El divo después del último bis
¿Qué le pasa al divo después de una actuación? ¿Cuáles son sus miedos, su mundo interior mientras aún resuenan los últimos aplausos? Este es el argumento principal de El Bis, un nuevo espectáculo que se estrenó ayer, domingo 12 de agosto, el Festival Castell de Peralada.
Encargo a Rafael R. Villalobos
Con motivo del 25 aniversario del Golf Peralada, el Festival encargó al director de escena Rafael R. Villalobos y al artista residente de esta edición, el contratenor Xavier Sabata, un espectáculo de nueva creación, una propuesta musical que los alejaba de los sus registros habituales; una noche de cabaret en una de las terrazas del Hotel Peralada Wine Spa & Golf. El clavecinista Dani Espasa, capitaneó un cuarteto de cuerda de la orquestra barroca Vespres d’Arnadí, los cuales pusieron las notas musicales de un programa ambicioso donde no faltó el humor, la frivolidad, la soledad y el amor.
© Joan Castro – Iconna
La importancia de los bises
El espectáculo empezó con un Xavier Sabata eufórico después de una brillante actuación; vestido con un esmoquin negro, narró la importancia y el significado de los bises en un concierto.
Con una puesta en escena que reproducía una habitación de hotel y un tocador en un camerino, el contratenor, que ayer incluso cantó como barítono, empezó los bises con «Stille amare» de Ptolomeo, re d’Egitto de Händel. Como segunda propina, una nueva aria de Händel; Abruccio, avvampo de Fremen de la ópera Rinaldo, fuera de programa. Una vez en el camerino, el divo comenzó a despojarse de cuerpo y alma. Con una bata negra y blanca diseño de Palomo Spain, Xavier Sabata cantó a dúo con él mismo la maravillosa «Pietoso nume arcier» de Bononcini que le siguió «Cor mio» de F. Cavalli tras un monólogo sobre los fans y el sentido que dan estos a la carrera de un divo.
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© Joan Castro – Iconna
Empieza la segunda parte
El divo vuelve al escenario. Con una atrevida bata verde, con plumaje rosa y rojo nuevamente de Palomo Spain, Sabata se convierte en una caricatura de sí mismo a través de los números musicales de Tango de la Menegilda y con Born This Way de Lady Gaga, versionadas por Rafael R. Villalobos. La melancolía llegaba después del absurdo con un sensacional “Morgen” de R. Strauss que entrelazaba con «Losing my mind» de Follies de Sondheim. En la cama, Blue Angel de Antony and the Johnsons dio paso el aria «Mild und Leise» de Tristan und Isolde de R. Wagner con un Xavier Sabata vestido ahora de blanco.
El espectáculo termina y llegan de nuevo las propinas; sentado en el escenario y con partitura en la mano, sonó en griego un poema de Federico García Lorca del compositor Jatzidakis, siguió con «Alza il ciel» de Orlanini, y por petición del público, repitió «Morgen» de Strauss.
Punto y final de un espectáculo redondo, inteligente y lleno de reflexión. Un trabajo cuidado, donde los arreglos de Dani Espasa estuvieron sublimes. Se cerró el telón y la banda sonora del éxito llenó este gran espacio abierto. Noche de cabaret bajo las lágrimas de San Lorenzo.
Vídeo: El divo después del último bis
Nota de prensa en catalá
NdeP – Prensa y comunicación Festival Castell de Peralada