La Orquesta de Cámara de Bormujos y su apuesta por obras poco o nada interpretadas

Publicado en TLM

Ver: Alberto Álvarez-Calero

Esta formación sevillana es ya conocida por sus programas normalmente originales, desmarcándose desde sus inicios de las propuestas más generalistas. Este es el principal sello de identidad de esta orquesta, aunque sin renunciar a tocar también composiciones del repertorio más común. Cuando se trata de obras del Clasicismo, lo hace con criterios históricos bien informados. De sus dos próximos conciertos destacan por lo singular las siguientes piezas.

En el primero, el 27 de enero en el Espacio Turina (Sevilla), va a recuperar una sinfonía de Vanhal (op. 23/IV), además de tocar el Concierto nº 1 para clarinete y orquesta de Kozeluch, un autor casi desconocido en España. En su posterior cita, el 11 de marzo en CEU (Bormujos), esta orquesta va a interpretar la Obertura nº 2 de la compositora alemana romántica Emilie Mayer, también apenas escuchada.

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Viernes 27 de enero a las 20:00 hs | Espacio Turina

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El director de esta orquesta, Alberto Álvarez-Calero, reflexiona si el distanciamiento de la música clásica con respecto a la sociedad contemporánea se puede deber, entre otras razones más complejas, a que siempre se interpreta más de lo mismo.

Echa de menos —en este caso como mero espectador— un repertorio más variado en el amplio espectro de la música clásica. Con el miedo a perder público, a veces se consigue justo eso último: tener menos seguidores ante una programación trillada.

Piensa este director que no habría que bajar el nivel para que fuera más gente a los conciertos, sino más bien hacer propuestas más creativas e innovadoras. Eso debe estar acompañado, eso sí, de políticas que eduquen a la sociedad, haciendo a esta más sensible hacia el fenómeno artístico.

También habría que cambiar la forma de atraer a un público diverso. No tiene sentido, sigue diciendo este director, que las orquestas vayan todavía vestidas en muchos casos con ropa decimonónica en pleno siglo XXI. “Hay que cambiar muchos clichés por parte de nosotros los propios músicos”, concluye Álvarez-Calero. El debate está servido, quien lo quiera continuar.

Programa de su próximo concierto

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La Orquesta de Cámara de Bormujos está por segunda temporada consecutiva en la prestigiosa programación camerística del Espacio Turina (teatro del Ayuntamiento de Sevilla en el que se ofrece esta temporada en torno a 140 conciertos).

Obligado a ser original
Orquesta de Cámara Bormujos (OCB)

Alberto Manuel Barbero Duque, clarinete | Alberto Álvarez-Calero, director

J. B. Vanhal (1739-1813)
Sinfonía en la menor, op. 23/IV

L. Kozeluch (1747-1818)
Concierto para clarinete nº 1, en mi bemol mayor

F. J. Haydn (1732-1809)
Sinfonía nº 49, en fa menor, “La Passione”

Notas al programa

El checo J. B. Vanhal no es un auténtico desconocido, pero aún quedan algunas obras suyas por recuperar. Este es el caso de esta IVª sinfonía dentro del catalogado como op. 23, en el que se comprenden en total seis sinfonías. El director de la citada orquesta camerística, Alberto Álvarez-Calero, ha hecho previamente una edición moderna de esa obra, basándose en la versión publicada en París en 1776, la única referencia que hay sobre la misma.

Vanhal era un músico bastante distinguido en Viena a finales del s. XVIII. De hecho, llegó a tocar en un cuarteto formado ni más ni menos que por Dittersdorf (violín I), Haydn (violín II), Mozart (viola) y él mismo (violonchelo). Parece que este último fue alumno del primero de los cuatro.

Esta sinfonía que se va a recuperar es de tres movimientos. Es posible que Vanhal siguiera la tradición checa de hacer sinfonías sin Minuetto (recordemos la Sinfonía “Praga” de Mozart, que lleva ese mismo esquema). Pero es más probable que Vanhal se basara en las sinfonías-oberturas italianas. Este compositor estuvo entre 1769-1771 en Italia, componiendo óperas. Es por eso entendible que en su vuelta a Viena, algunas de sus sinfonías sean en tres movimientos.

La siguiente obra del programa es el primero de los dos conciertos para clarinete de Kozeluch. Hay algunas grabaciones sobre la obra, la cual no es especialmente conocida ni siquiera entre los clarinetistas modernos. Kozeluch era otro de los muchos compositores bohemios que se afincaron en Viena en esa época.

En 1781, su figura era ya tan bien valorada que el príncipe-arzobispo de Salzburgo, Hieronymus Colloredo, le ofreció el antiguo puesto de Mozart como organista de la corte. Aquel se negó, disuadido por el trato que había recibido el anterior empleado. En 1784 Kozeluch fundó su propia editorial (Musikalisches Magazin) en el mismo año que Hoffmeister y ligeramente por detrás de Artaria (1778) y Torricella (1781). Kozeluch dio clases de piano a diversos miembros de la corte imperial.

Algunas de sus obras junto con otras de Haydn se representaron en Londres, dentro de los conciertos organizados por el empresario Salomon. En 1792 Francisco II fue nombrado archiduque de Austria y Rey de Bohemia, y en ese momento Kozeluch obtuvo el cargo de director de cámara y compositor de la Corte Imperial hasta su muerte, en 1818.

Esta vez el compositor sí sucedió a Mozart en su puesto, que lo había dejado vacante al morir un año antes. A pesar de que Kozeluch tuvo un estatus social mucho mejor que el de los grandes compositores contemporáneos suyos, cayó en el olvido tras su muerte, como muchos de los colegas bohemios de la misma época (Vanhal, Gyrowetz, Wranitzky, Krommer, etc.).

Es muy posible que Kozeluch y Mozart tuvieran una estrecha vinculación. Los dos eran masones, al igual que el clarinetista Anton Standler, quien estrenó los conciertos para clarinete de ambos compositores. No se sabe de qué año es exactamente el primer concierto para clarinete de Kozeluch, aunque su segundo concierto es de 1789.

Es probable que el anterior no estuviera muy lejos de esa fecha, que fue cuando empezó a florecer el clarinete como instrumento novedoso. Justo en ese año, Mozart se puso a escribir un concierto para corno di bassetto en Sol Mayor para el mismo intérprete, pero lo dejó inconcluso.

Eso boceto le sirvió para escribir dos años más tarde su famoso Concierto para clarinete en la mayor, un mes y medio antes de morir. La influencia entre ambos compositores es mutua. Por cronología, aquel concierto de Mozart se parece al primero de Kozeluch (como en la parte central del movimiento lento). Sin duda, Kozeluch es un autor para conocer, con una importante producción en todos los géneros, con unas 400 obras en total.

Termina el programa con la Sinfonía nº 49 de Haydn, que está formalmente concebida dentro del arcaico modelo de la sonata da chiesa o “sonata de iglesia” (Lento-Rápido-Lento-Rápido). Es la última que hizo Haydn con este esquema.

Fue escrita en 1768, coincidiendo con el movimiento literario alemán del Sturm und Drang. H. C. Robbins Landon la ha descrito como una obra de «colores oscuros, sombría, e incluso trágicos». Todos los subtítulos de las sinfonías de Haydn fueron escritos a posteriori. No está claro en el caso de esta sinfonía de dónde vendría el término “La Passione”.

A finales del siglo XVIII la iglesia católica volvió a permitir que ocasionalmente se interpretaran sinfonías para acompañar la liturgia. Esta práctica surgió como compensación a la prohibición de representar óperas o teatros durante la Cuaresma. Por eso se han conservado en templos de Austria y del norte de Italia sinfonías de la época con esa intención. Sobre todo sinfonía en modo menor y con el esquela de la sonata da chiesa.

Se sabe que, por ejemplo, en la abadía de Göttweig, en la Baja Austria (al nordeste del país) se interpretaba la citada Sinfonía nº 49 de Haydn. Fue en concreto en el Domingo de Pasión (el quinto domingo de Cuaresma tal como se conocía antes de la reforma del Concilio Vaticano II). Se intercalaba los movimientos de esta sinfonía (salvo el minuetto, que sí estaba excluido para estos fines religiosos) con un motete de Hasse.

Esta costumbre de tocar alguna sinfonía en las iglesias para dar un ambiente dramático durante la Cuaresma también se extendió a Alemania. En particular, en la norteña ciudad de Schwerin, en la Semana Santa de 1790 se interpretó aquella misma sinfonía. Parece que justo a ese acontecimiento se debe el subtítulo de “La Passione”. También hay quienes piensan que los orígenes están más bien en una lectura libre de una pieza teatral que estaba de moda en Viena en esos momentos, La jeune indienne de Chamfort, aunque son solo elucubraciones.

Haydn estuvo casi toda su vida a las órdenes de la rica familia aristócrata húngara de los Esterházy. Eso hizo que el compositor estuviera bastante alejado del ambiente musical vienés, algo que empezó a echar de menos con el paso del tiempo. Por eso llegó a decir: «No había nadie cerca para confundirme, así que me vi obligado a ser original».

El solista invitado de este programa es Alberto Manuel Barbero Duque, que ha sido componente de la Orquesta Joven de Andalucía (OJA). Ha colaborado con diferentes agrupaciones, destacando entre ellas a la Orquesta Filarmónica de Málaga. Tiene en su haber varios premios internacionales como intérprete, tanto como solista como en formaciones camerísticas.

Próximos conciertos de la Orquesta de Cámara de Bormujos

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En el concierto del 11 de marzo (III Concierto del V Ciclo en CEU, Bormujos), la Orquesta de Cámara de Bormujos comenzará interpretando la Obertura nº 2 de Emilie Mayer. Comenta el director de esta formación que, si bien con la proximidad de la fecha de ese concierto con el Día Internacional de la Mujer le pareció apropiado incluir esa obra, aclara que no pretende que esto sea una mera anécdota. Afirma que su formación tocará en la temporada siguiente una sinfonía de esta misma compositora infravalorada.

En el programa se interpretará también la obertura “Una cosa rara” de Martín y Soler, de la ópera homónimo del mismo autor. Aunque esta obertura se interpreta en algunas orquestas españolas, no es muy frecuente, a pesar de que su autor es uno de los españoles que más se conocen fuera de nuestras fronteras.

Ya en su momento Martín y Soler llegó a ser más aclamado que Mozart, al coincidir en 1786 el estreno de aquella ópera y Las bodas de Fígaro. Termina el programa con uno de los conciertos más brillantes para violín, el nº 1 de Bruch.

La interpretará Malgorzata Wróbel. Esta violinista es ayudante de concertino de la Sinfónica de Madrid, y ya ha actuado como solista con su orquesta madrileña, tocando el Concierto para violín nº 1 de Shostakovich, op. 77.

En el último concierto programado para esta temporada por la Orquesta de Cámara de Bormujos se estrenará la Fantasía para violonchelo y orquesta, del propio director, Álvarez-Calero, publicada en la conocida editorial vienesa Universal Editions.

La obra la interpretará la violonchelista Sasha Crisan Aizicovici, que ha formado parte de algunas de las orquestas más importantes de España, siendo titular en la ROSS. El programa concluirá con la Sinfonía nº 40 de Mozart.

Sobre la Orquesta de Cámara de Bormujos

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El maestro Alberto Álvarez-Calero al frente de la Orquesta de Cámara de Bormujos

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Esta orquesta se forma a principios del año 2016. Actualmente es una orquesta de cámara consolidada en Andalucía Occidental. Numerosos músicos profesionales de dentro y fuera de Andalucía solicitan participar en esta orquesta, atraídos por sus propuestas y su resultado.

La singularidad de muchos de sus programas, como alternativa a lo habitual, hace que la formación consiga a su vez seducir a un público receptivo y cada vez más asiduo. Ha tocado piezas poco escuchadas de A. Salieri, Martin Kraus, G. Monn, P. Wranitzky, A. Gyrowetz, A. Eberl, J. B. Vanhal, A. Reicha, etc.

Este proyecto empieza a ser reconocido a su vez por las revistas musicales de ámbito nacional, rompiendo de esta forma el prejuicio que podría existir al ser una orquesta que no procede de una capital.

El director y fundador de esta orquesta es Alberto Álvarez-Calero. Ha dirigido orquestas nacionales y extranjeras, y debutó como director de ópera en Bulgaria (con I Pagliacci y El Castillo de Barba Azul). Es también compositor, e investigador, destacando por la crítica especializada su libro “John Dowland. La música clásica en tiempos de melancolía” (Fórcola, 2022).

Cartel promocional

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www.orquestacamarabormujos.es

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