La Fundación BBVA homenajea a los galardonados en los XIV Premios Fronteras del Conocimiento

Publicado en TLM

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Concierto extraordinario

El programa está compuesto por el Concierto para violín y orquesta n.º 1, de Philip Glass –galardonado con el Premio Fronteras del Conocimiento en Música y Ópera- y Una sinfonía alpina, de Richard Strauss.

El miércoles 15 de junio a las 19.30 horas, se celebró en el Palacio Euskalduna de Bilbao el Concierto extraordinario de los XIV Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, que precede a la solemne ceremonia de entrega que tendrá lugar el jueves 16 de junio a las 19.30 horas, en el mismo emplazamiento.

Ranaud Capuçon, Philip Glass y Robert Treviño

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Es la cuarta edición que se celebra en Bilbao, convertida ya en sede permanente de la ceremonia y el concierto de estos galardones, que hacen de la capital vizcaína la capital global del conocimiento. El evento musical de esta tarde, que rinde homenaje a los catorce galardonados, estará presidido por el presidente de la Fundación BBVA, Carlos Torres Vila, y la presidenta del CSIC, Rosa Menéndez, y contará con la participación del alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto.

Los XIV Premios Fronteras han recaído en Charles Fefferman (Universidad de Princeton) y Jean-François Le Gall (Universidad París-Saclay), en Ciencias Básicas; Katalin Karikó y Drew Weissman (ambos de la Universidad de Pensilvania) y Robert S. Langer (Instituto Tecnológico de Massachusetts) en Biología y Biomedicina; Judea Pearl (Universidad de California en Los Ángeles), en Tecnologías de la Información y la Comunicación; Lenore Fahrig (Universidad de Carleton), Simon Asher Levin (Universidad de Princeton) y Steward T. A. Pickett (Instituto Cary de Estudios de Ecosistemas), en Ecología y Biología de la Conservación; Ellen Mosley-Thompson y Lonnie G. Thompson (ambos de la Universidad Estatal de Ohio), en Cambio Climático; Matthew O. Jackson (Universidad de Stanford), en Economía, Finanzas y Gestión de Empresas; Mark Granovetter (Universidad de Stanford) en Humanidades y Ciencias Sociales (que en esta edición se ha fallado en el dominio de Ciencias Sociales); y el estadounidense Philip Glass, en Música y Ópera.

La velada correrió a cargo de la Euskadiko Orkestra, convertida en orquesta principal asociada de este evento, bajo la dirección de Robert Treviño. Contó con la participación del violinista francés Renaud Capuçon, El programa incluye el Concierto para violín y orquesta n.º 1, de Philip Glass, y Una sinfonía alpina, el último de los poemas sinfónicos de Richard Strauss y la obra que este consideraba su más perfecto trabajo de orquestación.

El Concierto para violín y orquesta n.º 1 es un encargo de la American Composers Orchestra que se estrenó en 1987 en Nueva York y constituye la primera incursión a gran escala de Glass en la composición orquestal no teatral.

En él se aprecia el profundo conocimiento del budismo que el compositor adquirió en sus etapas en Francia y en India y en el inicio del primer movimiento del concierto ya está incluido el final (aparece como coda al final del tercero), en una analogía de la vida misma: el momento del nacimiento implica tácitamente la muerte, que se hace extensible también al arte, que se desarrolla en el tiempo y es simultáneamente un momento único.

El violín solista, explica Glass, “se convierte cada vez más en el alter ego del compositor. Y el oyente también se identifica con él, ya que el instrumento experimenta momentos felices y momentos tristes, hasta llegar a un desenlace triunfal…, un mecanismo narrativo en que el violín muestra una especie de identificación con la historia…”.

Una sinfonía alpina evoca la estrecha relación con la naturaleza y la montaña del compositor nacido en Baviera, quien en su adolescencia vivió una experiencia transformadora en el ascenso al Heimgarten cuyos ecos aún se perciben en este poema sinfónico, escrito en su madurez y ya como compositor consagrado.

La obra se puede escuchar como una representación musical de una travesía de veinticuatro horas por los Alpes, con una orquestación casi documental que ayuda a recrear experiencias; o bien, como se sugiere en las notas al programa, “permite ir un paso más allá y, parafraseando a Walter Benjamin, acercarse a la obra para fusionarse de manera contemplativa, mística, con la madre naturaleza, haciéndonos ver esa gran montaña que somos nosotros mismos ante los retos, esa montaña que es la vida misma y cómo transitamos a través de ella, con nuestras luces y sombras”.

Philip Glass

Un estilo único que atrae público de todas las generaciones

Philip Glass ha abarcado diferentes tradiciones culturales de todo el mundo, forjando un estilo único y personal y siguiendo su propio camino con valor y convicción”, explica el acta del jurado que le seleccionó galardonado con el Premio Fronteras del Conocimiento en Música y Ópera.

Un estilo con el que “ha abarcado diferentes tradiciones culturales de todo el mundo, forjando un estilo único y personal y siguiendo su propio camino con valor y convicción”. Una apuesta arriesgada que, añade el acta, le ha convertido en “una figura internacional que atrae a un público de todas las generaciones”.

El propio compositor confiesa que el motor que le mantuvo en marcha en unos comienzos largos y difíciles fue la necesidad de “encontrar un lenguaje diferente”. El gran esfuerzo formativo y creativo que, señala, hizo entre sus veinte y treinta años, le permitió encontrar esa voz propia: “Era un lenguaje basado en primer lugar en la música contemporánea tal y como yo la entendía, pero también en mi manera particular de aplicar ese lenguaje. Además me interesaban mucho el teatro y la danza. Lo que yo buscaba era un lenguaje musical que estableciera una relación entre el movimiento, el sonido y la imagen”.

Esa visión tan personal de la composición musical no fue, inicialmente, bien acogida por el público y Glass tardó en componer su primera ópera. Fue en 1976, con Einstein on the beach, que obtuvo un gran éxito de público con una estructura formal que se alejaba enormemente de lo que se consideraba una ópera hasta el momento.

Sin apenas argumento, con un protagonista de poca presencia y con una orquesta reducida a la mínima expresión. Luego vendría Satyagraha (1979), basada en la vida de Gandhi, y posteriormente Akhnaten (1983) sobre el faraón egipcio Akenatón, cerrando una trilogía en la que Glass aborda las vidas de tres hombres (el hombre de Ciencia, el hombre de Religión, el hombre de Política) que, a su modo de ver, cambiaron el mundo a través de sus vidas y sus obras, por medio “del poder de las ideas y no del poder de la fuerza”.

Philip Glass tiene un extensísimo catálogo en el que ha abordado muy diversos géneros con todo tipo de formaciones musicales. Cuenta con 26 óperas, de pequeño y gran formato, entre las que destacan las mencionadas Einstein on the Beach (1976); Satyagraha (1979); Akhnaten (1983); y The Voyage (1992), encargo de la Ópera Metropolitana de Nueva York para conmemorar el quinto centenario de la llegada de Cristóbal Colón a América. Ha compuesto catorce sinfonías, trece conciertos, nueve cuartetos de cuerda y obras para instrumentos solistas como el piano o el órgano.

Euskadiko Orkestra, principal orquesta asociada

Convertida en la principal orquesta asociada a los Premios Fronteras del Conocimiento, Euskadiko Orkestra revalida su compromiso con la Fundación BBVA. Ambas instituciones comparten el interés por la realización de importantes proyectos, como la celebración de este concierto de homenaje a los galardonados en Bilbao o el proyecto TESELA, un amplio mosaico de creación contemporánea internacional de inspiración vasca, exportado a importantes escenarios como la Bienal de Venecia.

Euskadiko Orkestra es hoy una formación sinfónica de referencia a nivel estatal y de creciente proyección internacional, en la que acumula una veintena de giras por todo el mundo que la han convertido en embajadora de la cultura vasca.

Su actividad es seguida por miles de personas a través de sus conciertos presenciales y de diferentes soportes digitales. Una asentada y bien estructurada actividad la lleva a actuar de manera permanente en cuatro ciclos sinfónicos en sus sedes de Bilbao (Palacio Euskalduna), Vitoria (Teatro Principal), San Sebastián (Kursaal) y Pamplona (Baluarte); a celebrar diferentes ciclos de conciertos dedicados a la música de cámara y al público infantil; y a desarrollar una intensa producción discográfica.

Un concierto de especial significado para Robert Treviño

El director Robert Treviño, al frente de la Euskadiko Orkestra

Robert Treviño es el director titular de Euskadiko Orkestra. A través de su enorme implicación y de la implantación de nuevas ideas y proyectos, Treviño está trabajando en una progresiva mejora artística de la orquesta y en un nuevo posicionamiento internacional.

Para el maestro Treviño, este concierto tiene un especial significado: “Philip Glass no es solo un icono de la música americana –resalta- sino un compositor cuyas obras he dirigido y con quien he trabajado en estrenos mundiales como el de su concierto para chelo. Desde que tengo diez años ha sido para mí la referencia de un concepto profundamente americano, de inventiva y de un coraje inmenso para crear algo completamente nuevo. Para mí es un héroe”.

Ranaud Capuçon

Ranaud Capuçon desempeñará el papel de violín solista en el Concierto para violín y orquesta n.º 1, de Philip Glass. Capuçon estudió en el Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza de París. En 1997 fue invitado por Claudio Abbado para convertirse en concertino de la Gustav Mahler Jugendorchester, donde trabajó con directores como Boulez, Ozawa, Welser-Möst y Abbado.

Actúa con importantes orquestas como Berliner Philharmoniker, Boston Symphony Orchestra, Orchestra Filarmonica della Scala, London Symphony Orchestra, New York Philharmonic, Wiener Philharmoniker, Orchestre de Paris y Orchestre National de France.

Ha trabajado con Daniel Barenboim, Semyon Bychkov, Stéphane Denève, Christoph von Dohnányi, Gustavo Dudamel, Christoph Eschenbach, Bernard Haitink, Daniel Harding, Paavo Järvi, Yannick Nézet-Seguin, Lahav Shani y Jaap van Zweden, entre otros.

Es director artístico del Festival de Pâques d’Aix-en-Provence, Sommets Musicaux de Gstaad, Orchestre de Chambre de Lausanne e International Menuhin Music Academy, y artista asociado de la Camerata Salzburg. En junio de 2011 fue nombrado Chevalier dans l’Ordre National du Mérite y en marzo de 2016 Chevalier de l’Ordre de la Légion d’honneur por el Gobierno francés.

Toca un violín fabricado en 1737 por Guarneri del Gesù y que fue propiedad de Isaac Stern durante 50 años.

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