Un elenco totalmente español lleva ‘La Bohème’ a un garaje de Bilbao

Proyecto ‘Ópera Garage’

Pretende acercar la ópera a nuevos públicos desde escenarios alternativos, arranca este jueves 4 y el viernes 5 de octubre con ‘La Bohème’ que se representará, en el Garaje San Mamés de Bilbao (entrada por Sabino Arana, 21) en versión para piano.

La ópera de Puccini, que tiene agotadas las entradas para las dos funciones, podrá verse también en una función privada en Barcelona y negocia más representaciones en la capital catalana y en Madrid. El recinto tiene un aforo de 280 espectadores que han pagado 60 euros en las primeras filas y 35 en las siguientes.

Un elenco totalmente español lleva La Bohème a un garaje de Bilbao | Toda la Música

Ficha técnica

Dirección musical: Borja Mariño
Dirección de escena: Ana Garay y Emiliano Suarez
Escenografía: Ana Garay y Carlos Alzueta
Figurines: Ana Garay y Carola Baleztena
Iluminación: Carlos Alzueta
Dirección Ejecutiva: Macarena Bergareche
Asistentes Ejecutivas: Alejandra Pinedo y Carola Baleztena
Productores Macarena: Bergareche (Think Chic) y Emiliano Suarez (Do The Right Thing)

Jueves 4 y viernes 5 a las 19:30hs
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Elenco

Mariola Cantarero: soprano (Mimì)
Pancho Corujo: tenor (Rodolfo)
Ruth Terán: soprano (Musetta)
Borja Quiza: barítono (Marcello)

Stefano Palatchi: bajo (Colline)
Javier Galán: barítono (Schaunard)
Gexan Etxabe Ugarte: barítono (Benoit/Alcindoro)
Dirige Borja Mariño que acompaña al piano.

El montaje surge de la iniciativa de dos promotores privados vizcaínos, Emiliano Suárez, heredero de la saga de joyeros Suárez, y Macarena Bergareche, socia fundadora y directora ejecutiva de la agencia Think Chic, que han contado con el respaldo de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO) y del amadrinamiento de Ainhoa Arteta que acudió a Bilbao para la presentación del proyecto. Suárez se encarga, con la escenógrafa y figurinista Ana Garay de la dirección de escena. Garay realiza la escenografía con Carlos Alzueta, autor también de la iluminación, y el vestuario con Carola Baleztena.

La acción se ambientará en las zonas industriales degradadas del Nueva York de hoy día, en lugar del París bohemio del finales del XIX.

‘La bohème’ (en español ‘La bohemia’) es una ópera en cuatro actos con libreto en italiano de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, quienes se basaron en los diferentes episodios de la novela por entregas ‘Escenas de la vida bohemia’ de Henry Murger publicada en el periódico ‘El Corsario’ a lo largo de cinco años (1845-1849). Se estrenó en el Teatro Regio de Turín el 1 de febrero de 1896, dirigida por un joven Arturo Toscanini que volvió a dirigirla 50 años después en una representación que se grabó en disco y en CD, convirtiéndose en la única grabación de una ópera de Puccini realizada por su director original.

La acción de la ópera se sitúa en París alrededor del año 1830. Un grupo de jóvenes artistas comparten una casa en el barrio de Montmartre. La historia principal se centra en el amor entre la modista Mimí y el poeta Rodolfo. A pesar de estar enamorados, Rodolfo quiere dejar a Mimí, que está gravemente enferma, para que se vaya con un protector que le pueda proporcionar una vida más confortable. Cuando Mimí se siente morir vuelve con Rodolfo, pero ya es tarde.

Argumento de La Bohème

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Acto I

En un garaje abandonado, un grupo de artistas busca un lugar donde poder crear, Marcello trata de reparar la vieja instalación de luz y Rodolfo observa las texturas de las vidrieras que atrapan su atención. Como hace frio tienen unos barriles en donde queman viejos papeles de periódico y algunos trapos. Entra Colline, congelado y molesto porque no ha conseguido vender ni una sola de sus octavillas de “pensamientos a un euro”.

Schaunard llega ebrio, porta unas cajas de vino. Nadie le presta atención a sus explicaciones porque se abalanzan con ansiedad sobre la bebida. Rápidamente Schaunard advierte de que no se puede beber sin llevar algo al estómago, y propone con vehemencia celebrar su buena suerte tomando unos pintxos en el Café Momus. Mientras se embriagan llega Benoît, el casero del garaje y propietario de un maravilloso coche clásico en desuso que allí guarda. Les dice que deben de pagarle por ocupar su espacio. Le engatusan ofreciéndole vino y aprovechando el efecto del alcohol, les narra sus aventu- ras amorosas que consiguió gracias a ese coche que ahora no puede arrancar, añadiendo que está casado, ante lo cual todos reaccionan con una indignación pacata, fingida, y le echan por la rampa del garaje de un puntapié. Los bohemios le roban los billetes del bolsillo y ocultan estar reparando el viejo coche para finalmente apañarselo. Deciden que lo mejor es utilizar ese dinero para irse de parranda al Momús.

Rodolfo se queda solo por un momento para terminar de buscar una fuente de inspiración que nunca llega, mientras calma su ansiedad con un ansiolítico y un trago de vino. Entra Mimí, una estilista de moda que casualmente busca una localización. Ha venido a pedir ayuda porque se ha quedado sin luz en la linterna. Sale, pero regresa en seguida porque ha perdido las llaves de la moto. En ese momento, ambas linternas se apagan y en la oscuridad deben buscar la llave. Rodolfo encuentra la llave y se la guarda en el bolsillo. Cuando sus manos tropiezan, ambos aprovechan la ocasión para contar la historia de sus vidas: él interpreta Che gelida manina / «Qué manita más fría» y ella, Sì, mi chiamano Mimi / «Sí, me llaman Mimí». Son interrumpidos por las voces de los amigos, impacientes, que han venido a buscar a Rodolfo, pero mientras él sugiere quedarse en casa con Mimí, ella decide acompañarlo (dúo: O soave fanciulla / «¡Oh, dulce muchacha»).

Descanso en el café Momus (35 minutos)

ACTO III

Mimí, deteriorada y exhausta intenta encontrar a Marcello que está reparando el viejo coche. Ella le cuenta lo difícil que se ha vuelto la vida con Rodolfo, que ha abandonado la casa la noche anterior. Marcello le cuenta que Rodolfo está durmiendo continuamente, está deprimido porque sigue sin inspirarse.

Rodolfo, bajo los efectos de los ansiolíticos, acaba de despertar y busca a Marcello desorientado. Mimí, rápidamente se oculta y oye a Rodolfo decirle primero a Marcello que ha abandonado a Mimí debido a que es demasiado superficial, pero luego confiesa que él tiene miedo de que ella esté consu- miéndose rápidamente por un cáncer de pulmón que ha entrado en una fase muy agresiva. Rodolfo, en su miedo y angustia, poco pudo hacer por ayudar a Mimí y decidió fingir no amarla más para que se fuera a vivir con cualquier otro que pudiera proporcionarle un modo de vida más confortable y pagar su tratamiento (¡Mimí e tanto malata! / «¡Mimí está tan enferma!»).

Marcello, preocupado por Mimí intenta hacerle callar, pero ella ya lo ha escuchado todo y se descu- bre a sí misma cuando tose violentamente mientras planta cara a la situación. Rodolfo y Mimí cantan a su amor perdido mientras se preguntan el uno por el estado del otro. Mimi a pesar de su enfermedad incurable sufre por ver al cobarde Rodolfo en depresión. Planean separarse amistosa- mente, pero su amor mutuo es demasiado fuerte. Deciden permanecer juntos hasta que llegue la primavera, cuando el mundo revive de nuevo y nadie se siente verdaderamente solo. Mientras tanto, Marcello se ha unido con Musetta, y en la distancia se escucha su feroz discusión: un contrapunto opuesto a la reconciliación de la otra pareja (cuarteto de Mimí, Rodolfo, Musetta, Marcello: Addio dolce svegliare alla mattina! / «Adiós, dulces despertares por la mañana!»)

ACTO IV

Marcello y Rodolfo parecen trabajar, el primero ha logrado crear una instalación de luz de la que está orgulloso, y el segundo parece que a través de las texturas del garaje ha encontrado un punto de partida. Pero como buenos bohemios continúan lamentándose por la pérdida de sus respectivas amadas (dúo: ¡O Mimì!, ¡Tu più non torni! / «¡Oh Mimí, no regresarás!»). Schaunard y Colline entran con más vino y montan una fiesta improvisada que consiste en fingir un gran festín que los cuatro parodian con locura contagiosa, cantando y bailando (Gavota!).

Musetta entra alarmada con malas noticias: Mimí, está en fase terminal y ha renunciado a los cuidados paliativos del hospital privado que la atendía. Muy debilitada por su enfermedad, ha decidido pasar el final con sus bohemios. Todos ayudan a la chica, demacrada y pálida, a recostarse. Preocupados, Musetta y Marcello salen de la habitación para comprar morfina y algunas medicinas más. Colline sale para ir a rezar a una ermita cercana al garaje. (Vecchia zimarra, senti / «Viejo abrigo, escucha»). Schaunard, instado por Colline, se marcha calladamente para dejar a Mimì y Rodolfo juntos. Solos, Rodolfo y Mimí, recuerdan sus tiempos felices (dúo de Mimí y Rodolfo: Sono andati? / «¿Se han ido?»). Recuerdan su primer encuentro —las linternas, la llave perdida de la moto— y, para placer de Mimí, Rodolfo le entrega un anillo de compromiso que ha robado a su madre y que les unirá para siempre.

Regresan todos, con morfina, marihuana y medicinas. Le dicen a Rodolfo que han llamado a la ambulancia en contra del deseo de Mimí. Se quedan rodeando a Mimí. Musetta reza una plegaria con el librillo de oraciones de Colline. Mimí, inadvertidamente se inyecta una sobredosis de morfina y queda inconsciente. Mientras Musetta reza, Mimí expira. Schaunard descubre a Mimí sin vida. Rodolfo cae en cuenta y grita ¡Mimí…! ¡Mimí…! angustiado, y llora sin poder contenerse.

Programa de mano

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