La Camerata Antonio Soler presenta su nuevo álbum «Sinfonías vol. 4, de Gaetano Brunetti»

Sobre el presente álbum

La grabación del Volumen 4 de las Sinfonías de Gaetano Brunetti que presentamos se enmarca dentro de otro proyecto mayor que consiste en la recuperación y grabación de la obra orquestal completa de Gaetano Brunetti, formada principalmente por 39 sinfonías (3 de ellas concertantes, con dos violines solistas), además de unas Variaciones para orquesta.

Un total de 12 discos, de los que con este cuarto volumen hemos cubierto la tercera parte del proyecto. Este CD se ha podido llevar a cabo a través de un crowdfunding en las redes sociales Facebook y Twitter..

La Camerata Antonio Soler, agrupación formada por 14 jóvenes músicos profesionales de cuerda y viento, bajo la dirección de Gustavo Sánchez, se acerca a esta música con una interpretación con criterios historicistas y con el empleo de instrumentos de época, tratando de reproducir los sonidos de la Corte española en el último tercio del siglo XVIII.

La Camerata Antonio Soler presenta su nuevo álbum Sinfonías vol. 4, de Gaetano Brunetti | Toda la Música

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El conjunto español ya ha grabado 15 de las sinfonías en 4 CDs, además de un disco con arias y escenas de Brunetti y de Luigi Boccherini. Se recogen en este disco (volumen 4 de la serie) seis sinfonías, consideradas cronológicamente las primeras compuestas por el autor.

Si nos fiamos de la anotación algo borrosa de la única copia autógrafa de estas obras, al parecer fueron escritas en 1772, aunque también es probable (según estudios sobre el papel utilizado) que se puedan datar alrededor de 1768. Se trata de la única serie integrada en el corpus sinfónico de Brunetti, en un grupo de seis, como suele ser habitual en él en otros géneros de su producción musical.

Pero lo que más nos interesa de estas seis sinfonías es el aspecto estilístico, pues aunque en ellas se aprecian rasgos propios del clasicismo, al mismo tiempo perduran ciertos aspectos característicos del estilo galante como, por ejemplo, la estructura típica de obertura italiana en tres movimientos (rápido-lento-rápido) —de hecho, el propio Brunetti escribe en el manuscrito la palabra “Overtura” al comienzo de cada una de ellas.

En definitiva, estas sinfonías nos ayudan a comprender la evolución estilística de Brunetti en el género sinfónico, partiendo de un estilo galante de raíces italianas que desembocaría años más tarde en el estilo sinfónico clásico propio de la primera escuela de Viena.

Sobre los intérpretes

Camerata Antonio Soler y Gustavo Sánchez

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Escolanía de San Lorenzo de El Escorial y la Camerata Antonio Soler en el Auditorio Nacional, bajo la dirección de Gustavo Sánchez

La Camerata Antonio Soler nació a finales de 2011 con el propósito de abordar un variado elenco de obras de diversas épocas y estilos (especialmente clásico, romántico y contemporáneo), basando su interpretación en criterios historicistas y en el uso de instrumentos originales cuando estos son requeridos.

Uno de sus principales objetivos es el redescubrimiento e interpretación de música del clasicismo y romanticismo hispano, así como la interpretación de repertorios contemporáneos alternativos como pueden ser los derivados de la fusión con “músicas del mundo” o de raíces étnicas. Por todo ello, la orquesta desarrolla su actividad sobre dos principios fundamentales: la originalidad y la versatilidad. Integrada por 14 músicos profesionales de cuerda y viento, desde su fundación es su director Gustavo Sánchez y su concertino Ignacio Ramal.

Ha actuado en diversas ocasiones en el Auditorio Nacional de Madrid, en el Auditorio 400 del Museo Reina Sofía (Madrid), en el Teatro Coliseo Carlos III de San Lorenzo de El Escorial y en el Teatro Auditorio Escorial junto a solistas como Tony Millán (clave), Josetxu Obregón (violonchelo), Marta Infante (mezzosoprano) y Delia Agúndez (soprano); y en Lisboa, en el marco de un importante congreso internacional de musicología. Ha participado en varias ediciones del Festival “Clásicos en Verano” de la Comunidad de Madrid y en el Festival “Música al Atardecer”, de Patrimonio Nacional.

La agrupación ha publicado seis discos con obras inéditas de Brunetti, Boccherini, Luis Misón y Antonio Soler. Este importante trabajo de recuperación les ha valido el reconocimiento internacional, razón por la cual la Camerata fue invitada en 2018 al 22º Festival de Música de la Florida International University de Miami, donde ofrecieron dos conciertos, incluyendo diversas obras inéditas de Brunetti y Soler.

La Camerata es la orquesta residente del Curso Internacional de Dirección de Orquesta en San Lorenzo del Escorial, que cuenta ya con ocho ediciones, bajo la tutela de los prestigiosos profesores finlandeses Jorma Panula y Atso Almila.

Gustavo Sánchez es natural de Pilar de la Horadada (Alicante). Cursó estudios de Flauta Travesera con Juan Francisco Cayuelas y Composición con Manuel Seco de Arpe en el Conservatorio Superior de Murcia, tras los cuales estudió Dirección de Orquesta en el Conservatorio de Viena con los profesores Reinhard Schwarz y Georg Mark, graduándose “cum laude” en 1996.

Posteriormente asistió a clases magistrales con Robert Lee y Raymond Harvey (Nueva York) y con el insigne maestro finlandés Jorma Panula; tuvo además la oportunidad de trabajar junto al director Alberto Zedda en algunas de sus producciones operísticas.

Desde 1995 ha dirigido diversas orquestas, de las que destacan las siguientes: Wiener Akademische Philharmonie, Moscow Symphony Orchestra, Orquesta Sinfónica de Murcia, Jove Orquestra de la Comunitat Valenciana, Orquesta Ciutat d’Elx, Orquesta de la University of Illinois at Chicago y Orquesta de la Florida International University (Miami).

Fue director de la Coral Crevillentina entre 1998 y 2002, con numerosos conciertos y puestas en escena de ópera y zarzuela (Cavalleria rusticana, Lucia di Lammermoor, Bohemios, Katiuska, La Revoltosa…), entre los que destacan diversas actuaciones con solistas como la soprano Montserrat Caballé. De 2002 a 2016 estuvo al frente de la Escolanía del Monasterio del Escorial, con la que llevó a cabo gran cantidad de actuaciones dentro y fuera de España (Alemania, Italia, Panamá…), tanto en concierto como para radio y televisión, y un total de siete discos.

Es director y fundador de la Camerata Antonio Soler, orquesta residente del Curso Internacional de Dirección de Orquesta “El Escorial”, junto a los eminentes profesores finlandeses Jorma Panula y Atso Almila. Con esta agrupación ha actuado en diversas ocasiones en el Auditorio 400 del Museo Reina Sofía, Auditorio Nacional de Madrid, en el Auditorio del Escorial, Teatro Carlos III (San Lorenzo de El Escorial), en Portugal y en Estados Unidos.

Asimismo, cabe destacar su ingente labor de recuperación del patrimonio musical histórico, con la grabación de cinco discos con sinfonías, arias y villancicos de Brunetti, Boccherini y Antonio Soler. Dicha labor ha sido internacionalmente reconocida (su primer CD fue seleccionado entre las “TOP 10 RECENT RELEASES” por la revista Allegro Classical).

Este vínculo con la recuperación de patrimonio musical ha llevado a Gustavo Sánchez a formar parte del equipo artístico de “I virtuosi ambulanti” (grupo con sede en Múnich), con quienes desde 2014 realiza diversos proyectos de ópera de salón y belcantista inédita de la primera mitad del siglo XIX, con grabaciones en CD y representaciones en varios escenarios y teatros históricos de España, Alemania y Austria (destacando el Palacio de Esterházy, en Eisenstadt), con gran éxito de público y crítica.

Gustavo Sánchez desarrolla una intensa actividad en el campo de la investigación musical, habiendo publicado numerosos artículos y libros. En 2009 obtuvo el grado de doctor con mención europea (cum laude) en la Universidad Autónoma de Madrid, con la tesis La música en el monasterio del Escorial durante la estancia de los Jerónimos: Los niños del Colegio-Seminario (1567-1837), bajo la dirección de la Dra. Begoña Lolo.

Dicha tesis ha sido merecedora del Premio Extraordinario de Doctorado, así como de su publicación en libro. Desde 2008 ejerce como profesor en el Departamento de Música de la citada universidad, donde participa en diversos proyectos de investigación.

Sobre las sinfonías de Brunetti

Según el catálogo de Germán Labrador, actualmente se conservan 39 sinfonías de Gaetano Brunetti. Además, hay otras dos, la Nº 11 (L. 300) en Fa Mayor y la Sinfonía Concertante Nº 1, de las que tan sólo se tiene noticia a través del catálogo de Louis Labitte, y que hasta hoy permanecen desaparecidas. De las 39 sinfonías conservadas, tres pertenecen al subgénero de Sinfonía Concertante, en las que el autor hace uso de dos violines solistas junto a la orquesta.

La mayor parte de las sinfonías (35 de las 41 que escribió) fueron compuestas al servicio del Príncipe de Asturias, es decir, entre 1771 y 1788. La plantilla instrumental habitualmente utilizada es: sección de cuerda a cuatro partes (violines primeros, violines segundos, violas y violonchelos/contrabajos) y quinteto de viento, formado por dos oboes, dos trompas y un fagot, si bien esporádicamente hace uso de un fagot más y raramente dos clarines o timbales.

Todas las sinfonías están escritas en cuatro movimientos, donde la mayor peculiaridad la representa el tercero, en el que sustituye el habitual minueto y trío del período clásico por un “quintetto”. Este “quintetto” se compone de una sección en compás binario o ternario para quinteto de viento (de ahí el nombre) y otra para cuerda (o cuerda y viento), que hace las veces de trío y que contrasta tímbricamente con la primera sección, a la que se vuelve como “da capo”. Se trata de una característica distintiva de la obra sinfónica de Brunetti, totalmente original en los compositores clásicos y que afecta a todas sus sinfonías, a excepción de la Nº 30 y las sinfonías concertantes.

Estilísticamente, las sinfonías de Brunetti deben considerarse a la luz de las colecciones del Palacio Real de Madrid, en las que se conservan sinfonías de Boccherini, Dittersdorf, Galuppi, Gossec, Haydn, Mozart, Paisiello y Stamitz, entre otros. Todas las obras fueron adquiridas en la segunda mitad del siglo XVIII y su presencia indica que la corte madrileña estaba totalmente al día con lo que sucedía musicalmente en Europa. Algunos autores han señalado una especial influencia de Haydn en las sinfonías de Brunetti y, verdaderamente, el músico italiano estuvo a la altura del maestro austríaco.

En palabras de Newell Jenkins, “las sinfonías de Brunetti son excepcionales por su compacto carácter sinfónico, la claridad y originalidad de su forma, la concisión del material temático, la cuidada elaboración de las secciones de desarrollo, la independencia en la escritura de las partes, el uso idiomático de los instrumentos, y un excepcional sentido para el color armónico”.

Symphony No 2 in D major, L. 291 (II. Andantino affettuoso)

Symphony No 1 in E-flat major, L. 290 (I. Allegro)

Sobre Gaetano Brunetti

Gaetano Brunetti (1744-1798) fue un violinista y compositor italiano que pasó la mayor parte de su vida en la corte madrileña, al servicio de los reyes Carlos III y Carlos IV. Nacido en Fano (en la costa adriática), y tras estudiar violín probablemente con Carlo Tessarini y Pietro Nardini, hacia 1760 se trasladó con su familia a Madrid.

Tras ganar una plaza de violinista en la Real Capilla en 1767, comenzó a ejercer como maestro del Príncipe de Asturias y más tarde como músico de la Real Cámara de Carlos IV.

Brunetti acompañaba habitualmente al séquito real en sus “jornadas” o estancias periódicas en los reales sitios de Aranjuez, San Ildefonso y El Escorial, donde sin duda tuvo contacto con los músicos jerónimos del monasterio, entre los que destacó el Padre Antonio Soler.

Gaetano Brunetti ocupó sin duda una posición preeminente en el mundo musical madrileño de la segunda mitad del siglo XVIII, tanto por sus cargos en la corte como por la fructífera relación que mantuvo con las dos casas aristocráticas más importantes de la época, los duques de Alba y los condes-duques de Benavente-Osuna, así como con el Infante Don Luis, patrón de Luigi Boccherini.

Sin embargo, su proyección europea fue prácticamente nula, exceptuando la publicación de tres álbumes de juventud en París (1775-1776), la interpretación de una de sus sinfonías en el Concert Spirituel de la capital francesa el 13 de abril de 1784 y el envío de unas cincuenta obras a los reyes de Etruria hacia 1805, poco después de su muerte.

En España tan sólo se conoce, al margen de las veladas musicales de la Corte, una interpretación pública de una de sus sinfonías; se trata del concierto ofrecido en el Teatro de los Caños del Peral el 14 de febrero de 1788.

Exceptuando el interés de algunos coleccionistas franceses del siglo XIX (sobre todo, Louis Labitte), Brunetti siguió siendo un absoluto desconocido hasta la década de 1960, cuando el director de orquesta y musicólogo norteamericano Newell Jenkins hizo una primera edición parcial de sus sinfonías, junto con varias grabaciones en la década de 1950.

A pesar de que la recuperación de su música es lenta, el entusiasmo pionero de Jenkins no ha sido desmentido por los intérpretes que la han abordado posteriormente. Werner Ehrhardt, director musical de Concerto Köln, habla de “música delicadísima, refinadísima”. Dieter Steppuhn menciona un “desarrollo absolutamente genial” para la Sinfonía Nº 36 y considera el redescubrimiento de Brunetti uno de los “eventos musicales del siglo XX”.

Giorgio Spugnesi ve en los quintetos con fagot op. 2 “una obra maestra de la música de cámara de finales del siglo XVIII”. Olaf Krone admira la originalidad y la vasta paleta expresiva de este “gran compositor”.

Pero hay que esperar hasta 2005 para que Germán Labrador publique su ya fundamental catálogo crítico. Conocedor de la obra de Luigi Boccherini, de Joseph Haydn y de las escuelas francesa y vienesa en general, Brunetti integra en su música las formas musicales más habituales del Clasicismo (forma sonata, rondó, rondó-sonata, variaciones…).

Las secciones de desarrollo suelen ser largas y ricas en modulaciones interesantes, prueba del gusto del compositor por los cromatismos. Todos los comentaristas destacan igualmente la gracia y el refinamiento de sus líneas melódicas, construidas a menudo sobre motivos breves que se pueden encontrar en los diferentes movimientos de una misma obra. También han subrayado la precisión extrema de sus indicaciones de dinámica, de expresión y de ornamentación, así como el empleo de técnicas de interpretación poco habituales (ponticello, col legno, etc.) y un tratamiento generoso de los instrumentos de viento.

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