Gustavo Dudamel debuta en el Gran Teatre del Liceu con “Il trovatore”

Publicado en TLM

Ver: La soprano Rachel Willis-Sørensen protagonizará “Il trovatore” sustituyendo a Anna Netrebko

Dudamel dirigirá la Orquesta Sinfónica del Liceu y un reparto de lujo formado por Rachel Willis-Sørensen, Yusif Eyvazov, Ludovic Tézier y Okka von der Damerau.

Uno de los directores más aclamados del mundo, el venezolano Gustavo Dudamel, debutará en el Gran Teatre del Liceu los próximos 1 y 4 de octubre con la primera ópera en versión concierto de la temporada 2020/21, Il trovatore, de Verdi, que también contará en su reparto con las magníficas voces de Rachel Willis-Sørensen, Ludovic Tézier, Yusif Eyvazov y Okka von der Damerau.

Jueves 1 de octubre a las 20:00 y domingo 4 a las 18:00hs | Gran Teatre del Liceu

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Reparto

Leonora	Rachel Willis-Sørensen
Manrico	Yusif Eyvazov
Conde de Luna	Ludovic Tézier
Azucena	Okka von der Damerau
Ferrando	Dmitry Belosselskiy
Ines	Mercedes Gancedo
Ruiz	Néstor Losán

Será la primera vez que Dudamel dirija la Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu y también su debut con esta ópera de Verdi. Para el director de orquesta venezolano, es “una enorme ilusión poder pisar el escenario de un teatro tan emblemático por dónde tantas figuras han ofrecido noches mágicas y trabajar con su orquesta. Éste es el teatro de Montserrat Caballé, Josep Carreras, Jaume Aragall…”.

El gran tenor Enrico Caruso dijo que Il trovatore necesitaba poco para darlo todo: basta con reunir a las cuatro mejores voces del mundo. En esta versión de concierto, los cuatro papeles principales de la obra estarán cantados por un elenco de intérpretes sobresalientes: la soprano norteamericana Rachel Willis-Sørensen se ocupará del difícil rol de Leonora, el tenor Yusif Eyvazov encarnará al turbulento trovador Manrico, el excelente barítono Ludovic Tézier será el obsesivo Conte di Luna, y la carismática mezzosoprano Okka von der Damerau se transformará en la gitana Azucena. Toda la intensidad, toda la pasión, concentrada en un reparto excepcional.

Il trovatore es la bisagra que regula y mide el excepcional momento creativo que vivía Giuseppe Verdi a principios de 1850. Compuesta justo después de Rigoletto y antes de La traviata -tan cercanas son estas óperas entre sí que a veces se han concebido como un ciclo, como una trilogía de grandes dramas trágicos-, Il trovatore es un resumen de todas las virtudes de Verdi elevadas a la máxima potencia: su olfato para detectar los argumentos con más posibilidades, su intuición de que la ópera debía avanzar en su integración total con el teatro clásico -nunca ocultó su fascinación por Shakespeare-, y una habilidad sobrenatural para la canción, la melodía y la orquestación al servicio de las más bellas voces.

Plagada de momentos líricos capaces de derretir un corazón, de arias de fuerza y coros vigorosos, Il trovatore obtuvo de Verdi una partitura tan dulce como amarga que resaltaba la turbulencia de las pasiones en juego sobre el escenario. Articulada a partir de la venganza -Azucena, la vieja gitana, desea ver morir al Conte di Luna- y de un triángulo amoroso insoluble -en el que Leonora es amara por igual por el Conte y Manrico, el trovador, que resulta ser el hermano que él cree muerto-, Verdi dio lo máximo de sí para salir victorioso en una ópera triunfal, de momentos memorables, belleza temblorosa y energía desbocada.

El director musical venezolano lleva la batuta de este título que contiene algunos de los momentos musicales más memorables de Verdi, como el famoso coro de los gitanos “Vedi le fosche notturne”, que sin duda acompaña al “Va, pensiero” en la cima de su prestigio.

Sin olvidar el aria de Leonora en el cuarto acto, “D’amor sull’ali rosee”, una de las piezas más exigentes para soprano dramática, pues requiere de una intensidad expresiva, una capacidad respiratoria y una modulación de volumen que sólo las grandes voces de la historia han podido llevar a la excelencia.

Il trovatore es una ópera en cuatro actos con música de Giuseppe Verdi y libreto de Salvadore Cammarano y Emanuele Bardare. Se estrenó por primera vez el 19 de enero de 1853 en el Teatro Apollo de Roma. Al Gran Teatre del Liceu llegó un año más tarde, el 20 de mayo de 1854, donde se representó por última vez el 29 de julio de 2017 y se ha hecho un total de 284 veces.

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Servicio de restauración

El servicio de restauración, que sólo estará disponible los días de función con entreacto, abrirá por primera vez este jueves 1 de octubre. Este servicio, que se ha adaptado para dar cumplimiento a la normativa del PROCICAT, ha visto reducida su oferta y sólo se podrá acceder haciendo una reserva previa en el acceso del Teatro (venta de tikets habilitado en el mostrador de guardarropía del vestíbulo principal).

La reserva dará acceso a una de las 21 mesas de Salón de los Espejos o de las 50 de Foyer. Las mesas serán de un máximo de 4 personas, siempre y cuando sean del mismo núcleo de convivencia. En el caso de que accedan parejas o personas solas, el resto del aforo de la mesa quedará bloqueado. Se habilitará también un punto de venta de agua en el Balcón Foyer.