy a su fin y lo hace con el concierto de la Budapest Festival Orchestra, que, dirigida por Ivan Fischer, llega acompañada del pianista Dejan Lazic, que interpretará el Concierto en sol de Ravel. Esta cita tendrá lugar el viernes 27 de agosto a las 19:30 horas en el Auditorio Kursaal.
La Budapest Festival Orchestra, considerada en su momento una de las 10 mejores orquestas del mundo, es la agrupación sinfónica internacional que en más ocasiones ha visitado el festival en su historia reciente y, en esta ocasión, será la que ponga el colofón a una Quincena que, tras una pasada edición de dimensiones limitadas a causa de la pandemia, apostaba firmemente por la recuperación, tanto en volumen de conciertos, como en presencia internacional y también en el protagonismo de la música coral, una de sus señas de identidad. Unas expectativas de vuelta a cierta normalidad que, a falta del concierto de hoy, se han visto satisfechas.
Viernes 27 de agosto a las 19:30 hs | Auditorio Kursaal
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Hablamos de cierta normalidad porque, por segundo año consecutivo, la Quincena se ha desarrollado en un contexto en el que las medidas de prevención ante la Covid-19 han marcado la celebración de cada uno de los eventos programados.
Limitación y control de aforo, identificación de las personas asistentes, higiene de manos, uso obligatorio de mascarilla, distancia de seguridad… se ha realizado un gran esfuerzo para hacer de cada una de las citas del festival un espacio en el que disfrutar de la música.
Y así ha sido, gracias, en gran medida, a la colaboración del público. Salvo la cancelación en la Jornada Inaugural por parte de la Coral Andra Mari, el resto de los conciertos programados, un total de 74, así como todos los demás eventos organizados, se han llevado a cabo con total normalidad, sin incidencias reseñables.
También la respuesta del público ha sido positiva en cuanto a asistencia a los conciertos; como pudimos leer en una crónica de los dos conciertos de la Orquesta de Galicia en el festival, “el público, poco o mucho, está hambriento de música.
Ayer era tanta su hambre y tan grande el éxito que por un momento pensamos ser devorados” (J. Vizoso, ABC). En esta edición en la que se ha contado con un aforo reducido a menos de la mitad de las localidades, se ha obtenido una ocupación media del 95 %, si bien en el caso de los grandes conciertos del Kursaal ha rozado el 100 %, (99,49 %). 18.249 personas han asistido a las 74 citas musicales celebradas y la recaudación total obtenida en taquilla ha ascendido a 385.000 € brutos.
Se han registrado llenos absolutos en los 11 conciertos celebrados en el Auditorio Kursaal, con un total de 8.800 asistentes. Centro neurálgico de la Quincena y escenario de sus conciertos sinfónico-corales, ha sido testigo de cómo el festival retomaba su carácter internacional de la mano de orquestas como la de Luxemburgo o la del Festival de Budapest, o con la presencia en recital de figuras mundiales.
Grigory Sokolov (“Era de esperar que su recital fuera uno de los grandes eventos de Quincena y así fue”, DV) o Elisabeth Leonskaja (“Veterana fraseadora, artista singular, expresiva y comunicativa”, A. Reverter, La Razón), que regresaban al festival, o el debut en el mismo de las pianistas Mitsuko Uchida (“Dama del tiempo y del silencio, regaló expresión pura de un Schubert que nos habló con elocuencia desde su piano”, M.J. Cano, DV) y Yuja Wang (“Una maga capaz de generar los mayores sortilegios a través de un virtuosismo prodigioso y de un alma sensible y secreta”, J. Romero, Beckmesser), así como el de la violinista Anne-Sophie Mutter.
Pero además de su posición en el panorama internacional, la Quincena se caracteriza por la preeminencia de la música coral, como reflejo del peso de las masas corales en nuestro territorio. Y también esta edición ha estado marcada por el regreso de los coros al escenario del Kursaal.
El Coro Mixto Easo y del Orfeón Donostiarra abordaron obras de gran exigencia con las que demostraron su buen estado de forma. En otros ciclos del festival, hemos contado con la presencia de otras formaciones vocales del país como KUP Taldea, Suhar Abesbatza, Euskal Herriko Gazte Abesbatza, Easo Eskolania, Easo Gazte Abesbatza, Conductus Ensemble, Coro Eskola Gurutzeaga, Coro de la Escuela de Música de San Sebastián y Landarbaso Abesbatza.
La Quincena Musical de San Sebastián, comprometida con el impulso de la creación e interpretación por parte de los y las artistas vascos, ha contado en su 82 edición con una importante presencia de músicos y agrupaciones locales, además de las corales.
Por el Auditorio Kursaal han pasado la Euskadiko Orkestra y la Euskal Herriko Gazte Orkestra (EGO), que ha marcado un hito en su historia con su debut en el ciclo de grandes conciertos de la Quincena.
El Teatro Victoria Eugenia acogió la presentación de sendos proyectos de danza liderados por dos bailarinas guipuzconas, ambas Premios Nacionales de Danza y nominadas en los últimos premios Max: Lucía Lacarra e Iratxe Ansa. En el teatro se estrenó, además, la nueva producción de la Quincena creada por y para público infantil y juvenil, Hirira,un proyecto colaborativo fruto del talento local, con los jóvenes del Coro Easo, comandados por Gorka Miranda y con la dirección artística de Mafalda Saloio.
Y por los diferentes ciclos de la Quincena han pasado hasta medio centenar de intérpretes guipuzcoanos: artistas consagrados con una larga trayectoria a sus espaldas, como Marta Zabaleta, Josu Okiñena, Iagoba Fanlo, María José Barandiaran, Judith Jáuregui o Antton Valverde; figuras emergentes como Carmen Artaza o jóvenes músicos, alumnos de Musikene, que comienzan su andadura profesional.
En lo referente al repertorio que se ha podido disfrutar a lo largo de estas semanas de festival, la programación no se ha limitado a brindar al público obras ya establecidas en el canon, si no que además, ha apostado también por obras actuales y de autores locales.
Cabe señalar la presencia de obras de 37 compositores del estado, la mayoría de ellos vascos, 28 de ellos en activo; así como el estreno absoluto de dos obras encargadas por la Quincena. Además, se han interpretado partituras de 38 compositores de todo el mundo en activo.
En cuanto a los diferentes ciclos que conforman el festival, el claustro del Museo San Telmo se ha convertido un año más en sede de los conciertos del Ciclo de Música Antigua y gran parte de las propuestas del Ciclo de Música de Cámara, que han reunido a 1.632 personas. Citas, que como el concierto del pianista Stephen Hough, concitaron gran interés.
El Ciclo de Música Contemporánea ha incluido este año el estreno absoluto de sendas obras de Felix Ibarrondo y Zuriñe F. Gerenabarrena, realizadas por encargo de la Quincena, en su compromiso por impulsar la composición vasca actual.
En su segundo año dentro de la programación del festival, Tabakalera Dantzan se afianza como ese espacio que la Quincena destina a la danza contemporánea, no solo a la exhibición de espectáculos de compañías locales, sino también a la reflexión en torno a ellos por parte de bailarines y público.
Además, en esta edición, la presencia de la Quincena en Tabakalera se ha completado con las escuchas vinculadas a la exposición “Komunikazio-inkomunikazio”, y las dos veladas Musikeler, en el marco de la programación de Kutxa Kultur Gauak.
El Ciclo de Órgano, que ha ampliado su programación hasta los 15 conciertos para poner en valor una vez más el rico patrimonio organístico de Gipuzkoa, ha reunido a 2.644 personas. Esta edición ha supuesto la despedida de Esteban Elizondo como coordinador del ciclo.
El Ciclo de Jóvenes Intérpretes en el Palacio Miramar ha agotado las localidades un año más y ha ofrecido la oportunidad de descubrir el talento y buen hacer del alumnado de Musikene.
Finalmente, la Quincena Andante, el ciclo itinerante del festival, ha llevado la música de la Quincena a espacios alejados de los escenarios donostiarras, con la colaboración de ayuntamientos y de diferentes entidades, como el Museo Chillida-Leku, que este año ha vuelto a la programación de la Quincena.
La música ha llegado así a diversos puntos de la geografía vasca, más allá de San Sebastián. Conciertos como el ofrecido por Carlos Núñez en Arantzazu, el homenaje a Elkano en Getaria, la semblanza musical de San Ignacio en el Santuario de Loiola o los conciertos de cámara en pequeñas localidades alavesas se convierten en verdaderos acontecimientos culturales que cuentan con el favor del público (“El show [en referencia al concierto de Carlos Núñez] resultó de una enorme variedad y muy entretenido para un público que, tras un año complicado, se vio muy necesitado de alegrías como la que pudo disfrutar ayer”, C.R. Vidondo, DV). 1.984 personas han presenciado los conciertos en Gipuzkoa, Navarra, Lapurdi y Álava (en colaboración con la Diputacion Foral de Álava).
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