“todo en este mundo es burla”
Si hay una ópera que ejemplifique el compromiso artístico y la capacidad de renovación de un compositor que, habiendo conquistado todos los éxitos en el transcurso de una larga carrera, se resiste a repetirse y gira sorprendentemente sobre sí mismo, esa ópera es “Falstaff” y ese compositor es Giuseppe Verdi. En 1893, a punto de cumplir 80 años y tras 54 de carrera, Verdi nos brindó una lección de vitalidad y renovación en la asombrosa “Falstaff”, una ópera bufa que inaugura nuevas maneras de abordar, entonces con suma complejidad, el teatro musical en un ejercicio de magisterio crepuscular que concluye con la célebre y escéptica reflexión de que “todo en este mundo es burla”.
En tres actos y sobre libreto de Arrigo Boito a partir de “Las alegres comadres de Windsor” y “Enrique IV” de Shakespeare –autor al que Verdi ya había recurrido en dos obras maestras: “Macbeth” y “Otello”- “Falstaff” exhibe una brillante partitura que, al decir del especialista Fernando Fraga, “fluye como surgida de un único y formidable aliento” –y que ha sido defendida como una obra maestra por batutas como Toscanini, Karajan o Bernstein- para contarnos las historias de enredo y trampas a las que es sometido el gordinflón y petulante señor Falstaff en su empeño por seducir a mujeres casadas.
Los testimonios confirman que Verdi, ya con 80 años, gozó la escritura de su última ópera como un retorno feliz al género cómico que no abordaba desde “Un giorno di regno” (1840). Como señala Fraga, la labor de Boito fue “meritorísima”, pues el Falstaff operístico, extraído del literario, es un personaje tan inteligentemente compuesto que contiene los elementos grotescos y crepusculares de la madurez, en contraposición al encanto y el candor que desprenden la pareja de enamorados de la función, Nannetta y Fenton.
En “Falstaff”, que a pesar de ser –como casi todo Verdi- un gran ejercicio de teatro lírico claro y transparente, acaba con una gran fuga escrita de forma “abstracta”, según acentúa Paul Henry Lang para subrayar la modernidad del compositor, el equilibrio vocal de los personajes, y su marcada proyección escénica, requiere un reparto no solo vocalmente excelente, sino también dotado de amplias dotes interpretativas. De alguna manera, “Falstaff”, una “ópera de culto” que, según Lang, “solo obtuvo respeto pero no amor”, está deseando ser “descubierta” por las nuevas generaciones de espectadores, pues “Falstaff” es una ópera “única”, “ingrávida”, dice Lang, cargada de “movimiento vertiginoso, claridad y perspicacia” (…) con una degustación de los conjuntos en plan gourmet (…) que dejan al oyente sin aliento en esta magnífica comedia en la que no hay carcajada ni ningún artificio (…) y en la que la orquesta es utilizada como un conjunto de cámara: provocativa, ingeniosa y de delicado colorido”.
Sobre la producción de Marco Gandini para la Showa University of Music –Teatro del Giglio Showa de Japón- Pedro Halffter Caro, director artístico del Teatro de la Maestranza, dirige a la ROSS, al Coro de la Asociación de Amigos del Teatro de la Maestranza y a un reparto encabezado por el brillante barítono búlgaro Kiril Manolov –en uno de sus papeles estelares, pues ha encarnado a Falstaff, entre otras, en Hamburgo o Berlín o bajo la dirección de Muti- y el español José Antonio López, uno de nuestros cantantes con mayor proyección del momento, con intervenciones en el Teatro Real de Madrid o el Musikverein y el Konzerthaus de Viena. Junto a ellos, Nicole Heaston, Elena Zaremba y Valeriano Lanchas, entre otros.
Tras 20 años desde la única ocasión que pude verse en nuestro escenario, el Teatro de la Maestranza ofrece la posibilidad de descubrir una obra maestra del canto, la música y el teatro.
FALSTAFF de Giuseppe Verdi (1813-1901)
16, 19, 22 y 24 de febrero, 2018
20,30 horas
Argumento
Acto Primero
Windsor, Inglaterra, en el siglo XV. En la posada de la Jarretera, sir John Falstaff, caballero, vive de manera precaria en compañía de sus dos criados Pistola y Bardolfo. Acaba de terminar una carta cuando entra precipitadamente el doctor Cayo para quejarse por haber sido víctima de Falstaff. Éste reconoce fríamente todas las acusaciones y, cuando recibe también la queja de que sus criados le han robado, los llama para interrogarlos. Las negativas vehementes de los criados casi llevan a una nueva disputa y finalmente, sin haberse podido probar nada, Cayo se aleja. El posadero trae la factura de Falstaff, éste la examina atentamente, pero su bolsa está prácticamente vacía, algo que le preocupa seriamente, pues su panza muestra todo su orgullo y para preservar su redondez necesita dinero. Falstaff confiesa a sus dos criados que ha llegado el momento de dar pruebas de inteligencia para el plan de acción que ha dispuesto. Un rico comerciante del lugar, de nombre Ford, tiene una esposa extremadamente seductora, Alice, uno de cuyos irresistibles encantos es el de llevar la bolsa familiar. Otra mujer del pueblo, Meg Page, está exactamente en la misma situación. Convencido de su poder de seducción, tiene la intención de unir amistad con estos recursos de renta muy prometedores y ha escrito ardientes misivas que Pistola y Bardolfo llevarán a las dos mujeres. Pero los criados se niegan, poniendo como pretexto su “honor”, por lo que Falstaff debe confiar las cartas a su paje Robin. Luego se vuelve hacia sus acólitos denunciando ásperamente su noción del “honor” antes de echarlos a escobazos.
En el jardín de la casa de los Ford, la señora Alice Ford y su hija Nanetta se encuentran con Meg Page y la señora Quickly. La primera no puede evitar confiar a su amiga que ha recibido una carta de amor de un tal sir John Falstaff. Pero el caso es que la señora Page también ha recibido otra. Comparándolas, descubren que las cartas son exactamente iguales salvo por el nombre de la destinataria. Las dos mujeres, heridas en su vanidad, declaran que el remitente es un monstruo y meditan una venganza.Mientras tanto, Pistola y Bardolfo van a ver a Ford. Tras sus altercados con Falstaff, han decidido abandonar su servicio y vengarse de él revelando sus intenciones al marido de Alice. Mientras relatan su historia, el doctor Cayo también hace sus acusaciones; Fenton, un joven, se dice dispuesto a colaborar en cualquier proyecto de venganza (éste tiene buenas razones para solidarizarse con Ford, pues está enamorado de su hija, Nanetta, y sus sentimientos son correspondidos). Viendo a Nanetta en compañía de otras mujeres, Fenton se acerca a ella y la llama para tener un momento de charla de enamorados. Cuando las mujeres se reúnen con la muchacha, ésta es obligada a disimular, y Nannetta toma parte en el delicioso juego de la intriga femenina: la señora Quickly llevará un mensaje a Falstaff en el que le invita a una cita en el curso de la cual será severamente castigado. Fenton consigue acercarse una vez más a su amada antes de reunirse con Ford y los otros hombres, y ambos grupos reflexionan acerca de sus planes antes de alejarse para ponerlos en práctica.
Acto Segundo
En la posada de la Jarretera, Pistola y Bardolfo han vuelto con Falstaff pidiéndole que les perdone su deserción. Una vez recuperado el favor del caballero, le presentan a la señora Quickly, que se acerca a Falstaff prodigándole las mayores muestras de respeto y le anuncia que las dos mujeres a las que ha escrito están enamoradas de él y que Alice le recibirá entre las dos y las tres. Encantado, Falstaff despide a la señora Quickly y se felicita por su conquista y por la fascinación que ejerce sobre el sexo femenino. Bardolfo anuncia a continuación a otro visitante, un tal Fontana. Se trata en realidad de Ford disfrazado, que entra y saluda a Falstaff antes de presentarse como un rico comerciante; le gustaría que, a cambio de una bolsa repleta de oro, su interlocutor seduzca a una señora de la localidad, Alice Ford, de quien está enamorado: cree que, una vez que ella se haya dejado cortejar, le será más fácil conquistarla. Falstaff acepta ávidamente el oro y la misión confiando orgullosamente al comerciante que ya ha obtenido una cita de la dama (cuyo marido, asegura, es un bruto) y sale para arreglarse. En cuanto a Ford, está convencido de que su mujer trama realmente engañarle y le invade la ira. Falstaff regresa y ambos hombres salen juntos.
En la casa de los Ford, la señora Quickly da cuenta a Alice y Meg de su entrevista con Falstaff: éste acudirá a la cita. Alice hace entonces que traigan una gran cesta de ropa. Advierte luego que su hija está llorando, y Nanetta le explica que su padre quiere casarla con el doctor Cayo. Las tres mujeres se muestran horrorizadas con la elección de semejante imbécil y pedante. Alice la consuela inmediatamente y Nanetta, calmada, se une alegremente a los preparativos.
Falstaff se hace anunciar a la hora acordada y emprende inmediatamente la seducción de la señora de la casa, que rechaza sus avances con coquetería hasta que la señora Quickly anuncia la llegada de la señora Page. Falstaff se esconde detrás de un biombo. Meg Page entra precipitadamente, muy agitada: Ford, dice, se dirige hacia la casa, convencido de que su mujer está recibiendo en este momento a un amante. En efecto, Ford, loco de celos, se acerca acompañado de varios hombres (entre ellos Fenton, Cayo, Pistola y Bardolfo). La señora Quickly le ve por la ventana y tiene el tiempo justo para avisar a Alice antes de que los hombres entren en la estancia y comiencen a poner todo patas arriba. El propio Ford vuelca el cesto de la ropa, pero no encuentra nada y continúan su registro en otra parte. Las mujeres pueden entonces retomar su plan donde lo dejaron: obligan a Falstaff a esconderse en el cesto y le cubren con ropa sucia. Cayo, con sus gritos, añade más confusión, de la que Nanetta y Fenton se aprovechan escondiéndose detrás del biombo. Sus sombras despiertan las sospechas de Ford, que se acerca con precaución y derriba el biombo. Todos se quedan atónitos al descubrir a los dos enamorados. El registro prosigue y las mujeres aprovechan la ocasión para pedir a los criados que vuelquen el cesto de la ropa por la ventana al arroyo que discurre abajo y donde trabajan las lavanderas. Los criados lo hacen y Alice llama enseguida a su marido para que admire a su “rival” que se debate en el Támesis.
Acto Tercero
Ante la posada de la Jarretera, Falstaff, desaliñado y miserable, trata de secarse al sol mientras medita sobre la maldad de la gente. Se reconforta bebiendo vino caliente, y cuando la señora Quickly se presenta de nuevo, debe hacer un gran esfuerzo para no enviarla al diablo. Ésta afirma que Alice es inocente, que siempre ha estado enamorada de Falstaff y que le ha escrito una carta en la que le da una nueva cita. Falstaff lee la carta en que Alice le pide que se encuentren en un parque a medianoche, él disfrazado de “Cazador Negro”. Falstaff acepta y se deja conducir a la posada, donde la señora Quickly prepara al caballero para esta cita contándole las historias siniestras del lugar donde debe encontrarse con Alice. Tras su partida, Alice retoma la historia del cazador negro y prepara la mascarada con ayuda de Nanetta, de Fenton y de la señora Page. Nanetta será la reina de las hadas, unos niños harán el papel de duendes y diablillos, y las otras mujeres se disfrazarán de hadas y brujas. Cuando se alejan, la señora Quickly sale de la posada; poco después, sorprende una conversación entre Ford y el doctor Cayo: el primero promete al segundo casarle con su hija esa misma noche aprovechando que todo el mundo estará disfrazado.
En el gran parque de Windsor, de noche, Fenton llega al lugar cantando una canción de amor; pronto se le unen Nanetta, Alice y la señora Quickly quien, para su asombro, le hace vestirse un hábito de monje. Cuando todos se alejan, una campana da la medianoche. Falstaff llega puntual, con la cabeza adornada con una cornamenta de ciervo. Contando las doce campanadas, evoca la protección de Júpiter, pero nada puede salvarle de las redes que las mujeres ya han tendido a su alrededor. Alice aparece pero Falstaff tiene tanto éxito para seducirla como la primera vez, pues la señora Page llega casi inmediatamente anunciando que el bosque está encantado. Las dos mujeres huyen dejando a Falstaff solo, muerto de miedo. Y su miedo crece aún más cuando oye la voz distante de la reina de las hadas (Nanetta) que llama a todo su mundo: hadas, ninfas, elfos, sátiros y brujas se abalanzan pronto sobre el caballero aterrorizado. Bardolfo tropieza con Falstaff, que no le reconoce. Postrado, el caballero es pinchado, pellizcado, insultado y golpeado sin piedad. Advirtiendo finalmente que son humanos y no espíritus quienes le maltratan de este modo, halla fuerzas para levantarse y recibir los reproches de las mujeres a las que ha tratado de seducir. Confiesa su falta pero advierte que, sin él, la broma no hubiera sido tan buena.
Una vez terminado el correctivo, Ford anuncia los “esponsales de la reina de las hadas”. Disfrazado de monje, Cayo se acerca y una silueta velada viene a situarse a su lado. Alice pide entonces a su marido que case a otra pareja, y Fenton, enmascarado y disfrazado también él de monje, avanza en compañía de una compañera con velo blanco. Ford pronuncia las palabras solemnes. Luego todos se quitan máscaras y velos y tienen la sorpresa de constatar que Cayo se ha casado con Bardolfo y Fenton con Nanetta. Todos rompen a reír y Ford no puede más que aceptar la situación. Todos han sido burlados de una manera u otra; así lo admiten, y Falstaff introduce la fuga final: Todo en el mundo es burla (…) pero quien ríe el último, ríe mejor.
Ficha Técnica
Dirección musical PEDRO HALFFTER CARO
Dirección de escena MARCO GANDINI
Escenografía ITALO GRASI
Vestuario SIMONA MORRESI
Producción SHOWA UNIVERSITY OF MUSIC – TEATRO DEL GIGLIO SHOWA (Japón)
REAL ORQUESTA SINFÓNICA DE SEVILLA
Director artístico y musical, John Axelrod
CORO DE LA A.A. DEL TEATRO DE LA MAESTRANZA
Director, Íñigo Sampil
Ficha Artística
Sir John Falstaff KIRIL MANOLOV
Ford JOSÉ ANTONIO LÓPEZ
Fenton DAVID ASTORGA
Dr. Cajus JOSÉ MANUEL MONTERO
Bardolfo VICENTE OMBUENA
Pistola VALERIANO LANCHAS
Mrs. Alice Ford NICOLE HEASTON
Nanetta NATALIA LABOURDETTE
Mrs. Quickly ELENA ZAREMBA
Meg Page ANNA TOBELLA
Precios
DIARIO / VIERNES Y SÁBADO
Patio: 116€ / 125€
1ª Balcón: 111€ / 120€
2ª Balcón: 100€ / 107€
1ª Terraza: 88€ / 95€
2ª Terraza: 76€ / 82€
1ª Paraíso: 70€ / 76€
2ª Paraíso: 59€ / 63€
3ª Paraíso: 46€ / 50€
Venta de localidades ONLINE: desde el lunes 16 de octubre
Venta de localidades en taquilla: desde el lunes 22 de enero
Taquillas: Paseo de Cristóbal Colón 22. De 10 a 14 y de 17,30 a 20,30 horas. Lunes a sábado y festivos con función. Teléfono de taquillas: 954 22 65 73.
Venta telefónica (954 22 65 73), si quedaran localidades disponibles, una vez atendida la demanda de ventanilla el primer día de venta. En horario de taquillas. Con un recargo de 1,50 €/entrada. Con cargo a tarjeta de crédito (Visa, Red 6.000, Amex, Mastercard).
Internet: Podrá imprimir sus entradas mediante el sistema de “ticket en casa”. Recuerde que el correo de confirmación contiene la entrada o entradas válidas para el evento. ES IMPRESCINDIBLE SU IMPRESIÓN O DESCARGA EN EL DISPOSITIVO MÓVIL PARA ACCEDER AL RECINTO.
Si se adquieren localidades a través del sistema de venta telefónica o por Internet se recomienda llegar con antelación al comienzo del espectáculo para poder solventar eventuales incidencias, en caso contrario el Teatro no asegura el acceso a la sala.