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El 1 de enero de 2020 el letón Andris Nelsons toma la batuta para dirigir el célebre Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena, que cumple su 79 edición en su tradicional ubicación: la Sala Grande o Sala Dorada (Große Saal o Goldener Saal) de la Sociedad Musical, el Musikverein, de la capital austríaca.
Andris Nelsons nació en Riga, Letonia, en 1978, dentro de una familia con tradición musical. Comenzó como trompetista en la Orquesta de la Ópera Nacional de Letonia. Después comenzó sus estudios como director de orquesta.
Ha sido director musical de la Ópera Nacional de Letonia, entre 2003 y 2007, y de la Filarmónica del Noroeste de Alemania en Herford, entre 2006 y 2009. En 2008 pasó a ser director titular de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham, cargo que ocupa hasta el final de la temporada 2014-2015.3 Desde septiembre de 2014 es el Director Musical de la Orquesta Sinfónica de Boston, por un periodo inicial de cinco años.4 Desde el inicio de la temporada 2017/18 asumió también la dirección de la Gewandhausorchester de Leipzig.
Es invitado regular en el Royal Opera House Covent Garden (Londres), el Metropolitan Opera House de Nueva York y la Wiener Staatsoper, así como de la Orquesta Filarmónica de Berlín. Debutó en 2010 en el Festival de Bayreuth, con Lohengrin, dirigiendo las reposiciones anuales de la obra hasta 2014. Se anunció que dirigiría Parsifal en la nueva producción de Uwe Eric Laufenberg que se abriría el festival en 2016, pero menos de un mes antes del estreno anunció su renuncia, alegando que la atmósfera de trabajo en el festival no era favorable para desarrollar su trabajo.
En octubre de 2011 recibió el premio «Echo Klassik» de la Academia alemana en la categoría «Director del Año» por su grabación de 2010 de El pájaro de fuego y la Sinfonía de los Salmos de Stravinski. En mayo de 2012 recibió el premio «Diapasón de Oro» por su DVD con la Orquesta Real del Concertgebouw de Ámsterdam de un concierto en vivo del Festival de Lucerna de 2011, concedido por la revista musical francesa Diapason.
En 2016 firmó un contrato en exclusiva con Deutsche Drammophon, con quien realizará tres proyectos, que incluyen una serie de grabaciones de las sinfonías de Shostakovich, con la Sinfónica de Boston, de las sinfonías de Bruckner con la Gewandhaus de Leipzig y de las sinfonías de Beethoven con la Filarmónica de Viena.
Su forma de trabajar con los músicos es muy particular ya que en los ensayos emplea muchas metáforas, gestualiza e imita animales, o sus sonidos. Tiene una forma extrovertida de dirigir en que emplea todo su cuerpo (tronco, cintura, manos) para hacer toda clase de gestos. Su técnica gestual es única por su expresividad.
Considera a Mariss Jansons su principal profesor y su gran mentor, el que más ha influido en su visión de la música, y comenta sobre su visión de la dirección: «Personalmente, no aguanto a la gente arrogante. Creo que en cualquier profesión que ejerzas, hagas lo que hagas, lo más importante es seguir siendo un hombre, y Mariss es un ejemplo de esto…También me enseñó que la dirección de orquesta tiene mucho que ver con la psicología: el director no toca ningún instrumento, sino que son los músicos de la orquesta los que están tocando, así que si no les gustas, ya puedes hacer lo que quieras que te van a ignorar, da igual lo famoso que seas. Si no encuentras esa química y la comunicación fluye, estás perdido, no te van a seguir. Por otra parte, si consigues hacerle creer a la orquesta que aunque no esté de acuerdo contigo en todo, debería seguirte, puede producirse un milagro. Es algo místico, es magia.»1
En el Concierto de Año Nuevo 2020, las actuaciones del Ballet estarán a cargo del bailarín y coreógrafo español José Carlos Martínez, que ha sido director de la Compañía Nacional de Danza (2011-2019), Premio Nacional de Danza, Bailarín Estrella de la Ópera de París y ostenta el rango de Comandante de la Orden de las Artes y las Letras de Francia. José Carlos nació en 1969 en Cartagena, donde inició estudios de ballet para continuar en el Centre International de Danse de Cannes. En 1987 ingresó en el Ballet de la Ópera de París de Rudolf Nureyev y del cuerpo de baile pasó a ser solista, luego primer bailarín y en 1997 fue nombrado «bailarín estrella», la máxima categoría. A lo largo de su carrera ha trabajado con la mayoría de los grandes coreógrafos del siglo XX, en un amplio repertorio que abarca tanto los célebres ballets clásicos como obras neoclásicas y modernas. Es el primer español en coreografiar el ballet del Concierto de Año Nuevo para los bailarines del Ballet de la Opera de Viena.
La compañía del Ballet Estatal de Viena (Wiener Staatsballett) es considerada una de las más importantes del mundo. Desde 2010 es el nombre de los conjuntos de danza de la Ópera Estatal de Viena (Wiener Staatsoper) y de la Ópera Popular de Viena (Volksoper Wien). Su director es el gran bailarín francés Manuel Legris.
Ballet en el Concierto de Año Nuevo
El Concierto de este año incluye dos actuaciones de ballet. La primera es el vals «¡Abrazaos, millones!», que Johann Strauss hijo compuso con el título de un verso de la Oda a la Alegría de Schiller.
La segunda actuación son seis de las Doce Contradanzas de Beethoven, como parte del homenaje dedicado a Beethoven para empezar el año de su 250 aniversario. No es una pieza normal de ballet sino «pequeños bocados», lo que ha supuesto un esfuerzo creativo de coreografía, puesta en escena e interpretación de los bailarines, que deben danzar sobre adoquines, con un vestuario de los años 1950 confeccionado en Londres. Bailarán Ketevan Papava y Roman Lazik por un lado y Olga Esina y Jacob Feyferlik por otro. Por segunda vez, la diseñadora de vestuario Emma Ryott ha creado los figurines para los bailarines del Concierto de Año Nuevo.
El programa del intervalo se emite entre las dos partes del Concierto y cada año es un vídeo diferente con excelentes imágenes y música alusiva a la Filarmónica y a Viena. Esta vez se dedica al compositor Ludwig van Beethoven, quien fue uno de sus más célebres vecinos durante casi toda su vida. Nacido en Bonn en 1770 -se va a celebrar su 250 aniversario- fue a Viena por primera vez en 1787 para estudiar con Mozart, y regresó en 1792 para permanecer allí hasta su muerte en 1827.
El intervalo, con diseño y producción de Georg Riha, recreará la habitación de Beethoven en Pasqualatihaus, y desde allí las hojas de partituras vuelan hasta otros muchos sitios de Viena y de la Baja Austria, relativos a la biografía del músico. Selectas ensembles de cuerda y de viento de la Filarmónica interpretan en distintas casas donde vivió y compuso Beethoven, entre Baden, Gneixendorf y Viena. Las hojas de papel acabarán misteriosamente formando una nueva partitura junto a la obra de Beethoven en la Biblioteca Nacional de Austria.
La música es en su mayor parte de la familia Strauss (Johann Strauss (padre), Johann Strauss (hijo), Josef Strauss y Eduard Strauss) y sus contemporáneos. Las flores que decoran la sala de conciertos del «Musikverein» son un regalo anual de la ciudad de San Remo, Liguria, Italia.
El concierto siempre termina con varias bises después del programa principal (propinas que no están incluidas en el programa). Los músicos entonces desean colectivamente un feliz Año Nuevo, y terminan con el vals de El Danubio Azul de Johann Strauss (hijo) seguido de la Marcha Radetzky. Durante esta última obra, la audiencia aplaude al compás y el director se vuelve para dirigirla, durante breves instantes, en lugar de la orquesta.
Además del nacimiento de Beethoven, el Concierto de Año Nuevo también rendirá homenaje con imágenes insertadas a otros dos aniversarios del año 2020: el Festival de Salzburgo, del que la Filarmónica es parte, cumplirá 100 veranos de ópera y teatro en esta ciudad Patrimonio de la Humanidad; el edificio neoclásico Musikverein, sede de la Filarmónica de Viena y del Concierto de Año Nuevo, va a cumplir 150 años el 6 de enero.