Sonya Yoncheva cautiva Peralada con un recital lírico romántico

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Ver: Triplete de soprano en el Festival Castell de Peralada con Yoncheva, Davidsen y Jaho

La cantante búlgara Sonya Yoncheva ha brindado esta tarde en el Festival Castell de Peralada un recital lírico de gran fuerza de la mano del pianista Malcolm Martineau. El concierto, que ha tenido lugar en la iglesia del Carme, ha contado con un repertorio variado con piezas de Henri Duparc, Pauline Viardot, Ernest Chausson y canciones de Gaetano Donizetti, Giacomo Puccini, Paolo Tosti, Giuseppe Verdi, Léo Delibes y Giuseppe Martucci.

Con este recital comienza la última semana de la 36ª edición del Festival Castell de Peralada, que acogerá dos conciertos líricos más, protagonizados por otras dos figuras femeninas de la ópera, como Lise Davidsen y Ermonela Jaho.

Sonya Yoncheva en Peralada – © Toti Ferrer

Esta tarde la soprano ha mostrado un repertorio de canciones líricas francesas e italianas, la mayoría de las cuales han tratado sobre el amor no correspondido, condenado o perdido.

Considerada como una de las intérpretes más aclamadas e interesantes de su generación, ha demostrado ostentar un repertorio muy variado que va desde la música antigua hasta grandes piezas operísticas. La primera parte del concierto ha estado dedicada a canciones líricas del repertorio romántico francés y la segunda parte al repertorio italiano.

La soprano ha ofrecido un recital de gran nivel vocal que ha comenzado con partituras de Henri Duparc, el autor parisino responsable de algunas de las canciones más bonitas jamás compuestas en la lengua de Proust.

El programa ha abierto con L’invitacion au voyage, inspirada con el texto de Charles Boudelaire de Les fleurs du mal, y ha continuado con Au pays où se hait la guerre, La vie antérieure y Chanson triste.

¡Haie luli! ha sido la canción que ha continuado, obra de Pauline Viardot. La cantante y compositora perteneció a la dinastía de los García, fue hija del tenor sevillano Manuel García y hermana de la célebre cantante Maria Malibran. La canción escogida para esta noche ha sido una muestra del talento melódico de la artista.

Ernest Chausson también ha protagonizado parte del recital con tres piezas que representan al romanticismo en el marco de la melodía francesa.

El público de la iglesia del Carme ha apreciado unas canciones evocadoras, especialmente la tercera y última, Sérénade italienne, que ha trasladado a los espectadores al encanto de una noche a bordo de un barco, a la luz de la luna, en medio de las olas.

Del italiano Donizetti se ha escuchado una canción en francés titulada Depuis qu’une autre a su te plaire, una pieza que habla de la nostalgia, la pérdida, el desamor y el desengaño.

En contraste con esta última pieza, la soprano ha interpretado a Les filles de Cadix, de Leo Delibes, una pieza virtuosa y brillante, con aires del sur y formas de bolero español que ha cerrado la primera parte del espectáculo.

Tras el descanso Yoncheva ha interpretado unas piezas seleccionadas de Puccini –Sole e amore, Terra e mare, Menti all’avviso y Canto d’anime–, una pieza de Martucci titulada Al folto bosco, placida ombria, y dos de Tosti –L’ultimo bacio i Ideale–, esta última una de las más reconocidas de la última parte del programa de esta tarde.

El espectáculo ha finalizado con tres piezas de Verdi con una estructura sorprendente que las convierte prácticamente en arias como las que aparecen a menudo en sus óperas.

Aclamada por los aplausos del público, la soprano ha ofrecido tres bises que han levantado a todo el público de la silla: Donde lieta usci, la aria de Mimí de La Bohème; L’amour est un oiseau rebelle, la aria de la ópera Carmen de Georges Bizet; y Adieu, notre petite table de la ópera de Manon de Massanet.

Lejos de la ligereza que traslada el género de las canciones a piano, Yoncheva ha interpretado estas piezas amplias y exigentes con solvencia, demostrando su talento ya reconocido a nivel mundial.