Para evitar el juicio
Ticketmaster ha acordado pagar una multa de 10 millones de dólares a principios de esta semana para evitar ir a juicio en virtud de la Ley de Abuso y Fraude Informático de los EEUU. La multa se refiere a la acusación de que el personal de Ticketmaster inició sesión ilegalmente en los servidores de la antigua empresa rival de venta de entradas Crowdsurge en 2013 y 2014.
Esa conducta salió a la luz por primera vez después de que Crowdsurge, que para entonces se había fusionado con Songkick, demandó en 2015 a Live Nation, siendo un rival mucho más grande, por comportamiento anticompetitivo. A medida que ese caso avanzaba, la demanda de Songkick se simplificó y extendió, incluyendo la adición de acusaciones específicas de mala conducta contra ciertos miembros del personal de Ticketmaster.
Esas acusaciones se centraron en Stephen Mead, un ex empleado de Crowdsurge que posteriormente se unió a Ticketmaster, y Zeeshan Zaidi, otro ejecutivo de la compañía Live Nation. Se alegó que Zaidi había alentado a Mead a utilizar su conocimiento de los sistemas de su antiguo empleado para piratear sus servidores a fin de obtener información confidencial sobre sus productos y, en particular, su trabajo en el desarrollo de servicios de venta anticipada y anti especulación.
Según el acuerdo del Departamento de Justicia con Ticketmaster, desde agosto de 2013 hasta diciembre de 2015, los empleados de Ticketmaster utilizaron contraseñas robadas «repetidamente» para obtener acceso no autorizado a información no pública de venta de entradas de la empresa rival.
Un ex empleado de la firma de venta de boletos CrowdSurge (que luego se fusionó con Songkick) que se había unido a Live Nation compartió direcciones web con empleados de Ticketmaster que brindaban acceso a las páginas web de venta de boletos que Songkick había construido, en un intento de «recuperar» a uno de los mejores clientes artistas de Songkick.
La demanda civil finalmente se resolvió en 2018 en un acuerdo por valor de 110 millones de dólares. En ese momento, la plataforma de recomendaciones de conciertos de Songkick ya se había vendido a Warner Music, cuyo propietario, Access Industries, era un inversor en el negocio de Songkick / Crowdsurge.
Sin embargo, aunque la demanda quedó resuelta, eso no impidió que los fiscales federales investigaran las acusaciones de piratería que se habían hecho contra Ticketmaster y sus empleados. Esta investigación es la que condujo al acuerdo de esta semana.
Según los términos del acuerdo, Ticketmaster pagará una multa penal de $10 millones y mantendrá un «programa de cumplimiento y ética diseñado para prevenir y detectar violaciones» de las leyes de piratería informática, así como para evitar la «adquisición no autorizada e ilegal de información confidencial perteneciente a la competencia».
Ticketmaster también debe informar a la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos anualmente durante los próximos tres años sobre el cumplimiento de la empresa con estas medidas.