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Con uno de los mejores repartos mozartianos del momento
Cuatro auténticos especialistas en Mozart protagonizan este ‘Don Giovanni’: el barítono Christopher Maltman, las sopranos Miah Persson y Véronique Gens y el bajo-barítono Luca Pisaroni entre otros.
El Gran Teatre del Liceu abre la temporada de óperas escenificadas con uno de los títulos más sublimes del repertorio, el Don Giovanni de Mozart, que estará en cartel desde el 24 de octubre hasta el 8 de noviembre. La batuta versátil del maestro Josep Pons, capaz de sobresalir en un amplio abanico musical, desde Berlioz, hasta Mahler, Wagner y pasando por la música antigua, se enfrenta ahora a un Mozart y lo hace de forma brillante y fascinante, potenciando una aplaudida puesta en escena de Christof Loy que deleitó a crítica y público en su estreno en la Ópera de Frankfurt.
Uno de los mejores repartos mozartianos del momento subirá al escenario del Liceu con uno de los más aclamados Don Giovannis al frente, el barítono británico Christopher Maltman, que se acompaña de las espléndidas voces de la soprano sueca Miah Persson como Donna Anna, la soprano francesa Véronique Gens como Donna Elvira, el bajo-barítono venezolano Luca Pisaroni, Leporello per excelencia a nivel internacional y predilecto de las mejores batutas del mundo, o la joven soprano ganadora del Concurso Tenor Viñas 2018 Leonor Bonilla como Zerlina.
Vídeo: Presentación de Don Giovanni
Del 24 de octubre al 8 de noviembre | Gran Teatre del Liceu
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Liceu, un espacio seguro
Siguiendo con el compromiso de cumplir estrictamente las medidas que las autoridades actualizan conforme evoluciona la pandemia, el Gran Teatre del Liceu ha realizado algunas modificaciones en su protocolo de prevención. La primera novedad afecta al plan de ubicación, que a partir de Don Giovanni mantendrá el aforo al 50% pero asignando las butacas de forma alterna e individual para asegurar la distancia en todo momento.
Todos los abonados del Teatre han sido reubicados y el Liceu contactará con cada uno de ellos telefónicamente y por correo electrónico para informarles de la nueva ubicación. El carné de abonado no será válido para acceder al Teatre y deberá llevar la entrada impresa o bien en el móvil. Esta entrada la encontrarán en su zona personal y la recibirán también por correo electrónico unos días antes de la función.
Además, a raíz de las últimas actualizaciones establecidas por el Procicat el Liceu se asegurará de terminar las funciones de las óperas a las 23h. La adecuación a las nuevas medidas se hará sin afectaciones para los abonados y espectadores, manteniendo los horarios de inicio de la función.
La reducción responderá a modificaciones en la pausa de 30 minutos, que se recortará a 15min, equivalente al cambio técnico necesario. Acordado entre dirección musical y dirección escénica, se han eliminado también 15 minutos del segundo acto.
La última novedad afectará al servicio de catering, que se suspenderá temporalmente para evitar posibles contagios derivados de aglomeraciones. Para el Liceu es importante poder estabilizar su aforo y funcionamiento correcto para dar continuidad a la temporada con un procedimiento seguro y prudente para poder disfrutar de este Don Giovanni en un contexto de #CulturaSegura.
Un «Don Giovanni desesperado
Situado entre la tragedia y la comedia, este potente drama combina una música cautivadora con un personaje central seductor que fascina por su complejidad psicológica. Christof Loy ha querido con esta atractiva producción enfatizar el interior de los personajes y profundizar en la mirada de un Don Giovanni desesperado y solitario, un antihéroe que inicia una cacería de 24 horas y es incapaz de tener éxito.
En palabras del propio director de escena «no hay ningún personaje que consiga salir del campo magnético de Don Giovanni ni consolidar su personalidad de manera independiente. Pero no son personajes débiles, ni siquiera sentimentales, sino que todos ellos, ya sea de manera consciente como intuitiva, se aferran a la utopía de estar juntos. A pesar de la gran fuerza de atracción del seductor, todos lo intentan vencer. Pero esto tendrá, para ellos, una consecuencia decisiva. Cuando la gente se enfrenta, también los obliga a enfrentarse con su propio ego. Don Giovanni les empuja a iniciar un proceso de confianza consigo mismos «.
A nivel musical, la ópera de Mozart nos regala momentos tan sublimes como la famosa aria del catálogo del primer acto, cuando Leporello detalla a Donna Elvira todas las conquistas de su dueño, miles por toda Europa, o también el dúo en el que Don Giovanni intenta seducir a la joven Zerlina con «Là ci darem la mano».
La misma soprano, avergonzada de su impulso hacia Don Giovanni, regresa con su prometido para pedirle disculpas con una de las melodías más líricas y sensibles de Mozart, la célebre aria «Batti, Batti o bel Masetto». Ya durante el acto segundo, Donna Anna también protagoniza otro momento álgido de la ópera y probablemente una de las arias para soprano que exige mayor rendimiento vocal y emocional de la ópera, «Crudele? Ah no, giammai mio ben! «.
Compuesta en 1787 y estrenada en Praga -aunque la partitura se revisó para la siguiente puesta en escena en Viena-, Don Giovanni aborda una variedad tan extensa de temas, tan pertinentes hoy como lo eran entonces, que su impacto moral es equiparable al de cualquier obra mayor de Shakespeare.
Se trata de una revisión de la historia de Don Juan, un libertino desenfrenado que ha perdido la noción de todo orden moral: utiliza el engaño, el crimen, el insulto y el desprecio para satisfacer sus impulsos -en este sentido, es ya un héroe romántico, rico en ambigüedades, dominado más por su sentimiento de que por la razón-, al tiempo que sus víctimas, desde su criado Leporello hasta las damas que intenta seducir en vano y pasando por el Comendador, ofrecen un contrapeso a su maldad en forma de valores firmes, virtudes cristianas y sentido común.
Bajo la apariencia de comedia libidinosa -de ahí proviene la denominación de dramma giocoso que le fue asignada-, Don Giovanni es también una reflexión sobre la corrupción moral, ya que defiende la libertad de tomar decisiones pero advierte que, tarde o temprano, habrá que pagar un precio. En el caso del protagonista, se trata de un castigo ejemplar, una condena eterna en el infierno, en no querer arrepentirse de ninguno de sus pecados.
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Gran Teatre del Liceu
