El festival se despide tras llevar a cabo un intenso programa con 65 jóvenes músicos y 50 conciertos por toda la región.
Tras celebrar medio centenar de conciertos en la región, el programa del XVII Encuentro de Santander Música y Academia, que organiza la Escuela de Música Reina Sofía y la Fundación Albéniz presidida por Paloma O´Shea, se despide de Cantabria. Mañana miércoles 26 de julio tendrá lugar el concierto de clausura del festival, a las 20.30 horas, en una velada patrocinada por la Fundación Banco Santander.
El programa comenzará con el quinteto con piano en la mayor D 667 op 114 ‘La Trucha’ de Franz Schubert (1797-1828). Será interpretado por la violista Isabel Charisius que liderará sobre el escenario a los jóvenes participantes: Karolina Nowotczynska (violín), Leonardo Chiodo (violonchelo), Pauli Pappinen (contrabajo) e Ilya Kondratiev (piano).
El célebre Quinteto ‘La Trucha’ data de 1819, pero el Lied que dio origen a la obra, Die Forelle (La Trucha) no es producto de ese año, sino un poco anterior, del verano de 1817. Durante un viaje por Estiria en 1819, con su amigo e intérprete el cantante Vogl, Schubert fue presentado a un excelente violonchelista aficionado y de este encuentro surgió la idea de hacer un quinteto con piano en el que se utilizara el tema de La Trucha, canción estrella de las sesiones musicales de aquellas jornadas. José Luis García del Busto remarca sobre la pieza que “la peculiar instrumentación prescinde del segundo violín del cuarteto de cuerdas para dar cabida a un contrabajo al que Schubert también hace cantar la melodía de La Trucha en el Andantino con variaciones. A lo largo de la obra, los cinco instrumentos parecen sentir el gozo de hacer música en grupo, gozo que se transmite a la audiencia”.
La noche continuará con la presencia de la Orquesta de Cámara del Encuentro, dirigida por Péter Csaba. Su música será la encargada de despedir el festival. Como ya lo hiciera en la inauguración del Encuentro con la dirección de la Orquesta Sinfónica Freixenet del Encuentro, en esa ocasión, ahora el público cántabro podrá ver otra vez en acción a Csaba, esta vez para dirigir a la Orquesta de Cámara del Encuentro. Ha sido condecorado en mayo de este año 2017 con la insignia de Caballero de la Orden Nacional de la Legión de Honor francesa. Es titular de la Cátedra de Orquesta del Conservatorio Superior de Música de Lyon y miembro de la Real Academia Sueca por su contribución al desarrollo de la vida musical en Suecia. Desde 2002 es Director Artístico del Encuentro de Santander Música y Academia. Además, ha sido Director Artístico y Principal de la Orquesta Sinfónica de Besançon, hasta 2010, y Director Artístico del Festival de Música de Kuhmo, en Finlandia, y del Festival Laponia (Suecia). Desde 2012 es Director Artístico y Director Titular de la Orquesta Sinfónica de Budapest MÁV, en Hungría.
El repertorio con el que la orquesta deleitará al público será la suite de ‘Quiet city’ para trompeta, como inglés y cuerdas de Aaron Copland (1900-1990) que contará con la participación de William Ball (corno inglés) y Estíbaliz Collado (trompeta). Esta obra está basada en la música incidental escrita en 1939 para una pieza teatral de Irwin Shaw. Se estrenó el 28 de enero de 1941, en un concierto de Daniel Saidenberg y su Little Symphony, y poco después llegó a los atriles de la Sinfónica de Boston donde renovó su éxito y obtuvo un inmediato reconocimiento de la crítica.
La velada finalizará con la serenata para cuerdas en mi bemol mayor op 6 de Josef Suk (1874-1935). García del Busto recuerda que terminado el curso 1891-92 en el Conservatorio de Praga, el profesor Dvorak recomendó a su dilecto discípulo Josef Suk que tratara de inspirarse en las delicias del verano y de la naturaleza para componer algo más desenfadado que lo que habitualmente hacía, algo más ‘positivo’ y energético. Así nació la moderadamente optimista Serenata para cuerdas, op 6 obra que llamó la atención desde que el propio Suk dirigió en Tábor dos de sus movimientos y, sobre todo, desde que la Orquesta del Conservatorio de Praga, dirigida por Antonin Benevitz (su profesor de violín) la estrenó en la capital checa. La espontaneidad y frescura de su inspiración captaron enseguida al gran Brahms, quien no dudó en recomendar a su editor Simrock que atendiera al juvenil talento de Suk.
NdeP
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