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Factoría Cultural, la Plaza de La Maestranza, el Puerto de Sevilla y Espacio Turina
El Teatro Lope de Vega ha acogido hoy la presentación de la programación de la XX edición de la Bienal de Flamenco de Sevilla, que se desarrollará entre los días 6 y 30 de septiembre y que este año, además de contar con espacios ya conocidos como el Teatro de la Maestranza o el Lope de Vega, el Hotel Triana o el Real Alcázar, incorporará –tal como ya lo hizo en la edición 2010- la Plaza de Toros para su inauguración en la noche del 7 de septiembre con Israel Galván y la revisión de su aclamado espectáculo Arena. Asimismo, la Factoría Cultural del Polígono Sur, recientemente inaugurada como espacio cultural, albergará espectáculos con un nuevo formato englobados en el ciclo Factoría Bienal.
Cada sábado, en sesión matinal, un artista consagrado del flamenco escogerá a un artista novel con el que compartirá vivencias y escenario. Serán experiencias irrepetibles que se desarrollarán bajo el título “De la mano de…” dedicados al cante, el toque y el baile y contando con grandes figuras flamencas. La Factoría Cultural se concibe, pues, como espacio de interacción de las antiguas y nuevas voces del flamenco.
Otra de las más importantes novedades de la XX Bienal será la inclusión del Puerto de Sevilla como espacio de desarrollo del concierto de clausura, en el que Dorantes con su piano orientado al mundo, cerrará la Bienal con el pensamiento fijado en la celebración del quinto centenario de la vuelta al mundo, y con Magallanes y Elcano como figuras centrales.
Novedad también la conversión del Teatro Alameda en un Café Cantante, el Café Alameda. El director afirma: “El Café Alameda toma su nombre y esencia de los antiguos Café Cantantes, que fueron el lugar donde el flamenco de familia se convirtió en espectáculo. No obstante, no vamos a reproducir los cantes de aquella época, sino que estarán adaptados a los nuevos estilos actuales”. Este nuevo emplazamiento permitirá una interacción permanente entre el público y los artistas a través de figuras conocidas, de otras disciplinas, que actuarán como hilo conductor.
A ello se suman, como ha anunciado el director de la Bienal, Antonio Zoido, diferentes actividades que se desarrollarán en la calle y en distintas casas palacio de la ciudad.
La XX Bienal quiere transmitir la imagen de acercar el flamenco a todos los públicos, sin distinciones, haciendo partícipe a la ciudadanía en una jornada de apertura, festiva y participativa, en la que se acercará el arte del cante, el toque y el baile a las familias, a la gente de Sevilla y a sus numerosos visitantes demostrando que el flamenco no solo es para un sector específico de la sociedad y que puede llegar a mover los sentimientos al más entendido pero también aquel que se acerque a esta disciplina por primera vez. “El flamenco, como todas las artes, y especialmente al ser un arte de tradición oral, sigue necesitando usar este método para que pase de una generación a otra, al margen de las escuelas y los conservatorios”, ha afirmado Antonio Zoido, director de la Bienal.
El delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, ha alabado el trabajo de Antonio Zoido y su equipo y ha señalado que “este año, la Bienal va a ser una gran fiesta de la creación. Con valentía. Con libertad. Permitiendo que convivan las miradas más clásicas con aquellas más atípicas”.
Además, Muñoz ha destacado además la llegada de la Bienal a la Factoría Cultural del Polígono Sur o la vuelta del Teatro Alameda como espacio Bienal a un antiguo café cantante flamenco.
La programación
El director de la Bienal de Flamenco ha manifestado su entusiasmo porque la XX Bienal de Flamenco trascienda de las propias salas y llegue, a través de diferentes actividades, a los ciudadanos de a pie. Quiere convertir a la Bienal en “la fiesta del otoño”, de la misma forma que en primavera están asentadas la Semana Santa y la Feria en la ciudad de Sevilla. Pretende que se viva en las calles y en los nuevos escenarios.
Once serán los espacios representativos de la edición de este año: Plaza de Toros de la Real Maestranza, Real Alcázar, Teatro de la Maestranza, Teatro Lope de Vega, Teatro Alameda, Teatro Central, Iglesia San Luis de los Franceses, Hotel Triana, Espacio Turina, Puerto de Sevilla y Factoría Cultural.
El ciclo de conciertos “Al arte de su vuelo. XX edición”, que se desarrollará principalmente en el Lope de Vega, el Teatro de la Maestranza y el Hotel Triana, es un guiño que permitirá realizar una mirada al pasado, como revisión, de los espectáculos que han triunfado a lo largo de la historia de la Bienal, pero desde una perspectiva actualizada.
El ciclo “Cien años de Cante” se presenta como un ramillete de conciertos para la Iglesia de San Luis de los Franceses que pretenden realizar un repaso por la historia del flamenco, contando con las voces de antiguos cantaores y de las nuevas promesas.
Once escenarios
Cartel de la Bienal
La imagen de la Bienal de este año ha sido confeccionada por el artista Pedro G. Romero que ha querido plasmar una nueva visión del flamenco, llevando a través de una serie de viñetas a personas representativas de este arte hasta los barrios de la ciudad. Cada una de las nueve imágenes que lo componen se repartirá por diferentes zonas de Sevilla, transmitiendo un mensaje en el que se pone en valor la grandeza del flamenco a través de citas, romanceros o extractos de canciones.
Cada artista que aparece representado en el cartel figura acompañado de su animal favorito o bien de aquel que les marcó su vida personal o profesional. Los actores desgranan los textos que, en forma de bocadillo, como en un tebeo o una fotonovela, van colocándose a la altura de sus cabezas o de las cabezas de los animales con quienes conversan.
“La presencia de los animales empezó siendo un juego, una herramienta de distanciamiento propia de la dinámica teatral, pero cuando Gonzalo García Pelayo escogió un papagayo verde la cosa tomó más importancia”, asegura Pedro G. Romero. Fue precisamente un poema de Antonio Machado el que, en muchos sentidos, inspiró la pieza final:
Y te enviaré mi canción:
“Se canta lo que se pierde”,
con un papagayo verde
que la diga en tu balcón.
Gonzalo García Pelayo, aparece junto a un papagayo verde, la bailaora chilena Javiera de la fuente porta un peuco, el poeta David Pielfort una galera, la abogada Pastora Filigrana un gato egipcio, Bobote figura junto a un gallo de pelea, el cantante y bailarín húngaro Rudolph lleva a su perra Triana, la bailaora africana Yinka Esi posa junto a Trianera, la vaca de sus amores, la torera Vanesa Montoya monta un caballo andaluz y la actriz Rocío Montero posa junto a su familia y un cerdito montonero en su barrio de El Vacie.
Todas estas imágenes forman parte de la pieza escénica de “Las Sabias” con la cual se ha querido presentar de un modo teatral la nueva edición del mayor acontecimiento de flamenco del mundo.
El nombre de “Las Sabias” no está escogido por casualidad. El propio Pedro G. Romero afirma que este nombre hace alusión a aquellas personas que saben mucho y que lo expresan con una verborrea imparable. De igual modo, se juega con el doble sentido fonético de la palabra, ya que la savia (con v) hace alusión al caldo vegetal que alimenta el gran árbol del flamenco. De esta manera se pretende reivindicar la democratización de esa condición; flamenca es la afición y flamencos podemos ser todos. Tal y como afirma el propio artista, el flamenco fue, desde la idea de Silverio Franconetti, una forma de vida y desarrolló un campo cultural propio de manera que gitanos, agitanados y flamencos construyesen un hecho social pleno.
Nacido en la localidad onubense de Aracena, Pedro G. Romero estudió Bellas Artes en Sevilla, donde actualmente reside y trabaja. Desde la presentación en 1986 de su primera exposición en Sevilla, el artista ha mantenido su idea de innovación sobre la imagen frente al discurrir del tiempo histórico, biológico, psicológico y verbal.
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