Sin duda, los podcasts ya configuran una gran parte de nuestra dieta diaria de medios, con la posibilidad de ser consumidos cómo y cuándo el oyente quiera. El auge de la economía del podcast es ahora tan grande que Spotify no sólo pagó 100 millones de dólares para asegurar el acuerdo de licencia exclusiva para el popular podcast Joe Rogan Experience, sino que el acuerdo añadió más de 1.000 millones a la capitalización de mercado de la compañía de streaming, según Musically.
Sony Music ha identificado el podcasting como un «área clave de desarrollo creativo y empresarial» y está reuniendo un equipo en su oficina de Nueva York para producir podcasts; Atlantic Records lanzó su propio equipo de podcast en 2018; y Universal Music anunció un acuerdo con Wondery al año siguiente para producir podcasts.
Para los músicos, por su parte, el lanzamiento de un podcast se ha convertido en una parte importante a nivel promocional, especialmente después del éxito de podcasts de artistas como George Ezra, Jessie Ware, Pixies, The White Stripes y Oasis.
Los sellos y los artistas mueven ficha
La prisa de las discográficas y los músicos en el espacio de podcasting tiene mucho sentido. La música y los podcasts están estrechamente entrelazados -un estudio reciente de Pex encontró que el 17% de todos los episodios de podcast contienen música– mientras que las discográficas tienen acceso tanto a los artistas como al tipo de material para que los podcast puedan alcanzar un gran potencial.
Al anunciar Atlantic su incursión al podcasting, el presidente y CEO de la compañía, Craig Kallman, junto con el presidente y COO Julie Greenwald, dijeron en una declaración conjunta que la discográfica tiene «un flujo constante de artistas, así que el siguiente paso lógico para nosotros fue crear un ambiente donde pudiéramos capturarlos espontáneamente contando sus historias y hablando de su música».
Tiene sentido también para las discográficas entrar en el mundo del podcasting, sobre todo cuando los socios clave de la industria como Spotify y Apple están trabajando duro en este tipo de contenido, dando a las principales discográficas un arma adicional en las conversaciones de licencias con servicios de streaming.
