Orquesta Sinfónica de Euskadi, dirigida por Robert Treviño
El 17 de junio a las 19.30 horas, se ha celebrado en el Palacio Euskalduna el XI Concierto extraordinario Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, que precede a la solemne ceremonia de entrega que tendrá el día 18 de junio a las 19.30 horas, en el mismo emplazamiento. Desde esta edición, los dos eventos que marcan la entrega de estos galardones internacionales de referencia quedan vinculados a Bilbao, ciudad que representa las raíces vivas de BBVA y que simboliza la vocación de apertura y proyección a la sociedad global a través del conocimiento, la innovación y la cultura.
El concierto constituye un homenaje a los galardonados en esta XI edición de los premios: Charles L. Kane y Eugene Mele en Ciencias Básicas; Ivan Sutherland, en Tecnologías de la Información y la Comunicación; Jeffrey I. Gordon, en Biomedicina; Anny Cazenave, John A. Church y Jonathan Gregory, en Cambio Climático; Gretchen Cara Daily y Georgina Mace, en Ecología y Biología de la Conservación; Claudia Goldin, en Economía, Finanzas y Gestión de Empresas; Noam Chomsky, en Humanidades y Ciencias Sociales, categoría que se ha fallado por primera vez este año; y John Adams, en Música y Ópera. La velada correrá a cargo de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, convertida en orquesta principal asociada de este evento, bajo la dirección de Robert Treviño, que debutó como director titular de la formación vasca precisamente en el concierto de la IX edición de los Premios Fronteras del Conocimiento.
El programa se ha dividido en dos partes. La primera protagonizada por Harmonielehre, compuesta entre 1984 y 1985 por John Adams, galardonado en esta edición en la categoría de Música y Ópera. Se trata de una obra de proporciones sinfónicas que marcó el fin de una crisis creativa y personal muy profunda y que condensa el inmenso valor que el músico estadounidense atribuye a la armonía como transmisora de emociones. En la segunda parte se interpretó la Sinfonía n.º 1 en re mayor, “Titán”, de Gustav Mahler, que –destaca el musicólogo Álvaro Guibert en las notas al programa– reúne una de las señas de identidad del compositor: “La combinación de lo refinado con lo vulgar, de lo profundo con lo insustancial, de la orquesta delicada, color cámara, con la orquesta alud, capaz de los clímax sinfónicos más desbocados”.
17 de junio a las 19:30hs | Palacio Euskalduna – Bilbao
John Adams o “la función emocional de la música contemporánea”
“Tenía la sensación de que el mundo de la música contemporánea era cada vez más estéril y que los compositores estaban cada vez más ensimismados y solo componían para ellos mismos”, explica el compositor y director John Adams al reflexionar acerca de esta disciplina artística. “Al mismo tiempo, presencié el florecimiento de la gran época de la música rock, que hablaba a la gente en un lenguaje sencillo y apasionado. Yo quería forjar un lenguaje musical propio que, aunque estuviera dentro del marco de la tradición «clásica», tuviera una energía y una potencia comunicativa similar a la que posee la gran música popular americana”.
A esta disposición contribuyó una educación musical abierta desde su primera infancia: en su casa lo mismo escuchaba un concierto para piano de Mozart que un estándar de Duke Ellington. “En Estados Unidos los compositores contamos con algo que yo llamo filtros flexibles. Crecemos escuchando todo tipo de géneros y creo que eso es lo que nos define como cultura musical”. Al tiempo, Adams se ha mostrado muy crítico con lo que denomina la deificación del pop que actualmente domina la música: “Soy consciente -subraya- de que en Estados Unidos tenemos cierta tendencia al antiintelectualismo. Por tanto, ser un artista serio en mi país siempre es un desafío, es difícil que se te escuche por encima del ruido de nuestra cultura de masas”.
Adams recibe el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Música y Ópera por haber conseguido volver a conectar con una gran audiencia sin perder la complejidad técnica ni la calidad formal. Y es plenamente consciente de que esa es una de sus más importantes cualidades: “Si he logrado conectar con un público amplio, es porque la gente siente emociones cuando escucha mi música; siente la energía que contiene, la sensualidad del sonido musical y, en el caso de mis óperas, se identifican con las historias, con los temas y las imágenes arquetípicas que utilizo en mi trabajo”.
La búsqueda de esos temas universales y la traslación de los mitos clásicos a la realidad actual rebosan en el repertorio operístico y teatral de Adams. Sus óperas profundizan en cuestiones de actualidad para encontrar en ellas los arquetipos de las obras clásicas. En Nixon in China narra la visita del presidente norteamericano a Mao Tse-Tung; en Doctor Atomic, la construcción de la bomba atómica como símbolo de la capacidad del ser humano para destruirse a sí mismo; en On the transmigration of souls emprende una evocación emocional de los atentados del 11-S… El creador valora la ópera como “un arte inusual” que permite abordar “problemas realmente grandes”, como, por ejemplo, “cuestiones de identidad nacional de una complejidad psicológica muy profunda, en maneras que ni las novelas ni las películas pueden alcanzar. Creo que, si queremos que la ópera continúe teniendo significado y continúe como una forma artística, tiene que abordar los temas de nuestro tiempo”.
La apelación a lo más profundo de cada persona es una constante en la obra de Adams –ya sea un oratorio, una composición para solista o una pieza orquestal– y encaja a la perfección con su concepción de la música como la representación artística perfecta para transmitir sentimientos y emociones: “Ni siquiera sé exactamente por qué ocurre, pero sí sé que nadie puede vivir sin música de una forma u otra, y creo que lo que he hecho durante mi vida como compositor ha sido restaurar la función emocional de la música contemporánea”. Un arte que, según sus palabras, “se había osificado y petrificado, debido a un exceso de especulación intelectual”.
La Orquesta Sinfónica de Euskadi, principal orquesta asociada
Convertida en la principal orquesta asociada a los Premios Fronteras del Conocimiento, la Orquesta Sinfónica de Euskadi revalida su compromiso con la Fundación BBVA. Ambas instituciones comparten el interés por la realización de importantes proyectos, como la celebración de este concierto de homenaje a los galardonados en Bilbao o el proyecto TESELA, un amplio mosaico de creación contemporánea internacional de inspiración vasca.
Con este concierto la Orquesta Sinfónica de Euskadi pone el broche de oro a su temporada y lo hace en un escenario, el Palacio Euskalduna, que constituye una de sus sedes. Su director Robert Treviño, destaca por sus grandes versiones de Gustav Mahler. A través de su enorme implicación y de la implantación de nuevas ideas y proyectos, Treviño está trabajando en una progresiva mejora artística de la Orquesta y en un nuevo posicionamiento internacional. En diciembre pasado realizó una gira de conciertos por Austria y Alemania y en enero de 2020 pondrá por primera vez a la orquesta sobre el escenario del emblemático Théâtre de Champs-Élysées de París.
Vídeo: Presentaciones previas al concierto
Vídeo: Pasajes iniciales del concierto
Cartel promocional de la entrega de premios
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