Presentación del CD ‘Pablo Sorozábal: Los 5 ballets’, interpretado por la Orquesta de Córdoba

Bajo la dirección del José Luis Temes

El director de orquesta José Luis Temes acudió a la sala Manuel de Falla de la SGAE en Madrid para presentar un nuevo CD: Pablo Sorozábal: Los 5 ballets, interpretado por la Orquesta de Córdoba y publicado por el sello Cezanne. La presentación ha sido el martes 6 de marzo a las 19hs.

José Luis Temes (1956, Madrid) es uno de los directores de orquesta español con mayor proyección debido, especialmente, a su intensa labor en la recuperación de obras olvidadas del patrimonio musical español. Ha trabajado con orquestas españolas y europeas como la Filarmónica de Londres, Radio de Belgrado, RAI de Roma o Gulbenkian de Lisboa. Ha dirigido también numerosos ciclos y festivales en toda España y en ciudades como Nueva York, Londres, París, Roma, Milán, Viena, Zagreb, Budapest, Belgrado o Lisboa. En junio de 2009, recibió el Premio Nacional de Música, por “su inmensa labor como director de orquesta”.

Presentación del CD Pablo Sorozábal: Los 5 ballets, interpretado por la Orquesta de Córdoba | Toda la Música

Han intervenido en la presentación

Estefanía Montes, gerente de la orquesta de Córdoba
Pablo Sorozábal Gómez, nieto del compositor
María Luz González Peña, directora del CEDOA
José Luis Temes, director de orquesta

Presentación del CD Pablo Sorozábal: Los 5 ballets, interpretado por la Orquesta de Córdoba | Toda la Música
El maestro José Luis Temes

Contenido del CD

Duración total: 65:20 m

Paso a cuatro (1955) [12:20]

1 Introducción [0:52] 2 I (Sobre Mateo Albéniz) [1:30] 3 II (Sobre Narciso Casanovas) [1:58] 4 III (Sobre Felipe Rodríguez) [2:13] 5 IV (Sobre José Gallés) [2:06] 6 V Fandango [3:36]

7 Capricho español (1920) [8:25]

Comedieta (1959) [27:00]

8 Cuadro primero [14:04] 9 Intermedio [2:31] 10 Cuadro segundo [10:18]

12 Paso a dos (1984) [8:24 ]

11 Vino, solera y salero (1979) [9:23]

Ficha técnica

Orquesta de Córdoba
Director: José Luis Temes

Primera grabación mundial / First World Recording (excepto Paso a cuatro)
Grabado en / Recorded at: Gran Teatro de Córdoba, 2010, por Cezanne Producciones.
Ingeniero de sonido / Sound Enginer: Javier Monteverde.
Auxiliar / Assistant: Niko Domínguez.

Producción y textos / Producción y textos: José Luis Temes.
Traducción al inglés / English translation: Gordon Burt.

Partituras / Scores: Ediciones Musicales Autor / ICCMU. Madrid, 2012. Edición crítica / Critical edition: Pablo Sorozábal Gómez.

Diseño gráfico / Grafic Design: Clara Deguines-Guillem.
Duración total / Total timing: 65:20 m
Edita: Cezanne Producciones (Las Rozas, Madrid)

Presentación del CD Pablo Sorozábal: Los 5 ballets, interpretado por la Orquesta de Córdoba | Toda la Música
José Luis Temes, director de orquesta, Estefanía Montes, gerente de la orquesta de Córdoba, María Luz González Peña, directora del CEDOA y Pablo Sorozábal Gómez, nieto del compositor

Agradecimiento

Nuestro sincero agradecimiento a Pablo Sorozábal, nieto del compositor y también músico, por las facilidades y asesoramiento que nos ha brindado para la elaboración de este disco.

Sobre Pablo Sorozábal

Presentación del CD Pablo Sorozábal: Los 5 ballets, interpretado por la Orquesta de Córdoba | Toda la Música
Pablo Sorozábal junto a la Playa de La Concha, en su ciudad natal, San Sebastián hacia 1974

Nació en San Sebastián (Guipúzcoa), en el seno de una familia muy humilde, el 18 de septiembre de 1897. Estudió violín desde su infancia, y con este instrumento se ganaría el sustento durante casi cuarenta años.

La entonces muy activa vida musical en torno al Casino de San Sebastián le pondría en contacto como violinista con el gran repertorio internacional y con algunos de los mejores maestros del momento. Con 22 años se traslada a Madrid, donde ingresa como violinista en la Orquesta Filarmónica del maestro Pérez Casas (de la que llegaría a ser director titular después de la guerra). Pero pronto cambia su rumbo y decide probar fortuna en Alemania. En 1920 marcha a Leipzig, ciudad en la que residirá intermitentemente, sin perder nunca contacto con España, durante algo más de diez años. Allí compondrá algunas de sus primeras obras sinfónicas e iniciará su carrera como director de orquesta.

Sorozábal abordó en Leipzig la composición de su primera obra escénica, que tomó el nombre de Katiuska. Pese al éxito moderado de su estreno (Barcelona, 1931), la suerte de su autor estaba echada, pues Katiuska se convertiría pronto en un título imprescindible en la historia de la Zarzuela, que le encauzaría como uno de los más brillantes compositores de la última etapa del género.

A Katiuska le siguió La isla de las perlas (1933) y Adiós a la bohemia (1934), ésta con texto de Pío Baroja. Fueron éstos los años en los que había conocido a la cantante, actriz y bailarina Enriqueta Serrano, con la que se casaría en Barcelona en 1933. Enriqueta sería en lo sucesivo intérprete habitual y solicitadísima de las obras de su marido. En 1934 Sorozábal obtendrá su segundo gran éxito: La del manojo de rosas, uno de los pocos títulos de su catálogo en que se acercaría al sainete madrileño. Ambientada en el mundo marinero de su País Vasco natal será su tercer éxito imperecedero: La tabernera del puerto (1936), estrenada sólo unas semanas antes del inicio de la guerra.

Sorozábal había sido nombrado director de la Banda Municipal de Madrid y con esta agrupación realizó en los meses de guerra varias giras de conciertos por España para recaudar fondos para los hospitales del Madrid sitiado. Ésta y otras significaciones a favor del bando republicano le hicieron atravesar momentos nada fáciles en la posguerra. De hecho, mantuvo hasta su muerte un sentimiento de marginado de la vida musical española, que se hacía patente en la amargura de todas sus comparecencias públicas y en sus escritos.

Aunque ya no volvería a obtener éxitos populares clamorosos como los tres antedichos, Sorozábal no dejó de componer y de estrenar algunos nuevos títulos de zarzuela en los años 40 y 50, casi todos ellos de inhabitual calidad dentro del género: Black, el payaso (1942), Don Manolito (1943), La eterna canción (1945) o Las de Caín (1958), ésta última en colaboración con su hijo (de nombre también Pablo Sorozábal, e igualmente compositor). Todo ello, paralelamente a un valioso catálogo sinfónico que es muy poco conocido. En 1964 concluía su única incursión en la ópera dramática de gran formato: Juan José, que no logró ver estrenada en vida y cuyos muchos sinsabores añadieron aún más desencanto a sus últimos años. Falleció en Madrid a los 91 años, el 26 de diciembre de 1988.

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El maestro José Luis Temes

Las obras contenidas en el CD

Hemos reunido en este disco las cinco partituras que compuso Pablo Sorozábal con destino a ser danzadas, aunque las cinco admiten, evidentemente, la interpretación en concierto, como tales obras sinfónicas que son. De estos cinco ballets, es sin duda Paso a cuatro el que ha obtenido mayor difusión y celebridad. Pues fue compuesto a requerimiento del célebre bailarín y coreógrafo Antonio Ruiz Soler -conocido universalmente como «Antonio»- con vistas a la participación de su «Ballet Español de Antonio» en el Festival Internacional de Música y Danza de Granada, en su edición de 1956. Y en efecto, en los Jardines del Generalife, en La Alhambra, se presentó este Paso a cuatro en la noche del 30 de junio de dicho año. Sorozábal dirigió musicalmente el estreno, al frente de la Orquesta Nacional de España.

Paso a cuatro, que es un homenaje a la danza bolera española, reelabora y orquesta libremente músicas para teclado de cuatro compositores españoles del siglo XVIII: Mateo Albéniz, Narciso Casanovas, Felipe Rodríguez y José Gallés. A ello se suma un hermosísimo fandango final, original del propio Sorozábal (que también encontramos en su zarzuela Los burladores), cuyo tema sirve también a la breve introducción de la obra. El estreno alcanzó un éxito enorme, que se repitió en las numerosas ocasiones que en España y América se repuso esta producción, pues debe recordarse que el Ballet Español de Antonio obtenía éxitos clamorosos en sus giras internacionales. Entre los escenarios más ilustres en los que se ha bailado esta partitura figura el Teatro alla Scala, de Milán, donde la orquesta fue dirigida por Benito Lauret (ver cartel anunciador junto a estas líneas). El cuarteto de primeras bailarinas lo integraban Aurora Pons, Luisa Aranda, Rosita Segovia y Ángela del Moral.

Tiempo después, en 1972, una de estas bailarinas, Luisa Aranda, formaría junto al bailarín José Antonio [Ruiz] (luego director del Ballet Nacional de España) la compañía de danza «Siluetas», muy centrada en la escuela bolera española. José Antonio realizaría para esa compañía una nueva coreografía de Paso a cuatro. También el «Ballet Español de María Rosa» volvió su mirada sobre este ballet, pero recuperando ahora la coreografía original de Antonio.

Capricho español no es sólo el primer ballet que compuso Pablo Sorozábal, sino la primera obra, cronológicamente hablando, que el maestro reconoce en su catálogo; pues data de 1919, cuando apenas contaba 22 años. Sabemos también que cuando Sorozábal se trasladó poco después a Leipzig fue ésta la obra que mostró al profesor Hans Sitt, eminente director y violinista, para ser admitido como alumno en la Gewandhaus. Sorozábal recibió algunas lecciones de dirección y pronto fue designado ―por el procedimiento más rocambolesco imaginable, que narra con singular humor en sus Memorias― para ponerse al frente de la Orquesta Grotrian-Steinweg. De hecho, al parecer fue este Capricho español la primera obra que don Pablo ensayó en su vida al frente de una orquesta. El estreno tuvo lugar el 19 de abril de 1922 al frente de dicha agrupación, en el Teatro Central de Leipzig.

La obra –de carácter bailable por su alegre ritmo de bolero- quedó en un cajón hasta que, diez años después, Sorozábal volvió sobre ella y la incluyó como tal ballet en La guitarra de Fígaro, zarzuela cómica estrenada en el Teatro Arriaga, de Bilbao, en 1931. Unos párrafos más adelante volveremos sobre la historia de esta composición.

Siempre sintió Pablo Sorozábal una especial admiración por la música de Isaac Albéniz. Cuando aquél supo que el autor de Iberia había compuesto una zarzuela, titulada San Antonio de la Florida, de la que sólo se conservaba entonces el guión de canto y piano [casi medio siglo después, el musicólogo Emilio Casares halló la orquestación completa en el Teatro Tacón, de La Habana], solicitó Sorozábal permiso a los herederos de Albéniz para orquestarla y volverla a poner en escena con su propia compañía. De tal manera, San Antonio de la Florida se presentaba en 1953, con esta nueva versión, en el madrileño Teatro Fuencarral.

Estos datos suponen el antecedente del ballet Comedieta. Pues cuando en noviembre de 1958 falleció Enriqueta Serrano, esposa del compositor, éste se refugió en la composición de una nueva obra, para lo que eligió un ballet que resumiera sin textos cantados el ingenuo argumento de San Antonio de la Florida. Es verosímil pensar que, en aquellas adversas circunstancias anímicas, el autor buscara un trabajo que pusiera a prueba su oficio pero sin obligarle a buscar «chispa creativa». La partitura ―concluida en 1959 y articulada en dos cuadros y un intermedio― tomará el título de Comedieta y estará dedicada «A mi inolvidable Enriqueta, en el aniversario de su muerte».

Sorozábal es muy prolijo en indicaciones coreográficas para la puesta en escena de esta Comedieta, pues los fragmentos y sus transiciones están cronometrados como si de una banda sonora cinematográfica se tratara. Comedieta quedó sin estrenar durante más de medio siglo. Yo mismo dirigí su estreno en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo, al frente de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Superior de dicha ciudad. Fue el 20 de febrero de 2010, veintidós años después de la muerte de su autor.

Hablemos de Paso a dos. Si acabamos de referirnos al origen de Comedieta en la reinstrumentación que Sorozábal realizó de San Antonio de la Florida, de Albéniz, algo similar debemos referir ahora. Pues tras la experiencia con dicha zarzuela, los herederos de Albéniz hicieron también llegar a Sorozábal la partitura de canto y piano de Pepita Jiménez, ópera de madurez del maestro catalán. Sorozábal trabajó árduamente en la reelaboración de esta ópera, que en la nueva versión se presentó en el madrileño Teatro de la Zarzuela en 1965.

Pues bien, doce años después, y en vista del antes referido éxito que la compañía «Ballet Siluetas» había obtenido con Paso a cuatro, sus dos primeros bailarines y coreógrafos –Luisa Aranda y José Antonio Ruiz, como quedó dicho- solicitaron al maestro donostiarra una nueva música para un «paso a dos» de lucimiento dramático y coreográfico. Quizá por su ya avanzada edad, Sorozábal les ofreció no una partitura «ex novo» sino una recreación de algunos motivos de la Pepita Jiménez de Albéniz. Y así surgió este nuevo y breve ballet, con el que la pareja dedicataria obtuvo grandes éxitos desde la misma noche de su estreno en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, en septiembre de 1978.

Es curioso que en las referencias a esta obra –incluídas las del propio compositor- unas veces aparece Paso a dos como título principal y Pepita Jiménez como subtítulo; y otras, a la inversa. Nosotros optamos claramente por aquella fórmula, para evitar confusiones con el original albeniciano.

Hemos de volver ahora sobre el antes referido Capricho español. Pues casi sesenta años después de su estreno, volvió el autor sobre esta partitura de juventud. Téngase presente que desde la composición de la ópera Juan José en 1964, prácticamente no compuso Sorozábal ninguna partitura nueva, aunque sí rehiciera o reelaborara alguna obra anterior. Su desencanto y retraimiento de la vida musical española no fueron ajenos a esta actitud. Y dentro de esa ilusión de revisar algunas obras de juventud se enmarca esta reelaboración de Capricho español para dar lugar a un ballet de argumento nuevo, que en este caso supondrá el particular homenaje de Sorozábal a «el vino», un elemento tan arraigado en nuestra cultura antigua y moderna.

Los nietos del compositor recuerdan a su abuelo, a finales de los años 70, con una ilusión de niño ideando un ballet en el que los tres bailarines protagonistas fueran «el vino», «la solera» y «el salero», con un sencillo argumento en el que las misteriosas invocaciones de estos tres personajes (los tres solos instrumentales que contiene la obra: violoncello, clarinete y fagot) van haciendo salir a escena a los duendecillos que habitan tras las grandes cubas de la bodega, para que todos juntos bailen el brillante bolero final. Por cierto, que es muy aleccionador comparar esta reelaboración con el Capricho español que le sirve de germen casi sesenta años atrás, y un buen baremo para medir la madurez sonora y de orquestador que con los años fue adquiriendo su autor. Vino, solera y salero, música para ballet firmada en 1979, fue estrenada por la Orquesta de Córdoba, dirigida por mí, el 21 de noviembre de 2013.

Por último, informamos de otros dos títulos coreográficos que fueron presentados en el pasado con la firma de nuestro autor: Uno de ellos fue Academia de danza, con el que en mayo de 1955 se presentó en el madrileño Teatro de la Comedia una coreografía a cargo del centro de enseñanza de danza que dirigía la prestigiosa maestra Karen Taft. La música iba firmada por Pablo Sorozábal padre e hijo; pero no se trataba en absoluto de música original, sino de una especie de suite para la ocasión, a partir de fragmentos populares de obras escénicas preexistentes. Además, la música se interpretó en reducción para piano.

El otro es Sueños madrileños, presentado en 1978, en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, en coreografía del Ballet Siluetas. En realidad era una selección de seis pasodobles de Sorozábal, de diversas procedencias, dispuestos en forma de argumento coreográfico.

José Luis Temes

Sobre José Luis Temes

Cumple por estos días 40 años como director, en los que el patrimonio musical español contemporáneo y la recuperación del pretérito más desconocido han centrado la mayor parte de sus esfuerzos. Estudió principalmente con los profesores Julián Labarra, Federico Sopeña, Enrique Llácer, José María Martín Porrás y Ana Guijarro. Tras titularse por el Conservatorio de Madrid, dirigió entre 1976 y 1980 el Grupo de Percusión de Madrid: y el Grupo Círculo entre 1983 y 2000.

En la década de 1980 dio el salto a la dirección orquestal. Desde entonces ha trabajado con la práctica totalidad de las orquestas españolas, y también con otras europeas (Filarmónica de Londres, Radio de Belgrado, RAI de Roma, Gulbenkian de Lisboa…). Ha dirigido en infinidad de ciclos y festivales de toda Europa: desde el Teatro Real de Madrid a la Scala de Milán, y en ciudades como Nueva York, Londres, París, Roma, Viena, Zagreb, Budapest, Belgrado, Lisboa, etc. Ha dirigido el estreno de 348 obras y grabado 107 discos. Recibió el «Premio Codalario» en 2015.

En cuanto divulgador, Temes ha ofrecido más de cuatrocientas conferencias. Ha publicado 16 libros, entre ellos un extenso Tratado de Solfeo Contemporáneo y El siglo de la Zarzuela (Siruela, 2014). En el terreno de la narrativa, a Tres cuentos para Ita (2010), le siguió Al pisar tu jardín en 2012. Y acaba de terminar Amores a mares. En 2015 publicó un libro desenfadado con recuerdos de cuarenta años como director: Quisiera ser tan alto… (Ed. Línea)

En 2009, los entonces Príncipes de Asturias le hicieron entrega del Premio Nacional de Música, en atención «a su inmensa labor como director de orquesta».

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