Resumen de la nota
El clarinetista tinerfeño Daniel Molina lanza su primer álbum, Ludus, junto al pianista Javier Negrín bajo el sello Odradek Records.
El disco explora las diversas facetas del clarinete a través de un repertorio variado, que incluye obras como la Sonata op. 94 de Prokofiev, adaptada para clarinete, y la Sonata de Pablo Díaz Sánchez, originalmente para saxofón.
El álbum también presenta la Sonata de Salvador Brotons y una transcripción de la Pieza lírica de Armando Alfonso, cerrando con los Préludes de danse de Witold Lutosławski.
La colaboración entre Molina y Negrín fue clave para ajustar las transcripciones, logrando un diálogo profundo entre clarinete y piano.
Publicado en TLM
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Ver: Daniel Molina
El CD, que resalta el caracter extrovertido y juguetón del clarinete, ha sido publicado por Odradek Records, e incluye obras de Sergei Prokofiev, Pablo Díaz Sánchez, Salvador Brotons, Armando Alfonso y Witold Lutoslawski.
El clarinetista tinerfeño Daniel Molina presenta en su primer álbum, grabado junto al pianista Javier Negrín con el sello Odradek Records, un proyecto en el que muestra las múltiples caras del clarinete a través de un repertorio variado, bajo el título “Ludus”.
“Ludus hace referencia a un aspecto que es a la vez identitario y que forma parte del carácter de esta música: en casi todas las piezas hay un movimiento de carácter extrovertido, juguetón o directamente danzable. El clima general del disco fluctúa entre la introspección y la contemplación más simpática y amable -señala Daniel Molina.
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El disco comienza con la Sonata op. 94 de Prokofiev (1891-1953) que, aunque muchos violinistas la consideran parte intrínseca de su repertorio, fue escrita originalmente para flauta y piano.
El éxito de la transcripción que el propio Prokofiev hizo para violín relegó la original a un segundo plano y solo fue publicada tras la muerte de su autor. Daniel Molina y Javier Negrín cotejaron ambas versiones a la hora de hacer su propio arreglo.
La Sonata para clarinete y piano de Pablo Díaz Sánchez (1997) es un arreglo de una sonata previa para saxofón alto y piano y posee un estilo ecléctico que no se ciñe a una única visión compositiva gracias a la gran versatilidad de ambos instrumentos.
Salvador Brotons (1959) compuso su Sonata para clarinete y piano, op. 46. en la primavera de 1988 y en ella el clarinete despliega su particular sonido exento de vibrado a diferencia del de los restantes instrumentos de viento madera.
El dúo Molina – Negrín ha querido contribuir a la divulgación de la obra de Armando Alfonso (1931), compositor admirado por ambos, con la grabación de la Pieza lírica para violín y piano en una transcripción para clarinete y piano, una obra profunda y armónicamente muy rica.
Cierra el álbum Préludes de danse que Witold Lutosławski (1913-1994) escribió en 1954 y pertenece a su periodo más folclorista.
“Mi colaboración con Javier Negrín ha sido especialmente fructífera y hemos dedicado mucho tiempo a trabajar con los compositores Pablo Díaz y Armando Alfonso para terminar de ajustar las transcripciones de sus obras, que existían en versiones para saxofón y violín” – destaca Daniel Molina.
Por su parte, Javier Negrín comenta: “Mi relación con el repertorio de clarinete se remonta a 2004, poco después de mi debut en el Wigmore Hall y la culminación de mis estudios en el Royal College of Music de Londres. En ese momento, grabé mi primer CD comercial con obras para clarinete y piano”.
“Cuando Daniel me propuso el repertorio que incluiría Ludus, me pareció una excelente manera de continuar explorando este camino que tantas satisfacciones y amor por la música me ha brindado”.
NdeP
