“Barne Hegoak”, un doble CD editado por Orpheus Classical
Para Félix Ibarrondo el arte es algo inexplicable que “hace que nuestra existencia tenga más sentido y que, a veces, alivie las dificultades del ser”.
Su larga y sólida trayectoria musical en busca de ese inexplicable ha sido merecedora de la Medalla de Oro de las Bellas Artes 2018, que recibirá junto a otras destacadas figuras de las artes que incluyen al director de teatro Lluis Pasqual, la actriz Penélope Cruz o el guitarrista Pepe Habichuela.
Una larga trayectoria que estos días toma forma en el lanzamiento de su último disco, un doble CD titulado “Barne Hegoak” (“Alas del alma”), editado por Orpheus Classical y que reúne obras escritas entre 1987 y 2017 para orquesta, para formaciones de cámara e instrumentos solos. En sus obras suena los saxofones, el acordeón, la viola, el clarinete, el piano o el txistu, sin olvidar la voz.
Nacido en Oñate en 1943 en el seno de una familia de tradición musical, Félix Ibarrondo, se ha convertido en una de las figuras más importantes de su generación.
Se formó en los Conservatorios de San Sebastián y Bilbao y siguió estudios de Filosofía y Teología. Reside en París desde 1969. Su obra está influida por los compositores Maurice Ohana y Francisco Guerrero, a quienes le unió una gran amistad.
Se inició en la música electroacústica a través del GRMC o Grupo de Investigaciones Musicales, fundado por el compositor Pierre Schaeffery frecuentado por músicos como Iannis Xenakis o Bernard Parmegiani.
Ha compuesto piezas de cámara y para orquesta, así como una interesante obra vocal. Ibarrondo ha obtenido, entre otros, el premio Oscar Esplá y el premio Lili et Nadia Boulanger de la Academia Francesa.
NdeP