El libertino castigado o Don Juan
Título original en italiano, Il dissoluto punito, ossia il Don Giovanni) es un drama jocoso en dos actos con música de Wolfgang Amadeus Mozart y libreto en italiano de Lorenzo da Ponte basado en la obra original El burlador de Sevilla y convidado de piedra de Tirso de Molina. Lleva como número KV 527.
Se estrenó en el Teatro de Praga (actualmente llamado el Teatro Estatal) el 29 de octubre de 1787. El libreto de Da Ponte fue considerado por muchos en la época como dramma giocoso, un término que denota una mezcla de acción cómica y seria. Mozart introdujo la obra en su catálogo como una «ópera buffa». Aunque a veces clasificada como cómica, mezcla comedia, melodrama y elementos sobrenaturales.
Como obra destacada del repertorio operístico estándar, aparece como el número siete en la lista Operabase de las óperas más representadas en todo el mundo, y la tercera de Mozart, después de La flauta mágica y Las bodas de Fígaro. La ópera, obviamente, es una reelaboración del tema literario del Don Juan. Además de todas las reelaboraciones literarias y reflexiones filosóficas del tema en general, la ópera ha suscitado algunas recepciones literarias específicas.
Composiciones y estrenos
Mozart compuso la ópera entre marzo y octubre de 1787, en Viena y en Praga, basada en el mito de Don Juan (el correspondiente italiano de Juan es Giovanni), y en particular en el inmediato antecedente de la ópera Don Giovanni Tenorio de Giuseppe Gazzaniga, estrenada en los recientes Carnavales de Venecia de principios de 1787. Surgió como un encargo a raíz del éxito que tuvo en esta última ciudad el estreno de su anterior ópera, Las bodas de Fígaro.
Acabó la partitura el 28 de octubre del mismo año, después de que Da Ponte fuera llamado a Viena para trabajar en otra ópera. Hay relatos dispares sobre que acabase la obertura en el último minuto; algunos dicen que fue terminada el día antes del estreno, otros el mismo día. Más probablemente se terminó el día antes, dado el hecho de que Mozart escribió que terminó la ópera el 28 de octubre. La partitura exige dobles instrumentos de madera, trompas y trompetas, timbales, bajo continuo para los recitativos, y las usuales cuerdas.
El compositor también especificó ocasionales efectos musicales especiales. Para la escena del baile al final del Acto I, Mozart exige no menos de tres grupos en escena para tocar diferentes danzas en sincronización, cada una de ellas con su metro respectivo, acompañando la danza de los principales personajes. En el Acto II, se ve a Giovanni tocando la mandolina, acompañando cuerdas pizzicato. Cuando la estatua del Comendador habla por vez primera más tarde en el acto, Mozart añade tres trombones al acompañamiento.
La ópera fue estrenada en el Teatro Estatal de Praga el 29 de octubre de 1787, bajo su título completo de Il Dissoluto Punito, ossia il Don Giovanni Dramma giocoso in due atti. La obra fue recibida con gran éxito de crítica y público, como ocurrió a menudo con la obra de Mozart en Praga. El Prager Oberamtszeitung escribió: «Aficionados y músicos dicen que Praga nunca ha oído nada parecido,» y «la ópera… es extremadamente difícil de interpretar.» Provincialnachrichten de Viena señaló, «Herr Mozart dirigió en persona y fue recibido feliz y jubilosamente por la numerosa concurrencia.»
Mozart también supervisó el estreno en Viena de la obra, que tuvo lugar el 7 de mayo de 1788. Para esta producción, escribió dos nuevas arias con sus correspondientes recitativos: el aria de Don Ottavio Dalla sua pace (K.540a, compuesta el 24 de abril para el tenor Francesco Morella), el de doña Elvira In quali eccessi … Mi tradì quell’alma ingrata (K. 540c, compuesta el 30 de abril para la soprano Caterina Cavalieri) y el dúo entre Leporello y Zerlina Per queste tue manine (K. 540b, compuesto el 28 de abril).
Prácticas de interpretación
Originalmente los actores alternaban entre recitativo hablado y arias, pero en las producciones modernas se suele utilizar el recitativo secco compuesto por el mismo Mozart para sustituir el texto hablado.
l conjunto final de la ópera normalmente se omitió hasta mediados del siglo XX, y no aparece en el libreto vienés de 1788. Mozart también hizo una versión acortada de la partitura operística. A pesar de todo, el conjunto final es casi invariablemente interpretado en pleno hoy.
Otro enfoque moderno que se encuentra ocasionalmente es cortar el aria más célebre de Don Ottavio, Il mio tesoro, en favor de la menos exigente Dalla sua pace, que la reemplazó en el estreno vienés para adecuarse al tenor Francesco Morella. La mayor parte de las producciones modernas encuentra un lugar para ambas arias de tenor, sin embargo. Además, el dúo Per queste tue manine, compuesta específicamente para el estreno vienés, se corta frecuentemente en las producciones de la ópera del siglo XXI.
En producciones modernas, Masetto y el Comendador son papeles interpretados por diferentes cantantes, aunque el mismo cantante interpretó ambos papeles tanto en el estreno de Praga como en el de Viena, y el coro de demonios de la escena final después de la salida del Comendador da al cantante el tiempo para cambio de vestuario antes de entrar como Masetto para el sexteto.
Dónde transcurre la acción
En Sevilla, en el palacio del Commendatore y sus alrededores.
Los personajes
Don Giovanni: joven noble
Leporello: criado de Don Giovanni
El Commendatore: comendador de Sevilla
Donna Anna: hija del Commendatore
Don Ottavio: prometido de Donna Anna
Donna Elvira: dama de Burgos
Zerlina: campesina
Masetto: esposo de Zerlina
Acto primero
Leporello espera a su señor Don Giovanni
a la entrada del palacio del Commendatore de Sevilla.
Está harto de las aventuras de su señor.
Don Giovanni sale apresuradamente del palacio
y, tras él, Donna Anna, la hija del Commendatore,
que intenta descubrir quién ha intentado forzarla.
Durante la persecución, aparece el Commendatore
que, para defender el honor de su hija,
desafía en duelo al asaltante.
Mientras tanto, Donna Anna entra en la casa en busca de ayuda.
Don Giovanni hiere de muerte al Commendatore y escapa.
Vuelve Donna Anna, acompañada de Don Ottavio,
su prometido, y encuentran al Commendatore sin vida.
Desolada, la joven pide a Don Ottavio
que vengue la muerte de su padre.
Por la noche, Don Giovanni y Leporello están en un hostal.
Al ver que llega una mujer, se esconden.
Se trata de Donna Elvira, noble procedente de Burgos,
que se lamenta del hombre que la ha abandonado.
Don Giovanni quiere aprovecharse de la situación,
pero al salir de su escondite,
Donna Elvira le reconoce como al traidor de quien hablaba.
Don Giovanni huye, mientras Leporello explica a Donna Elvira
todas las conquistas amorosas de su amo.
Perpleja por lo que acaba de oír, se va decepcionada.
En las afueras de Sevilla, unos campesinos
celebran la boda de Zerlina y Masetto.
Don Giovanni y Leporello se unen a la fiesta.
Don Giovanni se insinúa a Zerlina
que se siente halagada y no le rechaza.
Para librarse de Masetto y de los invitados,
ordena a Leporello que invite a todo el mundo
a una fiesta en su palacio.
Masetto, dolido, ve como su Zerlina se queda a solas
con el seductor.
Aparece Donna Elvira que previene a la joven
contra Don Giovanni y se la lleva,
desbaratándole así los planes de éste.
Llegan Don Ottavio y Donna Anna que, por la voz,
cree reconocer al asesino de su padre.
En el jardín del palacio de Don Giovanni,
Masetto echa en cara a Zerlina su coqueteo con Don Giovanni.
Ella se muestra arrepentida pero no consigue vencer
la desconfianza de Masetto.
Donna Elvira, Donna Anna y Don Ottavio, enmascarados,
llegan a la fiesta dispuestos a poner en evidencia
a Don Giovanni.
Leporello sin reconocerles, les invita a entrar.
Don Giovanni intenta de nuevo seducir a Zerlina
pero los gritos de la joven alertan a los invitados,
que se sacan las máscaras y le amenazan.
Don Giovanni se marcha, impasible y desafiante.
Acto segundo
Al anochecer, Leporello y Don Giovanni
se encuentran delante de la casa de Donna Elvira.
La intención de Don Giovanni es seducir
a una de las criadas de Donna Elvira.
Para ello pide a Leporello que intercambien la ropa.
Al oír la voz de Donna Elvira, Don Giovanni insta a Leporello
a que le suplante para seducirla y llevársela,
dejándole así el camino libre para seducir a la criada.
Donna Elvira cae en la trampa.
Cuando ambos se han ido,
Don Giovanni entona una serenata bajo la ventana de la criada.
Llega entonces Masetto, acompañado de los campesinos,
que busca Don Giovanni para matarlo.
Lo encuentran, pero no le reconocen
porque lleva las ropas de Leporello.
Don Giovanni, disfrazado, aprovecha la ocasión
para propinar una paliza a Masetto.
Zerlina oye los gemidos de su esposo y se lo lleva a casa.
Amorosa, le consuela, echándole en cara que sea tan celoso.
Leporello y Donna Elvira que aún no le ha reconocido,
llegan paseando ante la casa de Donna Anna.
Leporello, cansado de esta situación quiere huir,
pero en aquel momento aparecen los demás personajes
que, al confundirle con Don Giovanni, intentan matarle.
Leporello termina por revelar su verdadera identidad.
Todos se indignan y Don Ottavio decide llevar a cabo
la venganza que le reclaman.
Donna Elvira se queda sola y, a pesar de todo,
desea que no le ocurra nada a Don Giovanni.
Más tarde, Don Giovanni se encuentra casualmente
con Leporello en un cementerio.
Intercambian de nuevo sus ropas
y, mientras le explica al criado sus últimas fechorías,
oyen la voz de ultratumba de la estatua del Commendatore.
Don Giovanni, que se lo toma en broma,
obliga Leporello a invitarla a cenar.
La estatua acepta la invitación.
En su habitación, Donna Anna se lamenta de la muerte de su padre
y, desconsolada, se niega a aceptar
la proposición de matrimonio de Don Ottavio.
En el palacio de Don Giovanni, todo está a punto para la cena.
Entra Donna Elvira que, en una última muestra de su amor,
ruega a Don Giovanni que abandone su vida de libertinaje.
Al ver que éste la ignora, se marcha.
En aquel momento aparece el Commendatore,
que pide a Don Giovanni que se arrepienta de su vida de libertino.
Él se niega.
Siente entonces un frío glacial que invade su cuerpo,
y entre grandes tormentos la estatua se lo lleva al infierno.
Llegan los demás personajes,
dispuestos a vengarse de Don Giovanni.
Leporello les explica el trágico final de su amo,
que a todos les parece bien merecido porque, concluyen:
“Este es el fin del que obra mal y, para los pérfidos,
la muerte siempre es igual a la vida”.