Pirineos Sur cierra su XXVIII edición con cerca de 50.000 espectadores, más diversidad y nuevos públicos

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Edición tras edición, y van 28, el Festival Pirineos Sur, proyecto que surgió desde la Diputación Provincial de Huesca, es capaz de mostrar el vigor y la audacia de los que solo puede presumir un festival que apostó antes que nadie por las músicas de raíz y que, como la cultura, ha sabido evolucionar sin perder su esencia.

Pirineos Sur 2019 llega esta noche a su fin y es hora de hacer un balance de una edición marcada por su apertura de estilos, mayor presencia de actos para todos los públicos, la apuesta por nuevos espacios naturales y la captación de nuevos espectadores, que encuentran en el Valle de Tena un lugar ideal donde descubrir una amplia oferta cultural y un entorno único donde pasar unos días de vacaciones. En total, por todos los actos celebrados en la edición número 28 del Festival Internacional de las Culturas han pasado en torno a 50.000 personas.

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Ver: Entrevista a Begoña Puertolas, directora del Festival Pirineos sur, desde su primera edición

Begoña Puértolas, directora del Festival Pirineos Sur

Begoña Puértolas, directora del Festival Pirineos Sur, se muestra «más que satisfecha con una edición que ha vuelto a conseguir una fantástica respuesta por parte del público«. «Hemos logrado ofrecer una programación complementaria y muy equilibrada entre los diferentes escenarios. Y el balance positivo que hacen las empresas que han gestionado el recinto de Lanuza es también importante para la Diputación Provincial de Huesca«, asegura. Añade además «el importante refuerzo que el Festival supone para el turismo en el Valle de Tena, que este año ha rozado el 100% de ocupación prácticamente todos los días«.

Por su parte, Sergio Vinadé, programador de los conciertos de Lanuza y uno de los socios de la UTE Big Pam, encargados de la explotación de este recinto del festival durante esta edición reconoce que “es el primer año que programamos los conciertos del Anfiteatro de Lanuza y no podemos estar más satisfechos. Era todo un reto estar a la altura del historial de un festival tan importante, pero creemos que ha merecido mucho la pena.”.

A lo largo de los 17 días en los que se ha sucedido la XXVIII edición de Pirineos Sur, su directora destaca «la especial conexión del festival con la naturaleza». Begoña Puértolas tiene claro que «Pirineos Sur es un festival diferente a otras propuestas y, sin duda, el entorno en el que se desarrolla es una de sus principales señas de identidad». «Prácticamente el cien por cien de los espectáculos se celebran en entornos naturales, pero con las Experiencias en la naturaleza se ha abierto este año un formato de espectáculo que permite disfrutar de la cultura de forma diferente y una mayor conexión con el territorio«, explica.

Ha sido un año en el que se ha apostado por la apertura de estilos sin perder nunca la identidad del que le ha caracterizado y se han vivido noches que van a quedar para el recuerdo. “Lo que vivimos con Andrés Calamaro y Kase. O, juntos en el escenario, va a pasar a la historia del festival. Fue algo espectacular e irrepetible.

También tuvimos la suerte de ver a dos de los mejores grupos de rock de los 80; reencontrarnos con un magnífico Jorge Drexler que acabó en el agua al terminar el concierto; vivir la entrega total del público con Lee “Scratch” Perry, Third World y Green Valley; y asistir a los conciertos irrepetibles de Martirio y Chano Domínguez, homenajeando a Bola de Nieve, y la colaboración especial de Toquinho con Silvia Pérez Cruz y Javier Colina”, resume Vinadé.

Además, una de las principales apuestas de esta edición era renovar la oferta gastronómica en la carpa de Lanuza, “y el resultado ha sido inmejorable, con el restaurante lleno todos los días antes de los conciertos”, ha apuntado Vinadé.

Una año más, el público mayoritario ha sido el aragonés, fiel edición tras edición. De hecho, este año el 56% de los asistentes han llegado de la propia comunidad autónoma. Sin embargo, el mapa territorial ha estado significativamente representado con un 12% de Cataluña, un 10% del País Vasco, un 7% de la Comunidad de Madrid e, incluso, más de 7.000 personas venidas desde puntos tan dispares como Andalucía, Galicia, Extremadura, Canarias o Baleares, entre otros.

Asimismo, un 12% del total provenía fuera de nuestras fronteras, donde Francia sigue siendo un aliado incondicional, aunque también han llegado desde Tel-Aviv, Montreal o Berlín. Y es que, sin duda, Pirineos Sur sigue siendo la casa de todos, donde el único idioma es el sentir de la música y el sobrecogimiento del paraje.

Pirineo Sur Territorio refuerza la esencia del Festival

En torno a 28.000 personas, animadas por un clima inédito en Pirineos Sur y una programación gratuita pensada para todos los públicos, han participado en las más de 70 actividades que componían el cartel de Pirineos Sur Territorio, que se ha desarrollado durante diez días ininterrumpidos y que concluirá hoy con el concierto de Mon Laferte (22:30 horas).

Tal y como explica la directora del Festival, Begoña Puértolas, «la programación de Pirineos Sur Territorio responde a la esencia del festival con una programación muy variada en cuanto a ritmos y diversidad geográfica. Y es imprescindible destacar la sensibilidad del público de Sallent de Gállego, capaces de acoger con el mismo entusiasmo propuestas radicalmente diversas», añade la directora del Festival.

Sin duda la diversidad ha sido la nota común en la programación musical de Pirineos Sur Territorio, que ha combinado en esta edición estrenos como el de Trending Tropics (liderado por Eduardo Cabra Residente) o los parisinos Arat Kilo (acompañados de la diva maliense Mamani Keita y el rapero Mike Laad)- que actuaban por primera vez en nuestro país-, con nombres de trayectoria tan extensa como la de Javier Ruibal o con tanta proyección como la chilena Mon Laferte.

Una diversidad que se ha visto plasmada igualmente en los diferentes géneros y estilos que han sonado en el escenario de los Mercados del Mundo (Sallent de Gállego): desde el misticismo de Duotone al arrebatador directo de la camerunesa Lornoar; desde el hechizante ritmo de Moonlight Benjamin al flamenco descarado de Maruja Limón; y desde la rabiosa fuerza del highlife en el doble concierto de la noche de Casa África con Fra! y Kyekyeku & Ghanalogue Highlife a la fusión de flamenco y jazz de los aragoneses Nanjazz. Una programación que ha vuelto a poner de manifiesto que el escenario de Sallent de Gállego ejerce de poderoso laboratorio musical ante un público ávido de descubrimientos, abierto a las propuestas más arriesgadas y carente de prejuicios.

Pero además, esta nueva edición del Festival ha servido para profundizar en la relación entre la cultura y la naturaleza, con la celebración por primera vez de cuatro actuaciones en rincones en plena naturaleza y accesibles solo a pie. El Ibón de Asnos, a 2.000 metros de altura; la ermita de Santa Elena; la zona de Petrosos (Panticosa) y la explanada de la yurta en Formigal, han acogido los conciertos de Jerez Texas, Zazurca Producciones, Vegetal Jam y Rumbo Tumba. El resultado, un éxito rotundo de público y crítica.

Un camino parecido recorre desde hace ya varias ediciones el circo. La programación, que en los últimos tres años se realiza en colaboración con el proyecto transfronterizo De Mar a Mar, no solo se ha hecho un hueco fijo sino que en esta edición de Pirineos Sur ha despegado de forma definitiva. Cerca de 1.000 personas se han dado cita en cada una de las cuatro actuaciones protagonizadas por las compañías Lazuz, Mumusic Circus, La Raspa y Alodeya.

Por su parte, el corazón del festival en Sallent de Gállego ha vuelto a representarlo el espacio que conforman los Mercados del Mundo, la carpa de Acción contra el Hambre y esa suerte de plaza popular que se ha estrenado de forma casi espontánea en esta edición de Pirineos Sur, formada por La Barraca, La Tartana y La Cantina de Teatro sobre Ruedas. Un espacio que ha sido capaz de generar un público fiel a las siete payasas que han hilvanado una programación en ocasiones reivindicativa, en ocasiones didáctica; teatral o musical… pero siempre desternillante.

Un publico mayoritariamente familiar que ha respondido igualmente con gusto a la propuesta de movilización y reflexión contra el hambre que cada año concentra la carpa de Acción contra el Hambre. Allí se han sucedido diversos talleres y actividades que han colgado el cartel de completo en cada sesión.

Una carpa que ha compartido espacio en esta edición con la exposición Son Cuaderno, que recoge una retrospectiva de los dibujos realizados por los dibujantes de la Asociación De Vuelta con el Cuaderno en las tres últimas ediciones del Festival y que supone un resumen gráfico de las emociones que transmite Pirineos Sur. La muestra, además, podrá verse en la sede del Museo de Dibujo Julio Gavín en Castillo de Larrés hasta el próximo 31 de diciembre.

Por este amplio zoco que representan los Mercados del Mundo, en el que se concentran más de 40 puestos diferentes, han circulado cada día miles de personas en busca de sabores propios de la gastronomía de diferentes latitudes; pero también de artesanía, ropa, bisutería y, en definitiva, recuerdos materiales con los que rememorar el espíritu de Pirineos Sur.

Crónica de la mañana de hoy domingo, 28 de julio

Rumbo Tumba cierra el ciclo Experiencias en la Naturaleza ante más de 300 personas.

Alguien podría pensar que el argentino Rumba Tumba había preparado su espectáculo y su último disco especialmente para esta ocasión. Y es que «Madera Sur», el trabajo que Facundo Salgado ha mostrado en el llano de la yurta (Formigal), rodeado de montañas, comparte apellido con el propio festival y una vocación de conexión con la naturaleza que hoy se ha hecho especialmente patente. El propio artista reconocía que no se le ocurría un lugar mejor donde hacer sonar su looper. «No puedo creer este escenario y que hayan subido a casi 2000 metros de altura para escuchar mi espectáculo. Muchísimas gracias», decía en su primer contacto con el público.

Todos los sonidos que hoy han retumbado en la última sesión del nuevo ciclo Experiencias en la naturaleza provienen de instrumentos de madera realizados por luthiers y artesanos de América del Sur, lo que permite combinar sonidos y texturas tradicionales con la modernidad que aporta la electrónica. Y es que Rumbo Tumba actúa solo acompañado por su looper, con el que va generando diferentes bucles y capas de sondo que van superponiéndose con un mismo objetivo: la conexión con la naturaleza, a la que se dedica este trabajo.

Una maravilla de sonido que se ha visto reforzada por la magia del entorno en el que se ha celebrado, ante la rendida ovación de las cerca de 500 personas que se han acercado a escucharlo.

Nota de prensa completa

NdeP – Departamento de Comunicación
XXVIII Festival Internacional de las Culturas Pirineos Sur

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