Jorge Drexler despidió a su banda en Pirineos Sur en un concierto entregado a la fiesta

Publicado en TLM

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El uruguayo dijo adiós ayer a los músicos que le han acompañado durante más de 100 conciertos con una magnífica actuación en Lanuza.

“No soy Elvis pero esta noche vamos a bailar”. Efectivamente, porque El Rey es único, pero Jorge Drexler es un músico de mirada limpia y trato afable, por lo que jamás defraudaría a sus fans. Lo advirtió en la rueda de prensa que ofreció ayer el mediodía en el Hotel Saliecho y así lo aceptaron sin rechistar las casi 2.500 personas que se acercaron al Anfiteatro de Lanuza para ver al uruguayo.

Ya era una gran excusa acercarse al pantano de Lanuza para ver su primer concierto aquí en doce años, pero es que, además, era su actuación número 110 y significó la última vez que tocaba con la banda que le ha acompañado en la última y exitosa gira. No tardó en cumplir su palabra: “Quimera” y “Todo se transforma” ya dibujaron las primeras sonrisas en los entregados espectadores; con “Movimiento”, los pies ya seguían sin remedio el ritmo marcado por Drexler.

Como reconocido músico comprometido no quiso dejar pasar la oportunidad de alabar el trabajo de Amnistía Internacional, ni señalar los problemas de injusticia que le preocupan tanto por medio de su palabra como por su prosa (“Despedir los glaciares”, “La milonga del moro judío”). Porque Drexler es ante todo un contador de historias, es algo innato suyo, y le gusta compartir sus experiencias y contar con entusiasmo el origen de sus canciones. Forma parte de su encanto.

Pero hay momentos que solo necesita a su banda y dar rienda suelta a su dominio de rock latino y pasión por la cumbia, bossa o tropicalia. Y cuando eso pasa -como con “Silencio”, “Bailar en la cueva” y “Me haces bien”-, surgen momentos inolvidables como los que vivimos ayer en Lanuza. Dice que va a echar de menos a su banda, pero que es una alegría haberse despedido como un festival como Pirineos Sur. Podemos dar fe, fue un final de camino inmejorable y un público rendido y totalmente cómplice. Y con Drexler tirándose al agua del pantano.

Rueda de prensa previa

La actuación de Anita Kuruba

Una emocionada y predispuesta Anita Kuruba abrió el escenario flotante. Tras cerrar etapa con sus exitosos Canteca de Macao, la cantante ha apostado por abrirse a los nuevos sonidos urbanos pero sin perder su esencia: el dub, el reggae, y el flamenco siguen muy presentes en su ADN, pero ahora todo suena más electrónico y vanguardista. De hecho, no iba más que acompañada de un músico encargado de la guitarra y bases programadas.

Un breve pero interesante concierto que sonó tan clásico como moderno, pero que no dudó ni en cantar temas a capela ni a dejar espacio a ritmos más bailables (ella misma comparó la música electrónica con las antiguas culturas tribales). Un proyecto muy interesante que habrá que ver cómo evoluciona.

El escenario Caravana Sur se llenó rápidamente de público, con ganas de pasar las últimas horas de una estupenda tarde al borde del pantano de Lanuza. Para acompañar la estampa, el primer concierto de la noche fue el de Elena Rubio, quien hizo un repaso a las canciones más importantes de los últimos 40 años de nuestro país, los de nuestra democracia. Con una estupenda y cálida voz y acompañada de piano y guitarra realizó una cuidada selección que comenzó con una acertada “Mi querida España” de Cecilia y continúo con otros éxitos y canciones tan inolvidables de nuestro pasado reciente como “Mujer contra mujer”, de Mecano”; “Piensa en mí”, popularizada por Luz Casal; “Al alba”, de Luis Eduardo Aute; o “Mediterráneo”, de Joan Manuel Serrat.

La actuación de Lornoar

El poderío africano de Lornoar desata la fiesta en Sallent de Gállego

Fiel a su característico espíritu explorador, de dar a conocer artistas prácticamente desconocidos en nuestro país, el escenario Mercados de Mundo dentro de la programación de Pirineos Sur Territorio de Sallent de Gállego se rindió en la tarde del sábado ante al arrollador poderío africano de Lornoar, joven cantante camerunesa que puso en danza a chicos y mayores, presentando así su candidatura para figurar entre los conciertos más destacados de esta edición del festival.

Acompañada de cuatro músicos (guitarra, teclados, bajo y batería), Lornoar ofreció un espectacular show, enganchando ya desde las primeras canciones al numeroso público que abarrotó los Mercados del Mundo. Su música combina ritmos y estilos tradicionales de su país (bikutsi, ekang, makossa) con influencias de soul y funk, pero sobre todo se impone su extraordinaria voz, capaz de moverse desde registros graves a los tonos más agudos, así como la energía que esta mujer derrocha en escena.

Porque, además de cantar, Lornoar no para de bailar infatigablemente, con sinuosos movimientos de cadera. Piezas como la trepidante “Dam Dam” acabaron de desatar la euforia colectiva, subiendo cuatro espectadores a bailar al escenario con Lornoar. Llegaron luego un par de temas más reposados, “Tit I Dam”, que interpretó a solas con la guitarra acústica, y “Vivant”, para volver a provocar un generalizado frenesí danzarín con canciones como “Zen”, “Ou Zeu” con ritmo de ska jamaicano, o, por último, “Ibiani”, que definió como su canción favorita con un sentido parlamento en el que dijo que “no importa lo que tienes, sino mirar dentro de tu corazón y tener amor para compartir”. Desde luego, Lornoar conquistó los corazones de todos los asistentes. Otro gran descubrimiento en la larga lista de Pirineos Sur.

Nota de prensa completa

NdeP – Departamento de Comunicación
XXVIII Festival Internacional de las Culturas Pirineos Sur

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