Mariza, la gran embajadora de la música portugesa, en La Mar de Músicas

Publicado en TLM

El festival de Cartagena acoge mañana martes 23 de julio además los conciertos de Dead Combo, la chilena Pascuala Ilabaca, Moody Sake y en La Mar Chica Resonante.

Este martes 23 de julio La Mar de Músicas se viste de gala para recibir en el Auditorio Parque Torres a la que es sin duda la voz más internacional de Portugal, Mariza.

Conciertos del día

MARIZA. Auditorio Parque Torres. 23:00 horas.
EAD COMBO. Patio del Antiguo CIM. 21:30 horas.
MOODY SAKE. Plaza del CIM. 20:30 h. Escenario Somos de Aquí.
PASCUALA ILABACA Y FAUNA. Plaza del Ayuntamiento. 20:00 horas.
RESONANTE. Plaza del CIM. 19:00 h. Escenario La Mar Chica.

La gran voz del fado, la heredera de Amalia Rodriguez vuelve a un festival que la ha acogido a lo largo de su carrera. Antes en el escenario del CIM se podrá ver a uno de los dúos más exitosos de Portugal Dead Combo y en la plaza del Ayuntamiento a esa chilena que trae sonidos del folclor del país de Violeta Parra, Pascuala Ilabaca.

En el escenario de la plaza del CIM de nuevo sesión doble con Resonante Basu Band, grupo que hace todos sus instrumentos reutilizando materiales, en La Mar Chica y Moody Sake en el escenario Somos de Aquí.

Mariza podría haber sido la protagonista del genial libro de Dulce María Cardoso “El retorno”. Al igual que los protagonista del libro, publicado por la editorial La Umbría y la Solana, Mariza junto a su familia tuvo que abandonar Mozambique con la conquista de la independencia a la antigua colonia portuguesa. Y tuvieron que hacerlo sin mirar para atrás, dejando casa, amigos y con todo aquello que cupiese en una maleta. “Llegamos a Lisboa sin nada y sin nadie que nos quisiera.

Nos metimos en el barrio de la Morería en una casa donde entraba el agua cuando llovía. Nadie nos quería. No había dinero, no había trabajo. Mi mamá era negra; mi papá, rubio, y yo, así, con este colorcito” declaraba hace unos años en una entrevista para El País.

Aquella niña se ha hecho mayor y ahora todos la quieren, todos la miran. Basta decir Mariza y se abren los teatros del mundo, de la Ópera de Sídney al Royal Albert Hall, y sus taquillas cuelgan el “todo vendido”. Maria dos Reis Nunes, Mariza, carga en estos momentos con la responsabilidad de ser la máxima representante de la cultura portuguesa en el mundo.

La mayor fadista desde Amália Rodrigues; nadie se atrevería a discutírselo a estas alturas. Mucha gente ha querido conocer la música, la lengua, la cultura portuguesa, tras conocer su música. Ya no es aquella renovadora del fado que hace veinte años agitó la afición portuguesa con su novedoso acercamiento al género.

Es la más internacional de las vocalistas de su país gracias a su entregada manera de estar sobre el escenario y a su curiosidad por adentrarse en otras parcelas vocales más internacionales. La embajadora de la UNESCO para la preservación del fado tradicional y Premio Luso-Español de Arte y Cultura 2018 viene a La Mar de Músicas, festival que la ha acogido a lo largo de sus años de carrera, para presentar su último disco, titulado, simplemente Mariza.

A las 21:30 horas en el Patio del Antiguo CIM, como si fueran personajes salidos de una novela de Charles Bukowski, como si Fernando Pessoa se diera la mano con Tom Waits… Así se las gastan los portugueses Dead Combo, es decir, Pedro Gonçalves y Tó Trips. La Lisboa mestiza los vio nacer y crecer.

Llevan en el alma la noche de la fusión y en su nuevo disco, «Odeon Hotel», dan rienda suelta a una amalgama sin prejuicios, pues caben en ella rastros de Morriocone, de Ry Cooder, de jazz, de blues y hasta de post-rock, siempre con las piezas instrumentales por bandera. Sin letras ni palabras, el dúo suena a la claridad del Tejo, a Lisboa, a Portugal o al Mediterráneo; también a África o al desierto de Estados Unidos.

Para poder plasmar estos paisajes es necesario encontrar un sonido: en este caso una guitarra y un contrabajo con cierto bagaje de rock’n’roll y de años dedicados a la música atravesando continentes, recogiendo el fado. Pedro Gonçalves y Tó Trips son dos personajes: un gangster y un sepulturero que salen de un cómic para hacer conciertos poderosos y muy impactantes visualmente. Su música es uno de los capítulos más hermosos y singulares nacidos en Portugal en la última década.

En la plaza del Ayuntamiento, a eso de las 20:00 horas, Pascuala Ilabaca. Nacida en Valparaiso, Pascuala se ha convertido en una de las representantes de la canción latinoamericana en el mundo. Autora, compositora, cantante, acordeonista y pianista, la Pascuala tiene una de las trayectorias más destacadas de entre los músicos chilenos del siglo XXI. Elementos del folclor de Chile, ritmos latinoamericanos y música de la India son fuentes para su repertorio. Si una palabra la tuviera que definirla es multiculturalidad.

Acompañada por su formidable banda Fauna, su presencia en el escenario es única, evocando dulzura y empoderamiento al mismo tiempo, y dando vida a sus canciones con fragilidad y brío. Viene por segunda vez a La Mar de Músicas, ya estuvo en 2015 en el Especial Chile cantándonos a Violeta Parra. Estará en esta edición a para presentar su último disco “El mito de la pérgola” donde celebra la música en los espacios públicos. Poderosa trovadora.

En la plaza del CIM, a las 20:30 horas los componentes de la banda murciana Moody Sake unos enamorados de la época de los 70’s, el rock n’ roll, blues garaje y de artistas como Jimmy Hendrix, Led Zeppelin o Deep Purple. El sonido añejo es lo suyo, tienen un directo muy potente y enérgico. En la misma plaza, a las 19:00 horas, Rosonante. El sonido está en todas partes: latas, cajas, maderas, chapas y más objetos cotidianos se reúnen en el escenario entre las manos de los luthieres salvajes de Resonante.

Guitarras construidas con cajas de frutas, metalófonos realizados con tubos de cobre, flautas hechas de PVC, una batería creada con bidones, macetas y sartenes, violines y calimbas que resuenan en latas de conserva reutilizadas, un bajo eléctrico desarrollado a partir de un listón de madera recogido del contenedor… Y es que con estos instrumentos musicales construidos con residuos y objetos cotidianos intentan mostrar que la música es un arte que puede estar al alcance de todos.

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