Entrevista a Javier Monteverde, ingeniero de sonido y director de Cezanne Producciones

Publicado en TLM

Ver: José Luis Temes

«La producción de Audio convertida en Arte»

La idea de esta entrevista surgió de una conversación con el maestro José Luis Temes, donde como en cualquier charla amable se va pasando de un tema al otro sin ningún salto abrupto.

De su historia pasamos a su larga trayectoria y experiencia, al Covid por supuesto, a sus incontables CD’s grabados, y aquí prácticamente quedó todo en un monólogo del maestro sobre Cezanne Producciones, sobre el ingeniero Javier Monteverde, la calidad de su labor, de su pericia con el sonido, de su estudio y un largo etc.

El ingeniero Javier Monteverde en uno de los estudios de Cezanne Producciones

Tan llamativo fue el entusiasmo del maestro, que solicitamos que le preguntara al mencionado sobre la posibilidad de realizar una entrevista, pues dada la tan loable opinión que de su trabajo tiene un cliente tan experto en música, es algo que nos llamó poderosamente la atención.

Afortunadamente y tal como había predicho el maestro, el ingeniero Monteverde estuvo encantado de que alguien le pregunte sobre su tema preferido, y no de ahora según nos enteramos luego, sino de toda la vida.

Es posible que nuestras preguntas no hayan sido las más idóneas y apropiadas para realizar a un ingeniero de sonido, pues para hacer preguntas realmente interesantes y relevantes, deberíamos ser profesionales en el tema, lo que no es el caso en absoluto, pero decidimos hacerlo de todos modos, pues habrá muchos ignorantes como nosotros, que sacarán algún provecho de sus respuestas. Sin duda otro ingeniero de sonido hubiera hecho preguntas más técnicas, pero esto es lo que hay.

Javier Monteverde con Ara Malikian grabando en Cezanne Producciones

La entrevista

Ante todo, nuestro agradecimiento al señor Monteverde por ser tan accesible, por aceptar tan rápidamente nuestra propuesta y ser tan veloz en satisfacer con tanto detalle nuestras preguntas.

TLM. Como está claro que nadie nace sabiendo, sin embargo es posible en temas como el que nos ocupa, varios posibles inicios. Comenzar de forma entusiasta y autodidacta, como suele hacerse ahora viendo tutoriales en Yotube, y luego optar por una formación académica o incluso de los modos más casuales, pero centrémonos en su caso. ¿Cómo comenzó en el mundo de la música o el sonido o ambos a la vez?

J.M. En mi caso, fue de niño, y a esa edad yo no hacía esa discriminación ni veía diferencia entre sonido, música… A mi, lo que me llamaba mucho la atención era la música y ya con 9 o 10 años tenía una facilidad natural y mayor que la del resto de mis compañeros de curso para comprender e interpretar piezas musicales. Nada de prodigios, sino que simplemente tenía más interés por la materia, y a esas edades, es el interés y la curiosidad sobre un tema, lo que marca la diferencia, sin necesidad de apelar al término «prodigio».

Mi padre, además, ha sido siempre un gran melómano y audiófilo, es decir, que le gustaba tanto la buena música como el buen sonido, lo que supongo que fue un requisito a tener en cuenta al oír una obra musical, que me transmitió de manera natural, pudiendo disfrutar continuamente en nuestra casa de muy buena música, clásica y no clásica en equipos “Hi End” de alta gama: amplificadores McIntosh labs, altavoces AR Systems y JBL Studio monitor, Giradiscos Bang & Olufsen, reproductor de cassetes Nakamichi, Reproductor de cinta abierta Revox, auriculares electrostáticos Koss, etc. ¡Hablamos de principios de los años 70! Me acostumbré al buen sonido muy pronto, e igualmente mostraba un mayor interés por estos equipos que el demostrado por el resto de mis cinco hermanos.

Por otro lado, viniendo de una familia numerosa sin más antecedentes artísticos que el de un abuelo por parte de padre, que era escultor y que, como buen artista, nunca gozó de una solvencia económica holgada, mis padres nunca fueron muy proclives a que mi afición a la música pasara del simple pasatiempo o afición doméstica.

De esta manera, aún recibiendo clases particulares de solfeo y órgano en mi casa, pasé mi periodo escolar de una manera muy convencional, aunque siempre mostrando gran afición a la música y a tocar el órgano Lowrey que teníamos en casa.

Ya vamos teniendo una idea razonablemente acertada del claro incentivo que existió desde época temprana. Sin embargo, con el mismo incentivo algunos se dedican a interpretar un instrumento, o no pasan de ser melómanos toda su vida, pero con una profesión más ortodoxa y lucrativa, pero.. ¿De esa infancia como se llega a transitar el camino necesario para llegar a ejercer su pasión como una profesión?

Como he comentado, el sonido de la música me atraía mucho y ya bien temprano me encantaba grabar cintas de cassete y mezclar canciones, preocuparme de que sonaran lo mejor posible ecualizando las grabaciones, variando los volúmenes, etc.

Me fascinaba el grabador de cinta abierta Revox que mi padre tenía y todos los aparatitos que iban apareciendo por casa: grabadores de video Betamax, el primer lector de CDs de Sony, etc. Era un mundo mágico para mí.

Al terminar el colegio, ingresé en la Universidad Politécnica de Arquitectura en Madrid. Mi padre es arquitecto y aunque no me apasionaba la vida del arquitecto, sí que me gustaba la parte artística de la disciplina, de manera que comencé la carrera y estuve cinco años matriculado estudiando en la universidad.

El caso es que al mismo tiempo, a los 18 años se despertó aún con mayor fuerza mi pasión por la música coincidiendo con el final de “la movida madrileña”, y porque con varios amigos montamos un grupo de pop español con el que grabamos un par de discos profesionales y lo pasamos verdaderamente bien. Fueron años locos, creativos y divertidos, propios del periodo universitario de aquellos años ochenta.

Cada vez tenía más interés por la música y la ingeniería. Componía mis canciones y en 1989 me apunté al CEV (Escuela Superior de Comunicación, Imagen y Sonido), para realizar una formación profesional de 2 años como técnico de sonido profesional en estudio, a la vez que continuaba con la carrera de Arquitectura que, dicho sea, cada vez me interesaba menos.

La realidad es que acabé abandonando la carrera de arquitectura por la música, con el consiguiente disgusto de mis padres. Muy propio de la generación de la postguerra que siempre pensó que con una carrera universitaria tenías el futuro asegurado.

No conozco la definición técnica apropiada, pero por la información que hemos visto en las redes, ser refieren a usted como productor. ¿Cómo es que de pronto o no tan pronto, a uno lo comienzan a llamar productor?

El término “productor musical” tiene mucha enjundia. No es algo que realmente se estudie o que ocurra de la noche a la mañana. Lo primero sería intentar definir lo que significa ser productor musical. Para mí es el papel más complejo e importante que hay en la cadena de realización de un proyecto discográfico.

Abarca desde la coordinación de horarios y lugares de grabación, a la elección de los músicos más apropiados para cada rol, pasando por poseer conocimientos de ingeniería de sonido, instrumentos musicales, aparatos de grabación, micrófonos, etc… y terminando por tener una agenda de contactos muy amplia y estar al tanto de lo que se mueve en la industria discográfica. Todo eso lleva muchos años.

Después de acabar el curso de técnico de sonido y coincidiendo con la finalización de nuestro contrato discográfico y la disolución del grupo, tomé la decisión de marcharme a Hollywood, en Los Ángeles (USA), a continuar con mis estudios de música en el Musicians Institute, y aquel año y medio (entre 1991-92) cambió definitivamente mi vida.

Allí, comencé a vislumbrar lo que significaba la producción musical, siendo testigo de multitud de master clases de verdaderas leyendas de la talla de David Foster, Thomas Dolby, Larry Dunn (Earth, Wind & Fire), Patrice Rushen, Scott Henderson, etc. que me abrieron los ojos en campos como la producción, la interpretación, la composición, el sonido, y marcaron mi ideal de trayectoria profesional.

Tuve también la oportunidad, por medio de acuerdos con la escuela, de hacerme representante de estudiantes de la Filarmónica de Los Ángeles, lo que me permitía atender todas las semanas 1 o 2 conciertos en el Music Center LA durante la era Esa Pekka Salonnen. Una experiencia inolvidable en su conjunto.

Según contó, en su infancia, adolescencia y juventud, era más ecléctico en términos musicales pero.. ¿cuándo tomó contacto con la producción discográfica de música clásica? No sería el primero ni el último que se dedica a producir música popular?

Cuando regresé a España, y mientras intentaba continuar con mi carrera como artista pop, ya tenía montado mi “home studio” con el que seguía grabando mis maquetas y además, trabajaba en el estudio de arquitectura de mi padre y en un gimnasio para ganarme la vida.

Dio entonces la casualidad de que uno de los proyectos del estudio de arquitectura fue el Auditorio de Las Rozas. Un auditorio que acabé dirigiendo entre 1999 y 2001, tras concurso público, y que durante mis dos años y medio de gestión me brindó la oportunidad de conocer y tratar a multitud de músicos españoles fundamentalmente del circuito clásico y del jazz. Entre ellos, al maestro José Luis Temes, mi gran mentor en la producción de música clásica.

Organicé en aquel periodo más de 190 conciertos que tuve la ocasión de grabar para el archivo municipal, la mayoría de música clásica, algo de jazz, canción de autor y worldmusic.

Conocí y compartí con una gran cantidad de músicos que en aquellos años empezaban a despuntar en sus carreras y que hoy en día son Premio nacional de música, como el Trío Arbós, Rosa Torres-Pardo, Spanish Brass, José Luis Temes, Cuarteto Casals o Maria José Montiel. Además llegúe a conocer personalidades de la música clásica española como Tomás Marco, Antón García Abril, Carlos Cruz de Castro, etc. con los que luego he trabajado y colaborado. Mi interés por la música clásica y de vanguardia española crecía cada vez más.

Dos años y medio de gestión en el Auditorio de Las Rozas. ¿Y después de ese período dirigiendo el auditorio?

Abandoné la gestión del Auditorio por convicción propia. En este país trabajar para la administración en temas relacionados con la cultura es un calvario. No entienden nada, no les interesa nada y reproduzco literalmente una frase que me respondió un alto cargo del ayuntamiento al quejarme por las continuas trabas y luchas políticas internas dentro del mismo: “Mira Javier, el Auditorio no da ni votos, ni dinero…” Sabía que era el momento de iniciar mi carrera profesional liberal.

Con mis ahorros, mucha ayuda de mis padres y créditos añadidos puse en marcha mis actuales estudios: Cezanne Producciones. Y aquí sigo desde el año 2001.

Literalmente estaba terminando remates en el estudio cuando vi caer las torres gemelas en Nueva York desde el bar que había en frente, con la misma cara de incredulidad y de terror que el resto del planeta.

¿Lo definiría como un nuevo comienzo, como un comenzar de cero entonces?

¡Desde luego! Este tipo de negocios no se montan haciendo planes de negocios ni simulaciones en una hoja Excel. Nunca saldrían las cuentas. De hecho, siguen sin salir.

Yo lo considero una forma de vida por vocación, muy parecida a la de cualquier músico. Te dedicas a ello porque lo necesitas y es tu pasión, no para hacerte rico. De hecho, los ingenieros de sonido ricos no sé si existen… Creo que puede existir gente rica, que se dedica a esto por hobby.

Poco a poco fui recuperando contactos de mi época en el Auditorio y abriendo nuevos caminos en otros terrenos musicales, como la canción de autor, el jazz, el worldmusic, el rock, etc. Reconozco que soy muy abierto musicalmente y me gusta toda la música de calidad en todas sus manifestaciones, aunque reconozco mi debilidad y preferencia por la música acústica, es decir, interpretada por músicos e instrumentos acústicos.

Háblenos entonces de como se ha forjado entonces su camino en las grabaciones de la vanguardia musical y la recuperación histórica de la música clásica española, pues el maestro Temes nos ha contado algo.

Sin lugar a duda la razón de mi dedicación a eso ha sido el maestro Temes. Conocí a José Luis Temes ya en el Auditorio de las Rozas realizando allí mismo varias grabaciones junto a él, con el Trío Mompou, Sara Marianovich, etc. Siempre de música española. Y me fue inculcando el amor y la pasión por la música clásica española, en particular la música de vanguardia y la música olvidada; o sea, los dos extremos.

Como muchas veces me ha comentado el maestro, si no existieran las vanguardias, seguiríamos en las cavernas. Hay que apoyar y dejar documentadas esas músicas, esos autores y esos intérpretes especializados, pero por otro lado, hay que intentar recuperar la mayor cantidad posible de la música olvidada de grandes compositores y compositoras españoles que en muchos casos no tienen grabada una sola obra. Compositores en el exilio, compositores eclipsados por músicos más prominentes de la época, mujeres que vivieron épocas en las que no se las tomaba en cuenta, etc.

Hay una música maravillosa aún por descubrir y grabar y el maestro Temes es muy probable que sea el mayor exponente en España de su búsqueda y recuperación. Ni más ni menos que 104 discos entre vanguardia y recuperación histórica, y cientos de estrenos como director de orquesta avalan su continuo trabajo, y yo he tenido la suerte de acompañarle en 74 de esos discos hasta la fecha, y muchos más que vendrán, espero. No tengo palabras para expresar mi gratitud a todo lo que he aprendido y sigo aprendiendo de producción musical e historia de la música española gracias a José Luis.

Obviamente no es la única persona que me ha influenciado en mi carrera en el mundo de la música clásica. A lo largo de mi trayectoria profesional he tenido la fortuna de trabajar con multitud de artistas, agrupaciones y compositores que cada uno de ellos ha aportado experiencia y conocimiento a mi formación.

Nos interesa que nombre compositores españoles de música clásica contemporánea o actual con los que he trabajado de forma personal o no.

En música española, lo mejor de lo mejor. Tomás Marco, Luis de Pablo, José Luis Turina, Cristóbal Halffter, Antón García Abril, Jorge Fernández Guerra, Jesús Rueda, Manuel Angulo, Francisco Coll García, José María Sánchez-Verdú, Eduardo Pérez Maseda, Eduardo Soutullo, Jesús Torres, María de Alvear, Pilar Jurado, Leonardo Balada, Joan Valent , Teresa Catalán, César Camarero, Carlos Cruz de Castro, Consuelo Díez, Alfredo Aracil, Agustín Gómez Acilu, Mauricio Sotelo, Jorge Grundman, Ivan Palomares, Manuel Moreno-Buendía, Jesús Villa-Rojo, Fernando Egozcue Folgueras, Igmar Alderete, Claudio Prieto, Beatriz Arzamendi, Diana Pérez Custodio, Anna Bofill, Cruz López de Rego, Magaly Ruiz, María Luisa Ozaíta, Mercedes Zabala, José Río-Pareja, Santiago Lanchares, Salvador Brotons, Benet Casablancas, Jacobo Durán-Loriga, Luis de los Cobos, Luis Cobos, Rafael Serrano, Kaelo del Río, Javier Losada, Pablo Martin Caminero, Moisés Sánchez, José Miguel Évora, Jesús Bola, Juanjo Colomer, Pepe Rivero, Manuel Busto.

¿Y algunos compositores extranjeros?

Steve Reich, Sofía Gubaidulina, Orlando Jacinto García, Roberto Sierra, Nikolai Kapustin, Elena Kats Chernin, Terry Jones.

¿Y sobre recuperación histórica de compositores españoles que como comentó, muchos nunca fueron grabados, tiene casos de primeras grabaciones mundiales?

Si, y muchos afortunadamente. German Álvarez Beidgbeder, Miguel Marqués, María Teresa Prieto, Julio Gómez, Ramón Carnicer, Manuel Manrique de Lara, Carles Baguer, María Rodrigo, Rodolfo Halffter, Pablo Sorozábal, Arturo Duo Vital, Facundo de la Viña, Conrado del Campo, Francisco Calés, José Maria Franco Bordóns, Evaristo Fernández Blanco, Fernando Remacha, Enrique Fernández Arbós, Emilio Arrieta, Gerardo Gombau, José Muñoz Molleda, Tomás Bretón, Ángel Arteaga, Jesús Bal y Gay, Xavier Montsalvatge, Emilio Lehmberg, Ramón Garay, Ernesto Halffter, Manolo Balboa, Simón Tapia-Colman, Marcial del Adalid, Eduardo Toldrá, María de Pablos, Emilio Arrieta.

¿Algunos Intérpretes que usted considere relevantes?

Bueno… Afortunadamente, en nuestro país son demasiados, y si me pongo a nombrarlos, al terminar la entrevista me vendrán decenas más a la memoria y la culpa por haberlos olvidado, pero como no tenemos todo el tiempo del mundo, nombro a los siguientes.

Cuarteto Brodsky, Cuarteto Arditti, Trío Arbos, Cuarteto Casals, Hagen Quartet, Trio Mompou, Habemus Quartet, Sax Ensemble, B3 Classic, Quinteto Cimarron, Iñaki Alberdi, Ander Tellería, Asier Polo, Gérard Caussé, Carlos Cano Escribá, José Luis Estellés, Manuel Blanco, Francisco Martínez, Juan Francisco Padilla, José María Gallardo del Rey, Fernando Domínguez, Jorg Widmann, Alicia de Larrocha, Josep María Colom, Alfonso Gómez, Fernando Turina, Rosa Torres-Pardo, Pilar Jurado, Mario Prisuelos, Juan Carlos Garvayo, Hernán Milla, Aurelio Viribay, Laurence Verna, Isabel Pérez Requeijo, Jorge Robaina, Iliana Morales, Sylvia Torán, Massimiliano Damerini, Pablo Amorós, Eduardo Fernández, Daniel del Pino, Andrés Márquez, Ludmil Anguelov, Lucien Ciorata, Sara Marianovich, Constanza Lechner, Juanjo Guillem, Rafa Gálvez, Antonio Serrano Dalmas, Juan Diego Florez, Susana Cordón, Ruth Iniesta, Alejandro del Cerro, David Azurza, Alfredo García, Javier Recio, Milagros Martín, Lola Casariego, María Orán, Celia Alcedo, Emilio Sánchez, María José Montiel, Mariola Cantarero, Ainhoa Garmendia, Alessandra Marianeli, José Bros, Auxiliadora Toledano, Javier Poveda, Berna Perles, Laia Falcón, Pilar Fontalba, Cristina Valdés, Ara Malikian, Cecilia Bercovich, José Miguel Gómez, René Camacaro, Bruno Hurtado-Gosalves, Cristina Montes, Vicente Cueva, Joan Espina, Jennifer Choi, Leticia Moreno, Miguel Borrego, Fernando Egozcue, Bertrand Pietu, Aldo Mata, Orquesta de Córdoba, Orquesta Filarmónica de Málaga, Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, Orquesta de Granada, Orquesta Sinfónica de Madrid, Orquesta de la Comunidad de Madrid, Orquesta sinfónica de Galicia, Bilbao Orquesta, Orquesta sinfónica de Navarra, Orquesta de Castilla y León, Orquesta de Extremadura, Orquesta Nacional de España, Joven Orquesta de Cantabria, Joven Orquesta Nacional de España, Joven Orquesta de Andalucía, Banda sinfónica de Madrid, Orquesta del Real Conservatorio superior de Madrid.

¿Y sobre directores de orquesta, sus preferidos son..?

Sin duda alguna, Jesús López Cobos, José Luis Temes, José de Eusebio, Salvador Brotons, Miguel Roa, Josep Vicens, Aldo Ceccato, Cristóbal Soler, Javier Losada, Juan Carlos Garvayo, Orlando Jacinto Orlando Jacinto Garcia, Fabio Biondi, Manuel Coves, Joan Albert Amargós, Luis Cobos, Arturo Tamayo, Nacho de Paz, Santiago Serrate, José Serebrier, Miguel Ortega, Enrique García-Asensio, José Ramón Encinar, Antoni Ros Marbá, Pedro Halffter, Álvaro Albiach, Flores Chaviano, Lorenzo Ramos, Miguel Romea, Patrick Davin, Ricardo Frizza, Timothy Brock, Edmon Colomer, Jesús Amigo, José María Moreno, Jaime Martín Delgado, Manuel Busto, Carlos Domínguez-Nieto.

Para terminar, ¿Cómo ve el panorama de la música clásica en España?

Bueno, obviamente el tema de la pandemia no está ayudando mucho a la ya precaria situación de la música tanto a nivel nacional como internacional. Muchísimos amigos músicos no están pasando su mejor momento debido a las cancelaciones de conciertos y festivales, pero creo que hay que pensar que pronto regresará una cierta normalidad para recuperar al menos gran parte de las actividades culturales.

La cultura es una más de las asignaturas pendientes de cualquier gobierno. Nunca ha sido muy bien tratada ni abordada en su problemática, pues como ya conté «no da dinero ni votos», y por eso no creo que el futuro cercano vaya a ser mucho más halagüeño, pero también es cierto que ha sobrevivido a lo largo de la historia gracias al tesón y el compromiso de los miembros de su comunidad.

Los músicos hacen música porque lo necesitan, y los pintores o los escritores pintan o escriben sostenidos por la necesidad imperiosa de dar salida a su pasión. El arte no está en peligro. No queda otra que asumir la condición de cierta incomprensión por parte de la sociedad y tirar para adelante.

Yo por mi parte espero seguir grabando y produciendo música todo el tiempo que pueda. Me apasiona la música, los intérpretes, el sonido, los aparatitos… en definitiva, sigo siendo el mismo niño, pero con muchos más años, (ríe con enusiasmo).

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