Gustavo Gimeno: «Dirigir es muy difícil y a veces puede generar frustración e impotencia»

Gustavo Gimeno (Valencia, 1976) es uno de los directores de orquesta españoles más destacados del panorama internacional. Asistente de maestros como Claudio Abbado, del que dice que le marcó profundamente, se estrena hoy en el Kursaal (20 horas) con la Orquesta Filarmónica de Luxemburgo, de la que es titular desde 2015, y con la que mañana compartirá concierto con el Orfeón Donostiarra (Kursaal, 20 horas).

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Gustavo Gimeno, director de la Orchestre Philharmonique du Luxembourg

Usted es valenciano, ha trabajado en San Sebastián, pero es la primera vez que dirige aquí. ¿Es también la primera vez que dirige al Orfeón Donostiarra?

En efecto, será mi debut como director en el País Vasco y también por primera vez junto al Orfeón Donostiarra. Espero con ansiedad y maxima ilusión a que llegue el momento del concierto.

Sin embargo, fue profesor de percusión en Musikene, por lo que conocerá bien la ciudad. ¿Cómo recuerda aquella época?

Así es, fui profesor en Musikene y tengo un recuerdo maravilloso, fue una época muy excitante para mí. Pude compartir mis experiencias con jóvenes talentosos, mayoritariamente vascos, y contribuir a su desarrollo, así como participar en los inicios de un proyecto educativo ilusionante. Además, por supuesto, disfruté mucho mis estancias en esta preciosa ciudad, lo que me permitió conocer a sus gentes y profundizar en el conocimiento de la cultura vasca.

Como músico, ¿qué le proporcionaba la docencia?

No la ejerzo actualmente, pero básicamente me proporciono aprendizaje. La docencia me exigía observación, reflexión, comprensión… y además disfrutaba mucho el contacto humano con los estudiantes. Me dio la oportunidad de poder contribuir de la mejor manera posible a su desarrollo musical y personal.

Usted era percusionista de la Royal Concertgebouw y pasó a la dirección. ¿Cómo ocurrió? ¿Fue algo pensado?

Bueno, en realidad siempre me sentí atraído por la dirección y lo hacía cuando me surgía la oportunidad, pero decidí tomármelo más en serio cuando obtuve el puesto en la Orquesta del Concertgebouw de Amsterdam. Fue en ese momento cuando tomé la decisión de estudiar en el Conservatorio de Amsterdam y así he continuado hasta aquí.

Y ha desarrollado una carrera imparable en la que tuvo mucho que ver Claudio Abbado. ¿En qué medida le influyó convertirse en su asistente?

Haber conocido y tenido una relación tan estrecha con Claudio Abbado es parte esencial en mi vida. Por supuesto, a nivel musical, pero también me cambió a nivel emocional. Me apoyaba, me daba confianza, era generoso conmigo y me animaba a continuar por el camino emprendido.

¿A ser buen director se aprende?

Bueno, a ser buen director se intenta aprender. Todo requiere aprendizaje y no creo que en ningún momento pueda darse por completado ese proceso.

«Los directores intentamos que el discurso musical fluya con naturalidad y, si se consigue, es mágico»

«Espero que la colaboración con el Orfeón Donostiarra sea el principio de otras»

«El nivel de los músicos españoles ha crecido muchísimo en los últimos veinte años»

Algunos colegas suyos que han dado el paso a la dirección dicen que ésta les permite un control mayor de la música y una mayor libertad en la interpretación. ¿Comparte esta opinión?

No exactamente. Yo diría que más que control te aporta perspectiva y profundidad en varios sentidos: conocimiento de una partitura, de un contexto histórico, de los contenidos musicales y estéticos de un periodo o característicos de un compositor… pero no olvidemos que dirigir bien es muy difícil y sentirte cómodo dirigiendo en general, o dirigiendo alguna obra o compositor concreto, a veces, más que libertad puede generar frustración e impotencia cuando no te sientes a la altura.

¿Es posible controlar el discurso musical que ejercen noventa personas a la vez? ¿Cómo se consigue?

Bueno, si se consigue es mágico y emocionante. Pero solamente algunas veces sucede a un nivel en el que el discurso coordinado fluye con la maxima naturalidad… ¡aunque se intente siempre! La cualidad mas importante quizás debería ser un amor profundo por la música que se interpreta, lo que nos llevaría a la mejor preparación y estudio posibles, de manera que las ideas puedan ser transmitidas con pasión y honestidad, bien sea verbalmente en los ensayos, con la actitud, o gestualmente.

¿Cuáles diría que son las mejores cualidades de la Orquesta Filarmónica de Luxemburgo?

Es una orquesta formada por muchos músicos de diferentes nacionalidades, debido en parte a su situación geográfica, lo que permite que ninguna característica o estilo interpretativo domine de manera especial inicialmente, y esto se traduce en gran flexibilidad a la hora de interpretar o ahondar en la preparación del repertorio, y una gran amplitud del mismo. Además, la orquesta hace entre dos y tres óperas en el Grand Theatre de Luxemburgo, lo que contribuye a su desarrollo. Esto requiere una muy buena actitud y apertura mental, características ambas perfectamente instaladas en el sistema de la orquesta y que yo valoro especialmente.

El concierto que ofrecen esta tarde en San Sebastián está centrado en música rusa: Mussorgsky, Prokofiev, Liadov y Shostakovich. ¿Por qué obras del repertorio ruso de los siglos XIX y XX?

Teniendo en cuenta que ofreceremos dos conciertos, era esencial que el repertorio fuera bien contrastante. En este sentido, un programa se decide siempre en conversación entre las diversas partes implicadas, pero la ‘Sinfonía nº 1’ de Shostakovich era una buena opción para nosotros, ya que es parte de nuestra serie de grabaciones que recientemente hemos realizado para el sello Pentatone. Y al igual que ‘El Lago Encantado’ de Liadov, o la ‘Noche en un monte pelado’ de Mussorgsky en esta versión original, son obras relativamente poco programadas en las salas de concierto, pero absolutamente fascinantes y riquísimas, llenas de colores, atmósferas y caracteres bien variados. Además, tenemos, en este caso, uno de los conciertos de piano de Prokofiev mas populares con el fantástico Alexander Gavrylyuk, que es un gran conocedor de todos los conciertos escritos por el compositor.

Y mañana interpretan el ‘Réquiem’ de Verdi, la obra con la que el Orfeón Donostiarra conquistó a Claudio Abbado. ¿Qué significa para usted dirigirla?

Es música maravillosa. Una de las grandes composiciones de la historia de la música. La belleza de la música y el contenido espiritual y emocional son de gran relevancia, para intérpretes, público y amantes de la música en general. Además, suma el hecho de hacerla con un elenco de cantantes de primer nivel, y con el fantástico Orfeón Donostiarra, que no solo es un coro de la ciudad, lo cual indudablemente es un atractivo, sino que es de una gran calidad y conoce esta pieza al detalle. Por nuestra parte, deseamos que sea la primera de otras colaboraciones futuras, espero que también en Luxemburgo.

Usted ha dirigido ya las orquestas europeas más destacadas. ¿Qué convierte a una orquesta en una agrupación de calidad?

Cada una de ellas tiene un sonido y personalidad propios, así como una actitud exigente a la hora de hacer música al mejor nivel posible.

También ha trabajado mucho en Estados Unidos. Ha dirigido ya a las orquestas de Boston, Cleveland, Chicago… ¿Los conjuntos norteamericanos tienen alguna peculiaridad frente a las de otros lugares?

Mi experiencia personal es que son colectivos muy disciplinados, profesionales y con una solidad formación, y yo personalmente, disfruto mucho trabajando con orquestas estadounidenses. Ahora bien, en absoluto generalizaría desde el punto vista musical. Por ejemplo, el sonido y la manera de tocar en la Sinfónica de Chicago y la Orquesta de Cleveland son bien diferentes.

¿Cómo ve a las orquestas españolas?

Sinceramente, no me considero capacitado para responderle, ya que hay varias orquestas españolas que no conozco y además, como le decía antes, no creo que podamos generalizar. Lo que está claro es que el nivel de los músicos españoles ha crecido muchísimo en los últimos veinte años y buena prueba es la cantidad de ellos que son miembros de importantes orquestas en muchos países diferentes.

Tras los conciertos de San Sebastián continúa de gira con su orquesta. ¿Qué proyectos tiene?

Varios. Inmediatamente después de nuestros conciertos en San Sebastian y Santander marcharé a Varsovia para dirigir a la Orquesta del S. XVIII, de instrumentos de época, en el Festival Chopin. También dirijo el concierto de apertura de temporada de la Orquesta Sinfónica de Houston con la gran cantante americana Susan Graham la semana después; haremos nuestro primer encuentro de temporada en Luxemburgo con el cantante galés Bryn Terfel y la ‘Sinfonía nº 3’ de Brahms, y en octubre tengo conciertos con la Sinfónica de Boston en su sala y de nuevo a Luxemburgo para hacer ‘Don Giovanni’ de Mozart.

María José Cano
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