Embrollos de amor y política en el Madrid castizo de Carlos III
Zarzuela impregnada de un carácter rotundamente urbano, “El barberillo de Lavapiés”, con música de Francisco Asenjo Barbieri (1823-1894) y libreto, en verso, de Luis Mariano de Larra (1830-1901) juega, al modo bufo, a parodiar “El barbero de Sevilla” de Rossini, tanto en su título como en algunos giros textuales y convierte el Madrid de Carlos III en un cuadro costumbrista y viviente, lleno de “majos”, “manolos”, “chulapos” y “chisperos” y con citas muy realistas a los nombres del callejero, ante el que se sucede un divertido embrollo de escenas vibrantes envueltas en una partitura que se convirtió en un gran éxito desde su estreno en el Teatro de la Zarzuela en 1874.
El título, según han coincidido numerosos críticos y especialistas a raíz del estreno de esta producción del Teatro de la Zarzuela, se encuentra tan fresco y vivo que algunas reseñas no han dudado en imaginar a sus protagonistas como actuales “tertulianos o youtubers”.
En la historia, Lamparilla, barberillo de Lavapiés y pícaro aventurero y la costurera Paloma, a la que pretende, se ven envueltos junto a otros personajes populares del Madrid del siglo XVIII, en una catarata de intrigas en las que se mezclan el cortejo amoroso con la política y el carácter castizo de la pareja protagonista enfrentada a la nobleza aristocrática y personajes de postín, pues en paralelo al romance entre el barberillo y la costurera, también se nos cuenta el de los nobles La Marquesita y Don Luis.
18, 20 y 21 de marzo a las 20:00hs | Teatro de la Maestranza
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Sobre esta trama, Barbieri -un músico esencial para el desarrollo de la zarzuela, a la que dedicó más de 60 títulos por su compromiso con un teatro musical nacional y el único compositor que ha ingresado en la Real Academia de la Lengua- despliega una partitura arrolladora con números de gran impacto -el preludio, la presentación de Lamparilla, las seguidillas…- con brillantes recursos populares –la Canción de Paloma, el dúo de Paloma y Lamparilla, la de las caleseras…- y un alarde de orquestación. Este equilibrio entre las formas cultas y las populares es, según el director de escena, Alfredo Sanzol, convierte a “El barberillo de Lavapiés” en “una síntesis perfecta” entre ambas.
La puesta en escena es de Sanzol (Madrid, 1972), Premio Valle-Inclán, en tres ocasiones Premio Max de las Artes Escénicas y quien a partir de enero de 2020 ocupará la dirección del Centro Dramático Nacional, un hombre de teatro que ama el género desde que de niño acompañaba a su madre a ver “La verbena de la paloma” en el Teatro Gayarre de Pamplona.
Para Sanzol, la zarzuela “es superior al musical americano”. Sanzol ha potenciado el tono cómico y de aventuras del libreto “sin olvidar que ambas cosas van unidas a la búsqueda de la belleza” y de que los conflictos difíciles “necesitan de la visión de la comedia para encontrar soluciones liberadoras”.
Con dirección musical de José Miguel Pérez-Sierra (Madrid, 1981, una de las batutas más destacadas de su generación), al frente de la ROSS y del Coro de la A. A. del Teatro de la Maestranza, el reparto presenta a Borja Quiza, Cristina Faus, María Miró, Javier Tomé, David Sánchez y Abel García.
Argumento de «El barberillo de Lavapiés»
La acción se sitúa en Madrid, hacia el año 1776
Primer Acto
Sitio de El Pardo. Es el día de la Romería de San Eugenio, medio pueblo ha acudido para divertirse y merendar. En medio de la algarabía se encuentran con sus amigos el popular Lamparilla y una costurera llamada Paloma. Al mismo tiempo y en el mismo lugar, se han dado cita un grupo de nobles
conspiradores: ellos quieren derrocar a Grimaldi para que pueda subir al poder Floridablanca y así traer un nuevo gobierno para el país. Por allí aparece don Juan de Peralta y la Marquesita del Bierzo, Estrella, pero también se acerca don Luis de Haro, que se encuentra a su prometida con otro hombre; la situación se complica porque don Luis es sobrino de Grimaldi, así que los conspiradores tratan de que no sepa el motivo de su encuentro en el lugar.
En ese momento, y por casualidad, las dos historias se cruzan: de esta forma el barbero y la costurera acaban enredados en la conspiración y ayudan, sin saber muy bien lo que ocurre, a la Marquesita y a los nobles que escapan de la emboscada de don Pedro de Monforte.
Segundo Acto
Plazuela de Lavapiés. Han pasado cinco días sin noticias de Lamparilla, pero este aparece y cuenta a todos lo que le ha ocurrido, aunque aún no entiende muy bien de qué se trata. Ahora aparecen Paloma y Estrella, la Marquesita, que han arreglado la salida del barbero de la Cárcel de la Villa.
En este momento por fin Paloma comprende las verdaderas intenciones de la noble señora: conspirar contra Grimaldi para hacer ver al Rey Carlos III la valía de Floridablanca y poder hacer un nuevo gobierno más justo para el país. Estrella y don Luis se encuentran, pero su relación se complica a causa de los acontecimientos de los días anteriores.
Sin embargo, el encuentro de Lamparilla y Paloma va bastante mejor: ¡descubren que son ellos los que pueden salvar el país! Pero al ver los Guardias Valonas por los alrededores sospechan que es una nueva emboscada de don Pedro contra los conspiradores en la casa de la Marquesita, así que ahora son ellos dos los que organizan una revuelta popular para salvarlos con la ayuda de todos los vecinos del barrio.
Tercer Acto
Casa de la calle de Toledo. En la buhardilla de la casa de Paloma se reúnen las costureras. Allí está también Estrella, la Marquesita, que desde que huyó de su casa, hace un mes, está escondida. Ahora se viste de maja y espera que Lamparilla, junto con sus amigos y vecinos, organice su huida de la ciudad
para ir al extranjero. Don Luis se suma al plan del barbero vestido de majo porque quiere huir con su amada, la Marquesita. Sin embargo, esta vez don Pedro se adelanta con sus guardias y los apresa a todos.
En ese preciso momento llega la noticia que Madrid está revuelto porque Grimaldi ha sido destituido y Floridablanca es el nuevo secretario de estado. Esta eventualidad hace que don Luis decida marchar al exilio, y para su sorpresa la Marquesita dice que le acompañará; ella, que por fin ha visto colmados sus deseos de reforma, queda satisfecha, aunque Lamparilla le advierte de que la felicidad del país no dependerá de este cambio, ya que «siempre son los mismos perros con diferentes collares». Y Paloma a su vez advierte a su barberillo: ahora puede dedicarse solo a afeitar…
Ficha de la zarzuela
NdeP – Dirección Relaciones Externas – Teatro de la Maestranza