Es uno de los directores del momento, y ahora regresa A Coruña para inaugurar la programación lírica con «Un ballo in maschera», la obra maestra de Verdi en el Teatro Colón. Las entradas para el día 1 ya están agotadas.
Ramón Tebar (Valencia, 1978) ha ido quemando etapas muy rápido. Ha sido el primer español que dirige un teatro en Estados Unidos, imagen de la Marca España en el mundo, principal director del Palau Les Arts, nuevo titular de la Orquesta de Valencia… Y mientras aguarda su próximo debut en la Ópera de Viena, ahora dirigirá dos funciones de Un ballo in maschera de Verdi en la inauguración de la Programación Lírica coruñesa. «Desde fuera parece que todo va rápido, pero son más de 20 años más de la mitad de mi vida desde la primera vez que hice música profesionalmente. Los objetivos siguen siendo los mismos: seguir aprendiendo, profundizando, buscar nuevas lecturas a partituras ya estudiadas. Cada reto conseguido no es un punto de llegada sino una nueva partida», afirma.
A Coruña ha sido una suerte de talismán para usted en España. Después de este debut le han llegado invitaciones para dirigir en el Palau de les Arts, Liceo, Oviedo, Teatro de La Zarzuela, y ahora además será titular de la Orquesta de Valencia. ¿Se siente profeta en su país?.
Efectivamente, y esta es la cuarta temporada que regreso. Le debo mucho a Coruña. Y estoy muy feliz de que ahora haya muchos otros proyectos en el resto de España.
Ahora parece haber más directores de orquesta españoles que nunca. ¿Hay espacio para tantos? ¿No se han precipitado a la hora de llenar los conservatorios sin que exista una oferta musical a la altura, como ha pasado también con muchos auditorios?
Tanto talento en España es una fortuna. Debería haber espacio para todos, y si no, hay que crearlo. Si los conservatorios están llenos es fantástico, invertir en cultura tiene que ser una prioridad. Debemos ocuparnos de la educación musical, también en las escuelas, porque nos proporcionará una juventud más preparada, con conocimientos y sensibilidad artística y musical que les acompañará y ayudará en otros aspectos de la vida.
Regresa con uno de los títulos mayores de Verdi, el Ballo in maschera, que han dirigido todas las grandes batutas, de Toscanini a Karajan. ¿Qué espera de este reencuentro con la Sinfónica de Galicia, del reparto y de esta obra maestra?
Es la tercera vez que dirijo a la orquesta y esta vez con un título en el que Verdi conjuga genialmente momentos más ligeros, a veces incluso cómicos, con el drama. De la OSG, o de cualquier músico o cantante, siempre espero lo mismo: no dejar un solo compás, una sola nota a la rutina, a la casualidad, a la falta de implicación expresiva, buscar el significado detrás de cada nota, de cada frase musical… Somos músicos, artistas, y en un mundo en crisis hacer arte y comunicar con sonidos es un privilegio. Sobre el reparto digo lo mismo, la maravilla de trabajar con artistas como ellos es que demuestran que si han llegado a hacer grandes cosas por su gran talento, combinado con seriedad y pasión.
Usted fue uno de los afectados por la cancelación de la temporada lírica coruñesa, en 2016. ¿Cómo vivió esa suspensión?
Con mucha tristeza y con la esperanza de que en un futuro cercano las instituciones aúnen esfuerzos: sumar beneficiará a todos.
C. Maneiro
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