… y Madama Butterfly a los cines de toda España
El Teatro Real se une a la celebración de los Días Europeos de la Ópera, que tendrán lugar en todo el continente entre el 4 y el 13 de mayo y con los que se quiere dar a conocer el patrimonio y la riqueza cultural de la ópera, con dos acciones audiovisuales destinadas a todos los públicos, y para toda España, que tendrán lugar mañana, jueves 10 de mayo.
Por un lado, se emitirá, a través de la tecnología de Palco Digital a los colegios, la producción de Dido y Eneas, de Purcell, en la versión dirigida por Rafael R. Villalobos y concebida específicamente para jóvenes, en coordinación con las Consejerías de Educación de las comunidades autónomas con las que el Teatro Real ha firmado convenio de colaboración: Andalucía, Aragón, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid y Murcia.
Por otro, cines de toda España proyectarán en sus salas la aclamada y querida versión de Madama Butterfly, de Giacomo Puccini, dirigida por Mario Gas y protagonizada por la soprano Ermonela Jaho, que ha logrado conmover a miles de espectadores en todo el mundo.
Ambas iniciativas se llevan a cabo gracias al programa audiovisual del Teatro Real, que une nuevas tecnologías con proyectos de colaboración nacional e internacional, para lograr que sus espectáculos salgan del escenario madrileño y lleguen a un público cada vez más amplio y diverso.
Dido y Eneas
La propuesta de Rafael R. Villalobos, responsable de la dramaturgia y puesta en escena, traslada la acción de esta hermosa ópera de Purcell (1659-1695) a nuestros días, pleno siglo XXI, para analizar el difícil periodo de la adolescencia y buscar respuestas a los problemas y vivencias que tienen los jóvenes de hoy: el desarrollo de la personalidad, la amistad, el amor, los celos, el bullying… con diálogos y vocabulario juvenil cercanos al público para el que ha sido concebido.
La acción se desarrolla durante la fiesta de cumpleaños de Dido, que se celebra en un colorido y acogedor jardín. Los diseños de Maite Agorreta, responsable también de los figurines, y la iluminación de Miguel Ruz, configuran un marco lúdico y alegre en el que aflorarán las inseguridades y envidias del grupo, cuyas intrigas van tejiendo una dolorosa situación en la que todos rozan el límite de “lo malo” y “lo bueno” y nos ayudan a reflexionar sobre la búsqueda del equilibrio.