Una de las óperas más complejas del célebre compositor italiano
Riccardo Frizza vuelve en octubre, y en el Teatro La Fenice de Venecia, al repertorio rossiniano después de haber dirigido a los otros dos grandes compositores del período belcantista: en el Teatro alla Scala de Milán despidió el curso pasado al mando de la ópera Il pirata en una nueva producción que recuperaba para ese escenario la obra de Bellini después de más de cuatro décadas de ausencia.
En la Ópera de San Francisco (Estados Unidos) ha levantado en septiembre el telón de la temporada conquistando unánimemente a la crítica norteamericana con Roberto Devereux (funciones hasta el 27 de septiembre), una de las obras maestras de Donizetti, contando con dos estrellas americanas como la soprano Sondra Radvanovsky y la mezzo Jamie Barton.
Ahora es el turno de Rossini, sumergiéndose en una de las obras más exigentes del repertorio serio del músico italiano: Semiramide. La cita es en el Teatro La Fenice de Venecia los días 19, 25 y 27 de octubre con un reparto encabezado por grandes estrellas especialistas en el estilo: Jessica Pratt (Semiramide), Teresa Iervolino (Arsace), Alex Esposito (Assur) y Edgardo Rocha (Idreno) en un montaje que firma Cecilia Ligorio.
Más tarde le esperan el concierto inaugural del Festival Donizetti de Bérgamo (Italia, ciudad natal de Donizetti, el 22 de noviembre) del que es director artístico y en el que participaran la soprano Jessica Pratt, la mezzo Daniela Barcellona y los tenores Levy Sekgapane y Xabier Anduaga y dirigirá la hoy olvidada ópera del compositor bergamasco Il castello di Kenilworth, todo un acontecimiento lírico internacional, una obra en la que Donizetti también brinda el protagonismo a la reina Isabel I de Inglaterra (24 y 30 de noviembre y 2 de diciembre).
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