Resumen de la nota
Jessica Muirhead sustituirá a Maite Alberola en el rol principal de la ópera Arabella de Strauss en el Teatro Campoamor de Oviedo del 17 al 23 de noviembre.
Alberola se ha visto obligada a cancelar por motivos de salud, y la Fundación Ópera de Oviedo espera colaborar con ella en el futuro.
Muirhead, que ya interpretó este papel con éxito en Essen, es reconocida en los principales escenarios operísticos.
Arabella, la última colaboración de Strauss y Hofmannsthal, aborda la búsqueda de amor verdadero en la Viena de finales del siglo XIX, contrastando el carácter honesto de Mandryka con la superficialidad de la alta sociedad.
Su estreno en 1933 enfrentó dificultades, pero la obra se consolidó como una joya del repertorio por su refinamiento musical y su exploración de temas universales.
La ópera de Richard Strauss podrá disfrutarse en el Teatro Campoamor los días 17, 19, 21 y 23 de noviembre.
La soprano británico-canadiense Jessica Muirhead sustituirá a la cantante Maite Alberola en el papel protagonista de la ópera «Arabella«. La soprano valenciana ha tenido que suspender su participación en este título por una indisposición.
La Fundación Ópera de Oviedo desea poder anunciar próximamente una nueva colaboración con la artista dentro de su programación.
Jessica Muirhead cantará el rol principal de esta joya musical de Strauss del 17 al 23 de noviembre en el Teatro Campoamor, en un montaje procedente del Aalto Musiktheater de Essen que ya contó con la participación de la soprano británica, con un resultado de enorme éxito.
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Días 17, 19, 21 y 23 de noviembre | Ópera de Oviedo
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Muirhead pertenece a la nueva generación de cantantes que están afianzando su carrera en los principales escenarios de ópera. Completó sus estudios en la Universidad McGill bajo la tutela de la Sra. Lucile Villeneuve Evans, y después de ganar varios concursos tanto a nivel nacional como internacional se lanzó inmediatamente a una carrera en solitario en escenarios de conciertos y ópera en toda Europa y América del Norte.
Entre sus principales apariciones se cuentan el rol de Musetta en “La Bohème” en la Bayerische Staatsoper de Munich junto a los cantantes Anna Netrebko y Joseph Calleja; Marguerite en “Faust” y Mimi en “La Bohème” en Semperoper Dresden, Micaela en “Carmen” en la Staatsoper de Hamburgo, Alice en “Falstaff” en el Glyndebourne Festival; la Condesa en “Le Nozze di Figaro” en el Teatro Nacional de São Carlo de Lisboa y Donna Anna, “Don Giovanni” en la Canadian Opera Company.
Ha realizado conciertos con la Hamburger Symphoniker, la Bayerischer Rundfunkorchester, la Orchestre Chambre de Genève, entre otras.
Sobre la ópera «Arabella»
La ópera Arabella, con la cual Richard Strauss y el libretista Hugo von Hofmannsthal culminaron una de las colaboraciones más notables de la historia de la ópera, es una obra que mezcla la comedia romántica con una profunda reflexión social.
Arabella es, en efecto, una de las óperas más líricas de Strauss, en la que el compositor buscó exaltar la belleza de la voz humana a través de una partitura fluida y evocadora, diseñada para resaltar cada matiz emocional de los personajes.
La historia de Arabella se ambienta en la Viena de finales del siglo XIX, en un período decadente en el que la alta sociedad vive envuelta en superficialidades y presiones sociales, pero también en una melancolía latente por el fin inminente del Imperio austrohúngaro.
Hofmannsthal, en su última colaboración con Strauss (ya que falleció antes de ver la obra terminada), plasmó esta melancolía en los personajes, en especial en Arabella, quien representa la aspiración de autenticidad y amor verdadero en un entorno dominado por las apariencias y el materialismo.
El contraste entre el ambiente sofisticado y la figura de Mandryka, el rudo provinciano con una honestidad casi arrolladora, introduce un elemento dramático que expone los valores en decadencia de la sociedad vienesa de la época.
Mandryka no sólo simboliza el «hombre ideal» que Arabella anhela, sino que también representa una oposición directa a la hipocresía social: su figura es genuina, y su riqueza no es motivo de vanidad, sino de sencillez y autenticidad.
El estreno de Arabella el 1 de julio de 1933 fue desafortunado, ya que coincidió con un congreso nazi en Dresde, lo que opacó la recepción de la ópera en su primera presentación. Esto no impidió, sin embargo, que con el tiempo la obra se consolidara en el repertorio operístico, siendo reconocida por su finura musical y por su cuidadosa introspección en el carácter humano.
Musicalmente, Strauss hace un uso magistral de los leitmotivs y utiliza la orquesta para crear un telón de fondo que acompaña la evolución emocional de Arabella, entre la esperanza y la resignación, y el dilema entre el deber y el deseo.
La atmósfera de la obra combina elementos de opereta vienesa y ópera seria, fusionando el lirismo propio de Strauss con toques de humor y ligera ironía que se entrelazan con una carga emocional y existencial.
Arabella sigue siendo una de las óperas más queridas por su contenido humano y la sofisticación con la que aborda temas universales, como la autenticidad, el amor y el sacrificio.
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